Mojar el dedo en ¨¦xtasis
El cristal es la nueva estrella de la fiesta. Est¨¢ barriendo a la tradicional pastilla de ¨¦xtasis. El que se vende en Espa?a es MDMA (3-4 metilendioximetanfetamina), es decir, el ¨¦xtasis de toda la vida s¨®lo que en polvo y envuelto en una bolsita de pl¨¢stico. Se le atribuye mayor pureza y resulta m¨¢s caro que las pastillas.
"Los que han salido ganando con esto son los narcotraficantes: les sale mucho m¨¢s barato, no tienen que mezclarlo con aglutinantes y az¨²cares y adem¨¢s, se puede cortar mejor", cuenta Eduardo Hidalgo, de Energy Control, organizaci¨®n que acude a los festivales y fiestas a analizar las drogas que la gente consume para ofrecer informaci¨®n y asesoramiento. El ¨¦xtasis o MDMA es una droga sint¨¦tica psicoactiva. Tambi¨¦n se le llama eme, ad¨¢n, XTC, droga del abrazo, frijoles y droga del amor. Su consumo se populariz¨® en los a?os noventa.
1 CONSUMO Y EFECTOS
El cristal provoca una experiencia a mitad de camino entre la estimulaci¨®n y la percepci¨®n alterada de la realidad. Entre el efecto de la anfetamina y la alucinaci¨®n que produce la mescalina.
Euforia, empat¨ªa y sociabilidad. Son tres efectos directos: la gente se abraza, se toca, se besa, se quiere. El ¨¦xtasis favorece la desinhibici¨®n y aumenta el deseo sexual. Pero tambi¨¦n puede generar inquietud, agobio y confusi¨®n.
El cristal o eme se vende en polvo, en el interior de peque?as bolsitas de pl¨¢stico. El consumidor moja el dedo para impregnarlo de polvo y se lo lleva a la boca.
El ¨¦xtasis convencional suele ser una pastilla que recibe todo tipo de nombres (mitsubishis, supermanes) en funci¨®n del logotipo que lleva grabado.
"Empec¨¦ a comer pastillas y me gustaban un mont¨®n porque me relajaban, en vez de espabilarme, como la coca", cuenta Roc¨ªo, sevillana, de 21 a?os. Las prob¨® por primera vez a los 17 a?os, el mismo d¨ªa de su cumplea?os. Sol¨ªa tomarse unas cinco por noche, todas entre la una y las tres de la madrugada.
La MDMA naci¨® en 1912, cuando la compa?¨ªa farmac¨¦utica Merck la aisl¨® de forma accidental. Al no encontrarle una aplicaci¨®n m¨¦dica concreta, se abandon¨® su investigaci¨®n. En los a?os cincuenta, el ej¨¦rcito norteamericano investig¨® en este campo buscando un f¨¢rmaco que forzara a los prisioneros a declarar.
El 1,2% de la poblaci¨®n espa?ola entre 15 y 64 a?os toma ¨¦xtasis, seg¨²n la Encuesta Domiciliaria de 2005 del Plan Nacional sobre Drogas.
En los puestos que Energy Control instala en fiestas, m¨¢s de la mitad de las consultas son ya sobre el ¨¦xtasis en polvo. Desde esta organizaci¨®n que se centra en intervenciones de reducci¨®n de da?os, se argumenta que el aut¨¦ntico cristal resulta mucho m¨¢s caro (entre 120 y 130 euros el gramo) que el que se vende en Espa?a: "Aqu¨ª s¨®lo se usa en c¨ªrculos reducidos", dice Hidalgo.
2 TRAFICANTES Y PRECIOS
La producci¨®n del cristal es sencilla, ya que se obtiene en muchas menos fases que otras sustancias, es m¨¢s f¨¢cil de camuflar y concentra mejor el principio activo. Suele fabricarse en laboratorios clandestinos de Holanda, aunque tambi¨¦n se sintetiza en Espa?a.
Las ganancias de los traficantes son muy superiores a las que consiguen con las pastillas, seg¨²n fuentes de la Brigada Central de Estupefacientes.
El precio normal al que la gente compra cristal o eme oscila entre los 60 y los 80 euros, y de ¨¦l se pueden obtener aproximadamente unas 10 dosis. El cristal suele venderse en forma de peque?as piedrecitas envueltas en una bolsa de pl¨¢stico. A veces se consume envuelto en papel de fumar (lo llaman bombas) para mitigar el fuerte amargor que tiene al paladar.
Tambi¨¦n se distribuye en polvo y tiene una alta concentraci¨®n de principio activo (por encima del 80%), ya que no lleva excipientes ni sustancias inertes, como sucede cuando se presenta en forma de pastilla.
El ¨¦xtasis cristalizado, seg¨²n un inspector de la Brigada Central de Estupefacientes, no fue detectado en Espa?a hasta el verano de 2004, desbancando a las conocidas pastillas que, hasta entonces, eran una de las drogas m¨¢s consumidas.
3 RIESTOS PARA LA SALUD
"El problema de que ahora se venda en polvo es que es m¨¢s f¨¢cil que haya sobredosificaci¨®n", dice Eduardo Hidalgo. Y unas mayores dosis hacen que, por ejemplo, sea m¨¢s f¨¢cil sufrir un golpe de calor.
Taquicardia, arritmias, deshidrataci¨®n y sequedad de boca son algunos de los efectos fisiol¨®gicos derivados del uso de la MDMA.
"El consumo de ¨¦xtasis a largo plazo puede producir desestructuraci¨®n cerebral", comenta Juan Flores, m¨¦dico del hospital Arnau de Vilanova, en Valencia. "Se producen, adem¨¢s, muchas patolog¨ªas psiqui¨¢tricas; cuanto m¨¢s consumo, m¨¢s deterioro cerebral".
Crisis de ansiedad, trastornos depresivos y alteraciones psic¨®ticas se encuentran entre los efectos psicol¨®gicos m¨¢s comunes si se abusa de este tipo de drogas. El sistema nervioso central es el ¨®rgano diana en este caso.
Eduardo Hidalgo, al frente de la organizaci¨®n de Energy Control en Madrid, suma un dato: "Hemos comprobado que el consumo habitual afecta a la memoria. Si te tomas m¨¢s de 80 pastillas a lo largo de uno o dos a?os, te acaba afectando".
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