Punto final a los encierros
Por primera vez un 'victorino' cornea a un mozo en los 'sanfermines'
Los encierros de San Ferm¨ªn pusieron ayer punto y final con un estreno: la primera cornada de un toro de Victorino Mart¨ªn en Pamplona. Nada grave, un astado que barri¨® la valla derecha de la plaza del Ayuntamiento y se llev¨® por delante a Ricard Brufau, de 21 a?os, vecino de Barcelona, que ni lo vio venir y qued¨® herido grave. El toro lo ensart¨® en el muslo derecho, lo levant¨®, lo volte¨® y lo arroj¨® a un lado como si fuera un desperdicio. El joven estaba en uno de los puntos que se ha revelado como uno de los m¨¢s peligrosos. El victorino se limit¨® a seguir una l¨ªnea y apartar lo que se encontraba, porque buscar, lo que se dice buscar, no busc¨® casi nada.
Fue noble la carrera de los astados cacere?os. Era el tercer sanferm¨ªn al que acud¨ªan y en los dos primeros corrieron r¨¢pido y sin cornear a nadie. Ayer tambi¨¦n cerraron 2007 con un listado de asistencias reducido, porque adem¨¢s del corneado, que fue intervenido quir¨²rgicamente, s¨®lo hubo otros cuatro heridos por traumatismo y contusiones conducidos a los hospitales. Uno de ellos, Fernando Garayoa Platero, de 52 a?os, fue herido en el tramo de Estafeta con traumatismo craneal de pron¨®stico leve. Un tercer corredor, el estell¨¦s de 30 a?os J. M. F., herido en Mercaderes, ingres¨® en el hospital Virgen del Camino con contusi¨®n abdominal de pron¨®stico reservado. Adem¨¢s, fueron trasladados a los hospitales J. W., de 35 a?os, natural de Florida (EE UU), herido en la plaza de toros, con luxaci¨®n acromio-clavicular de pron¨®stico menos grave, y P. G. E., de 19 a?os, vecino de Pamplona, evacuado desde el callej¨®n con contusiones en el codo derecho
A los victorinos, como a los miuras, los pone la Casa de Misericordia a correr en fines de semana por dos motivos: porque son muy nobles y porque son impresionantes de pitones y envergadura. Se pretende corregir de alg¨²n modo la peligrosidad de una carrera que en s¨¢bado y en domingo se llena de gente. De esta forma, si los toros caen o se quedan rezagados, se presupone que no har¨¢n por los mozos sino que trotar¨¢n siguiendo a los valientes hasta la plaza.
Ayer pareci¨® que esta ley no escrita podr¨ªa torcerse. De entrada, tres de los victorinos se quedaron en los corrales de Santo Domingo y salieron muy retrasados perdiendo el contacto con sus hermanos. Uno de ellos alcanz¨® al grupo, pero los dos remolones fueron a su aire provocando sustos en la cuesta, el ¨²nico tramo en el que se les vio cabecear a ambos lados para defenderse del tremendo susto que para un animal acostumbrado a la dehesa tiene que suponer un encierro.
Al margen de la cogida de la plaza del Ayuntamiento, el grupo de cabeza pas¨® r¨¢pido, muy r¨¢pido, tanto que un cabestro golpe¨® con el cuerno izquierdo a otro incauto que presenciaba la carrera en la misma esquina de entrada a Mercaderes en la que lo hac¨ªa d¨ªas atr¨¢s otra persona a la que a punto estuvo un toro de atravesarle el cuello con el pit¨®n izquierdo. Lo mand¨® igualmente al suelo con gran violencia pero, afortunadamente, sin mayores males. Otro mal sitio para estar.
Los victorinos dieron la curva de Estafeta sin caerse. Los dos toros rezagados, tambi¨¦n. En esa calle un toro cay¨® y se separ¨® del grupo de cabeza. Se vieron preciosas carreras ante unos astados que reduc¨ªan su velocidad progresivamente. Los rezagados no pararon, aunque uno lleg¨® al final de Estafeta pr¨¢cticamente al trote, lo que supone un gran riesgo de posibles arrancadas que el animal no lleg¨® a dar. Recuperada la velocidad, un astado alcanz¨® a un corredor, que se colg¨® de las astas con el brazo derecho hasta ser derribado metros m¨¢s adelante. Como los corredores han tenido este a?o problemas con las esquinas, uno de ellos, vistiendo camiseta roja, bajaba embalado hacia la plaza con los toros en el culo y se dio un gran mamporro con la esquina izquierda de entrada al callej¨®n, justo el punto m¨¢s estrecho de los m¨¢s de 800 metros de carrera. Un hijo del ganadero, Victorino Mart¨ªn Garc¨ªa, ejerci¨® de pastor en el encierro de ayer.
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