Parlin, inventor de la 'bomba volante'
El indonesio Parlindungan Siregar vivi¨® una d¨¦cada en Espa?a, becado. Dise?¨® un artilugio mortal, se hizo dirigente de Al Qaeda y desapareci¨®. Ahora es uno de los terroristas m¨¢s buscados del planeta
Un dirigible cargado de explosivos y accionado durante la noche por control remoto es un arma letal que puede alcanzar cualquier objetivo. Esta bomba volante figura en los manuales de los servicios secretos de todo el planeta y su inventor es Parlindungan Siregar, Parlin o El Chino, un indonesio de 50 a?os, que residi¨® en Madrid durante m¨¢s de una d¨¦cada y que se ha convertido en uno de los terroristas de Al Qaeda m¨¢s buscados.
Gracias a su invento y a su actividad en Jemaah Islamiyah, un potente sat¨¦lite de Al Qaeda en Indonesia que pide la creaci¨®n de un Estado islamista, Parlin ha conseguido que su nombre figure en todas las listas internacionales de los terroristas m¨¢s buscados, m¨¢s de una docena, seg¨²n ha comprobado EL PA?S. Una caracter¨ªstica poco com¨²n por las diferencias de criterio en la elaboraci¨®n de estos listados salvo en casos indiscutibles como los de Osama Bin Laden y su lugarteniente, el egipcio Ayman Al Zawahiri.
"Se ha convertido en un pez gordo al que todos los servicios quieren pescar"
Estudi¨® aeron¨¢utica en Madrid, y EE UU le vincula con el atentado en Bali
El indonesio becado en Espa?a durante los a?os noventa figura en la lista del Departamento de Estado norteamericano (Specially Designated Global Terrorist, SDGT), en la de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC), la del Departamento de Comercio, la CIA, las del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la de la Uni¨®n Europea, entre otras. "Se ha convertido en un pez gordo al que todos los servicios quieren pescar", asegura un jefe policial europeo. Desde el 11-S, la seguridad a¨¦rea es una de las principales inquietudes de los servicios de inteligencia.
La pista de Parlin se perdi¨® en 2001 en Poso, en la isla indonesia de Sulawesi, una de las 17.000 del archipi¨¦lago, donde dirig¨ªa un campo de entrenamiento terrorista y desde donde telefoneaba a sus "hermanos" espa?oles. Nadie sabe d¨®nde se esconde este frustrado ingeniero aeron¨¢utico que se pase¨® por Madrid durante 11 a?os con sus sandalias de misionero y camisas brillantes bajo la atenta mirada de algunos voluntariosos polic¨ªas de la Unidad Central de Informaci¨®n Exterior (UCIE), la que investiga el terrorismo islamista.
Los que entonces le filmaron en v¨ªdeo cuando se manifestaba frente a las Embajadas de EE UU, Rusia o Israel nunca imaginaron que aquel tipo de estatura media, complexi¨®n fuerte, pelo negro azabache y barba de chivo llegar¨ªa hasta la c¨²pula de Al Qaeda. "Se dej¨® ver en estas manifestaciones porque poco tiempo despu¨¦s se march¨® a Indonesia. Sab¨ªa que no iba a volver", explica uno de los agentes que le vigil¨®. Miguel Valverde, el responsable de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n de la Polic¨ªa, se interes¨® por el paradero de Parlin durante un viaje a ese pa¨ªs, pero su hom¨®logo en Yakarta reconoci¨® que su refugio es un misterio. "Es uno de los terroristas m¨¢s buscados del pa¨ªs", reconoce una fuente de la seguridad indonesia que hace dos a?os anunci¨® su detenci¨®n por error.
El primer rastro de Parlin en Espa?a aparece en 1989, a?o en que pidi¨® una tarjeta de residente como estudiante. El joven logr¨® salir del suburbio en el que reside su familia en Yakarta gracias a una beca de Construcciones Aeron¨¢uticas (CASA) y el convenio que esta empresa manten¨ªa con Nurtanio, una compa?¨ªa industrial de Indonesia. Se matricul¨® en ingenier¨ªa aeron¨¢utica en la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid y recib¨ªa 600 euros al mes y un seguro m¨¦dico gracias a las ayudas del Gobierno y de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n (AECI). La misma que bec¨® a Sarhane Abdelmajid, El Tunecino, uno de los cerebros y suicidas del 11-M.
Parlin pidi¨® en 1993 el traslado a la Escuela Universitaria de Ingenier¨ªa T¨¦cnica Aeron¨¢utica y se matricul¨® en dos especialidades: aeronaves y aeromotores. En 1997 termin¨® una de ellas. "Era una persona muy religiosa, buena y ordenada. Le encantaba todo lo relacionado con el mundo de la aviaci¨®n", recuerda uno de sus profesores. Ni sus compa?eros ni el profesorado de la escuela sospech¨® entonces que su obsesi¨®n por la aeron¨¢utica obedec¨ªa a objetivos inconfesables.
El k¨¢rate y el kung-fu eran otra de sus obsesiones. Es cintur¨®n negro y entrenaba casi todos los d¨ªas en un gimnasio madrile?o. Entonces daba clases a los hijos de Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, el sirio nacionalizado espa?ol que en aquellos a?os dirig¨ªa una c¨¦lula de Al Qaeda en Espa?a, un grupo al que el indonesio se uni¨® sin saber que todos estaban siendo vigilados por la polic¨ªa desde 1995. Su mejor amigo era Jos¨¦ Luis Gal¨¢n, Yusuf, un espa?ol convertido al islam con el que practicaba tiro en la galer¨ªa de un casino militar en Madrid. En su casa de Vallecas pasaban horas juntos frente al televisor viendo v¨ªdeos sobre la yihad en Bosnia y Chechenia.
Parlin era miembro de la asociaci¨®n cultural Nusantara, que agrupaba a indonesios y espa?oles, hac¨ªa traducciones para la embajada y le¨ªa el Cor¨¢n en algunas mezquitas. El 20 de octubre de 2000, los agentes que le vigilaban observaron c¨®mo tomaba en el aeropuerto de Madrid-Barajas un avi¨®n rumbo a Indonesia donde con dinero de la c¨¦lula espa?ola cre¨® un campo de entrenamiento terrorista.
Poco despu¨¦s, Gal¨¢n recibi¨® un correo en su ordenador con frases como esta: "La yihad en esta tierra es bastante peculiar... Tu colecci¨®n de armer¨ªa es una joya preciosa comparada con lo que hay aqu¨ª". Ni el fiscal Pedro Rubira ni el juez Baltasar Garz¨®n, que durante a?os le investigaron en Madrid, han recibido datos sobre su paradero. Syamsul, su padre, tampoco.
"Podemos tener una isla"
Yusuf Gal¨¢n y Abu Dahdah visitaron el campo de entrenamiento en Poso (Indonesia) donde Parlin relat¨® al primero su proyecto de bomba volante para atentar contra un arsenal del Ej¨¦rcito indonesio. En noviembre de 2001, la polic¨ªa los detuvo en Madrid junto a otros miembros de la c¨¦lula. Ambos fueron condenados y cumplen su pena por colaboraci¨®n con Al Qaeda.
"Vosotros pod¨¦is hacer muchas cosas aqu¨ª. Con s¨®lo cinco millones de pesetas podemos comprar una isla de 200 hect¨¢reas que nos ser¨ªa muy ¨²til. Pero nuestra necesidad principal ahora son las armas. Recuerda que todo lo que hacemos debe enfocar hacia la yihad. Te quiero por Al¨¢", les dijo Parlin.
En 2003, John Snow, secretario estadounidense del Tesoro, anunci¨® que Parlin era uno de los 10 jefes de Jemaah Islamiyah en Indonesia, el pa¨ªs con mayor poblaci¨®n musulmana. Y le vincul¨® con el atentado contra una discoteca en Bali, en el que murieron 200 personas.
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