Reputaciones

Uno puede tener una reputaci¨®n ganada a base de pulso. Labrada en a?os gracias a un continuo d¨ªa a d¨ªa, a un buen hacer constante y cansino. Y de repente un d¨ªa cometes un error y haces algo mal. Entonces lo de menos ser¨¢ si lo has hecho de modo intencionado o no, o incluso si ha sido un golpe de mala fortuna. Lo mismo da, porque el caso es que toda esa reputaci¨®n caer¨¢ por lo suelos y se har¨¢ a?icos. Y ser¨¢ adem¨¢s un lastre con el que tendr¨¢s que cargar en el futuro, quieras o no. Y siempre habr¨¢ alguien encargado de record¨¢rtelo, eso seguro.

El Tour es tambi¨¦n as¨ª. ?Quieres ganarlo?... pues has de saber que es una carrera de gran fondo que se gana d¨ªa a d¨ªa, semana a semana, pero que se pierde en el momento menos pensado. Una ca¨ªda, una aver¨ªa, un mal momento o una mala digesti¨®n son algunas de las espadas que sobrevuelan tu cabeza. Ah, o un positivo en un control, que ahora parece que no dices nada si no hablas de dopaje. As¨ª de triste es la actualidad del ciclismo.

Ayer lo vimos claramente con la ca¨ªda de Vinokourov. ?Qu¨¦ a¨²n es demasiado pronto para darlo por derrotado? Quiz¨¢ s¨ª, solo hay que ver que nunca arroj¨® la toalla. ?Qu¨¦ algo menos de un minuto y medio no es tanto tiempo perdido? Tambi¨¦n, y puede ser que me est¨¦ precipitando, pero me avala la experiencia. Yo creo que el lastre que arrastra ahora frente a sus rivales condicionar¨¢ mucho su carrera. La guerra de verdad a¨²n no ha empezado, y ¨¦l ya parte con desventaja. Pero bueno... que falta un mundo para Par¨ªs, aunque yo ya he dejado de imaginarme a Vinokourov de amarillo, por mucho que al final se acerque.

A qui¨¦n a¨²n sigo imagin¨¢ndome como vencedor de etapa es a Oscar Freire. Si contin¨²a su progresi¨®n, hoy le toca alzar los brazos, a ver. Entre otras cosas, tiene Oscar reputaci¨®n de buscavidas, se las sabe arreglar muy bien solo independientemente de las circunstancias. A ¨¦l le gustar¨ªa estar m¨¢s arropado, es cierto, pero entiende que no siempre es posible. Ayer sin embargo nuestro equipo jug¨® muy bien su baza, y ¨¦l estuvo en su sitio, aunque no le acompa?¨® la suerte. Andaba por all¨ª otro que tiene otra reputaci¨®n: que cuando est¨¢, est¨¢ all¨ª para ganar. Un tal Pozzato, italiano y con fama de superclase. Se peg¨® una remontada espectacular col¨¢ndose por puertas que parec¨ªan cerradas. Pero no fue ni suerte ni casualidad. Fue que se dej¨® guiar por el instinto. Un instinto que le ha dado por esa reputaci¨®n que ayer tan bien demostr¨®.