Un gol para cerrar el estadio
Argentina sella ante M¨¦xico su pase a la final de la Copa Am¨¦rica con un fabuloso tanto de Messi
Si cada paso en la vida de un genio es un trance irrepetible, Messi vive como si no lo supiera. Sus d¨ªas en Venezuela transcurren gozosos. Igual que unas vacaciones sin medida que ¨¦l afronta con una energ¨ªa y una curiosidad inagotables. Sonr¨ªe, observa todo asombrado, y el p¨²blico lo adora. Para pensar en una estrategia est¨¢n los dem¨¢s. ?l se dedica a buscar la pelota. Cuando la recibe hace lo que le dicta el coraz¨®n. El gran cr¨ªtico argentino Horacio Pagani dir¨ªa que "Maradona era m¨¢s conceptual". Como si fuese budista, Messi no conceptualiza. Simplemente hace lo mismo que Diego Maradona hac¨ªa con el pie izquierdo.
La semifinal que disput¨® Argentina con M¨¦xico fue un partido tramado. M¨¢s complejo de lo que pareci¨® a la luz de lo que hizo Messi. En el minuto 61 el argentino lo clausur¨® con dos toquecitos que, de alguna forma, rescat¨® de la retina un gol que Maradona le hizo al Estrella Roja cuando jugaba en el Bar?a. No fueron id¨¦nticos, como el eslalon al Getafe o el manotazo al Espanyol, pero ambos, el de Belgrado y el de Venezuela se sellaron con una deliciosa vaselina.
M?XICO 0 - ARGENTINA 3
M¨¦xico: Oswaldo S¨¢nchez; Magall¨®n, M¨¢rquez, Castro, Pinto, Correa (Pineda, m. 83), Torrado, (Medina, m. 46), Guardado, Arce, Castillo y Cacho (m. 46).
Argentina: Abbondanzieri; Zanetti, Ayala, Gaby Milito, Heinze; Ver¨®n (Gago, m. 78), Mascherano, Cambiasso; Riquelme (Aimar, m. 86); Messi y T¨¦vez (Palacio, m. 78).
Goles: 0-1. M. 45. Heinze, a bal¨®n parado, tras un centro de Riquelme. 0-2. M. 61. Vaselina de Messi. 0-3. M. 66. Riquelme, de penalti.
?rbitro: Carlos Chand¨ªa (Chile). Amonest¨® a Torrado, M¨¢rquez, Ver¨®n y Messi.
35.000 espectadores en el estadio de Cachamay (Puerto Ordaz).
Igual que su antecesor, con 20 a?os el chico de Rosario tiene a Suram¨¦rica medio paralizada viendo las im¨¢genes. Fue el 2-0, un marcador que desahog¨® a Argentina y hundi¨® a M¨¦xico. El t¨¦cnico, Alfio Basile, un sentimental de voz atronadora, no quiso hablar de la final que le espera con Brasil. En lugar de eso, declar¨® que la obra de su muchacho merec¨ªa un gesto de las instituciones de Puerto Ordaz: "Es un gol para cerrar el estadio".
T¨¦vez recibi¨® de espaldas y le puso la pelota con delicadeza en el pico del ¨¢rea izquierda de M¨¦xico. Era el punto exacto para que Messi, que tir¨® la diagonal, le devolviera la pared. No parec¨ªa que hubiera m¨¢s alternativas porque la defensa mexicana se repleg¨® r¨¢pido. El portero, Oswaldo S¨¢nchez, cerr¨® su palo, y M¨¢rquez se le cruz¨® en el camino para evitar que metiera el centro. Messi hizo un control en carrera con la izquierda, muy sutil, y cuando su compa?ero del Bar?a se le puso delante volvi¨® a tocar la pelota con la punta de la bota. Sin frenarse. Fue el segundo toque. Fue todo. Ni M¨¢rquez ni el estadio lo esperaban. Un gesto r¨¢pido y preciso que levant¨® el bal¨®n sobre M¨¢rquez y sobre S¨¢nchez, y lo hizo bajar en la ¨²nica coordenada que admit¨ªa el gol. Pegado al larguero. Pareci¨® fant¨¢stico. Fue natural. El cerebro humano es un dispositivo biol¨®gico que, bien conectado, puede calcular proyectos y ejecutarlos en cent¨¦simas de segundo. Messi tuvo el gran m¨¦rito de hacerlo todo con los pies, ante M¨¢rquez, que lo hab¨ªa cocido a patadas, y en una semifinal de la Copa Am¨¦rica. El p¨²blico lo reconoci¨® por unanimidad: "?Meeeessssiiiii!".
"No se lo puede comparar a Maradona porque todav¨ªa es un chico", opin¨® Basile, con tono paternal, despu¨¦s de la eliminatoria; "yo le doy libertad porque ¨¦l sabe d¨®nde moverse para hacer da?o al rival".
Ayer, el peri¨®dico venezolano de deportes L¨ªder aprovech¨® la ocasi¨®n para exaltar otra vez a Messi con vehemencia tropical y tino chavista. El argentino fue elegido Jugador El¨¦ctrico de la jornada en una secci¨®n patrocinada por el Ministerio del Poder Popular para la Energ¨ªa. Seguramente Messi estar¨¢ feliz con esta noticia. Le divierte el revuelo. Goza recibiendo el afecto de las adolescentes locales, que le persiguen con enajenaci¨®n creciente. El domingo, en Barquisimeto, una ni?a se lanz¨® desde la tribuna al t¨²nel de vestuarios para caer sobre su ¨ªdolo desde una altura de tres metros. Convertida en un misil humano, la chica estuvo a punto de descabellar a T¨¦vez, que pas¨® por delante sin darse cuenta. Impact¨® contra el suelo de culo. Messi la abraz¨®, y tras comprobar que no sufr¨ªa da?os graves la polic¨ªa la retir¨® conmocionada.
La ¨²ltima cita para Messi: el domingo (23.00, Canal+), en la gran final ante Brasil.
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