A media luz los tres

?Se vio devolver un toro en Pamplona! Parec¨ªa m¨¢s f¨¢cil que lloviera hacia arriba. El animal pudo padecer algo m¨¢s fuerte que un calambre y se lo llevaron con eficacia los cabestros. Sali¨® un sobrero de la misma ganader¨ªa y santas pascuas. Lo tore¨® con gusto Jesul¨ªn con el capote en la ¨²ltima tarde que toreaba en Pamplona, al menos por el momento. Y estuvo entonado y se sinti¨® torero, aunque marr¨® a espadas de manera impropia de un torero de su categor¨ªa.

Al primero se lo llev¨® al sol, que es otra de las maneras de lograr la atenci¨®n de las pe?as. All¨ª se dobl¨® con ¨¦l sentado en el estribo y practic¨® el toreo que ha hecho siempre: t¨¦cnico, templado y fr¨ªo. Con estas caracter¨ªsticas logr¨® sacar dos buenas series por la mano derecha, que tambi¨¦n fue siempre la buena suya. En su segundo, que tambi¨¦n se dejaba manejar, puso un particular esmero y sentimiento, tal vez por ser el toro de su despedida, y conect¨® enseguida con un p¨²blico con el que sintoniz¨® muchas veces durante su carrera. L¨¢stima de pico, que no deja de ser un recurso t¨¦cnico excelente, pero que siempre produce un efecto visual negativo al dar la impresi¨®n cierta de que el toro no se embebe en la muleta por la parte central, como debe ser. Mat¨® de tres pinchazos y un descabello, cuando deb¨ªa haber intentado coger de nuevo la espada de matar, porque no hab¨ªa motivo a¨²n para aliviarse con el f¨¢cil recurso del verduguillo. De esta manera, perdi¨® un trofeo que habr¨ªa sido una agradable despedida de un ruedo cuya arena cogi¨® para besarlo.

Tampoco Talavante fue el mismo del otro d¨ªa. Sus maneras comienzan a resultar excesivamente heterodoxas

A Sebasti¨¢n Castella no le gust¨® nada su primer toro, que ten¨ªa escaso motor para hacer el toreo que le gusta, y disimul¨® todo lo que pudo para que no se notara, pero prefiri¨® no emplearse en tratar de mejorar su condici¨®n. A ello se sum¨® lo mal que estuvo con la espada y el descabello para dar una negativa impresi¨®n de su primera tarde de feria en Pamplona. En el segundo, a punto estuvo de dar el castellazo: electriz¨® a la plaza con los pases cambiados y con tres series por la derecha que fueron de menos a m¨¢s en cuanto a temple se refiere. Parec¨ªa haberse llevado el gato al agua, pero por la izquierda la cosa no fue lo mismo: ni el pit¨®n del toro era igual de bueno que el derecho, sino bastante m¨¢s violento, ni ¨¦l fue capaz de hacerlo bueno con la maestr¨ªa con que lo logr¨® El Cid el d¨ªa anterior. Dos pinchazos, el segundo hondo, y un descabello desbarataron el triunfo que parec¨ªa ganado, al menos en buena parte. Salud¨® desde el tercio y qued¨® a la espera de lo que haga en la tarde de hoy.

Tampoco Alejandro Talavante fue el mismo del otro d¨ªa. Sus maneras comienzan a resultar excesivamente heterodoxas, pasa un siglo entre que cita entre tanda y tanda, recorriendo un innecesario camino; torea despegado y lleva la muleta casi a la altura de la rodilla sin que la condici¨®n del toro lo justifique. A pesar de ello, templ¨® bien a su primero y no par¨® hasta que logr¨® dominarlo, aunque se eterniz¨® en una faena en la que tuvo que escuchar un aviso, ya antes de entrar a matar. Su segundo fue el universalmente conocido Universal, cuyas horrorosas gestas debieron, efectivamente, de dar ayer la vuelta al mundo corneando a diestro y siniestro durante el encierro de la ma?ana, y que se fue a por el caballo que guardaba puerta como un loco para volver a hacer carne libre de enga?os. Tambi¨¦n se fue a por Talavante durante la faena, de manera evidente en varias ocasiones, y el pacense tampoco estaba ayer por hacer los trabajos de H¨¦rcules, ni cosa que se le pareciera.

La corrida de hoy: Toros de Antonio Ba?uelos para El Juli, Sebasti¨¢n Castella y Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares. Digital + retransmite el festejo a las 18,30.