Equ¨ªvoco social
Al dramaturgo ingl¨¦s Mark Ravenhill (1966), conocido en nuestro pa¨ªs por Shopping and Fucking, Some Explicit Polaroids y Product, le gusta ahondar en temas sociales y pol¨ªticos desde sus historias y a partir de unos personajes contempor¨¢neos con los que suele meter el dedo en la llaga. En Handbag (1998) la llaga es la responsabilidad de la paternidad/maternidad en una sociedad poco responsable. Y los dedos son varios: la explotaci¨®n de canguros inexpertas que cuidan de nuestros hijos y a quienes traspasamos nuestra responsabilidad; la pol¨ªtica econ¨®mica de la fertilidad; el comercio sexual o la afirmaci¨®n de los derechos de los homosexuales.
Ravenhill mete todas estas cuestiones en el interior del malet¨ªn que da t¨ªtulo a la obra, da unos toques precisos con su varita m¨¢gica, juguetona, c¨ªnica, penetrante, y nos presenta el resultado en forma de puzzle para iniciados: Handbag, con el subt¨ªtulo The Importance of Being Someone, es la historia de una pareja de gays y otra de lesbianas que se ponen de acuerdo para tener un hijo, un ni?o que ha de ser afortunado porque contar¨¢ con dos padres y dos madres, y es tambi¨¦n la recreaci¨®n de los antecedentes de The Importance of Being Earnest, de Oscar Wilde. El nexo de uni¨®n entre ambas tramas y ¨¦pocas no es sino el malet¨ªn, con beb¨¦ en el interior, que desencadena uno de los equ¨ªvocos de la pieza de Wilde al haber sido abandonado en Victoria Station y que encuentra en el pol¨¦mico bolso rojo del personaje Tinky Winky de los Teletubbies un mordaz paralelismo.
Josep Maria Mestres, quien ya puso en escena Unes polaroids expl¨ªcites en el Lliure de Gr¨¤cia hace a?os, vuelve a Ravenhill -y de rebote a Wilde- con este polis¨¦mico malet¨ªn traducido al catal¨¢n por Joan Sellent. El malet¨ª, o la import¨¤ncia de ser alg¨² (hasta el 19 de julio en la Sala Petita del Teatre Nacional de Catalunya en el marco del Grec) se desarrolla en el sobrio espacio esc¨¦nico de Pep Dur¨¢n y se explica, en parte, gracias al trabajo de la vestuarista Nina Pawlowsky, con cuyos maravillosos dise?os se ilustra el vaiv¨¦n de los int¨¦rpretes entre la actualidad y la ¨¦poca victoriana.
Los tres actores (Isaac Alcayde, Bien Dur¨¢n, ?scar Molina) y las tres actrices (Llum Barrera, Tilda Espluga y Anna Ycobalzeta) se desdoblan, se desviven y muchos tambi¨¦n se desvisten en esta puesta en escena fiel y no recomendada, seg¨²n el TNC, para menores de 16 a?os, pues "contiene im¨¢genes y un lenguaje que pueden herir la sensibilidad del espectador".
Como siempre, lo fuerte en Ravenhill no es tanto lo que se dice y lo que se ve en escena como las implicaciones de todo eso. Para disfrutar de este malet¨ª y de sus sutilezas conviene tener el texto de Wilde presente. Y releer a Wilde siempre es un placer.
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