Pendiente de los ronquidos del vecino

Por mucho que uno se esfuerce un ronquido no provoca un sonido de m¨¢s de 75 decibelios. Expresado en medida cient¨ªfica, puede que a muchos no les diga nada, pero si las casas se hacen bien, las paredes deber¨ªan detener un m¨ªnimo de 45 decibelios, asegura el experto Antonio Moreno, con 43 a?os de experiencia en el Instituto de Ac¨²stica del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), donde se ha dedicado, entre otras cosas, a encontrar la manera m¨¢s fiable de medir, introduciendo multitud de variables, algo tan subjetivo y cambiante como es la percepci¨®n del ruido y el nivel de molestia que puede causar. De esta manera, calcula que para dormir bien, una persona no puede soportar m¨¢s de unos 30 decibelios, con lo que las cuentas saldr¨ªan justas: 75 del ronquido menos 45 que amortigua la pared. Sin embargo, las casas no siempre se hacen, ac¨²sticamente, bien, como podr¨¢ atestiguar quien haya sufrido al vecino roncador.

Por esta raz¨®n, el C¨®digo T¨¦cnico de la Edificaci¨®n aprobado el a?o pasado conten¨ªa entre sus medidas algunas destinadas a fijar un m¨ªnimo de aislamiento para las casas de nueva construcci¨®n (lo que incluye los hoteles, asegura Moreno). Pero entre los desarrollos del c¨®digo falta por aprobar (ya est¨¢n en vigor los referentes al ahorro de energ¨ªa, la seguridad en caso de incendio, la seguridad en general y la accesibilidad) el que se refiere a la protecci¨®n contra el ruido. El texto ya circula entre los expertos y el sector de la construcci¨®n desde hace meses, y el Ministerio de Vivienda asegura que ya est¨¢ casi listo para su aprobaci¨®n, aunque no ha explicado a este peri¨®dico el porqu¨¦ del retraso con respecto a los dem¨¢s.

Antonio Moreno, del Instituto de Ac¨²stica, ha seguido desde el primer d¨ªa el nacimiento y desarrollo de ese texto, por eso fue el encargado de explicarlo a los alumnos de uno de los cursos de la Universidad Men¨¦ndez Pelayo, organizado por el Ministerio de Vivienda. Esta norma no trata de acabar con el ruido horroroso que genera el pub de debajo de casa, o de las multitudinarias fiestas en el sal¨®n de los vecinos o las obras del edificio de al lado; ese combate va por otro camino y para eso est¨¢ la Ley del Ruido (que establece valores m¨¢ximos que los ayuntamientos deben hacer cumplir). Este documento trata de asegurar que las casas se construyan de tal manera que las paredes a¨ªslen obligatoriamente de los ruidos cotidianos, normales, aquellos que tambi¨¦n pueden llevar a la locura.

El texto fija un m¨ªnimo de aislamiento 50 decibelios en los dormitorios o cuartos de estar (recintos protegidos), y de 45 en los habitables (cocina o ba?o), asegura Moreno. Para poder escucharla bien, lo normal es que una televisi¨®n emita niveles inferiores a 65 decibelios. "El ruido causa enfermedades ps¨ªquicas, p¨¦rdidas de memoria, incluso puede llegar a afectar a los ¨®rganos internos", asegura Moreno. Tambi¨¦n acomete otras incomodidades como el tiempo de reverberaci¨®n, es decir, el tiempo que el sonido se mantiene en el aire. La manera de construir deber¨¢ limitar esa reverberaci¨®n cuando entre en vigor la nueva normativa a 0,9 segundos como m¨¢ximo en espacios de menor protecci¨®n, como restaurantes, y a 0,5 segundos en otros de mayor protecci¨®n como en los colegios, asegura Moreno. "Ahora, la reverberaci¨®n en los colegios puede estar entre 4 y 5 segundos y en un restaurante puede superar incluso los 6 segundos", completa el cient¨ªfico.

La norma est¨¢ encontrando resistencias en el sector de la construcci¨®n, b¨¢sicamente, por los costes que supondr¨¢ y por la p¨¦rdida de espacio, ya que la soluci¨®n m¨¢s f¨¢cil pasa por incrementar el grosor de las paredes.