Mujeres entre oriente y occidente
Las caracter¨ªsticas de las relaciones patriarcales en diferentes culturas y sociedades -dominio, subordinaci¨®n, asimetr¨ªa, control moral y sexual-, adoptan unos rasgos particularmente contradictorios, conflictivos y dif¨ªciles en el caso concreto de las mujeres inmigrantes en los pa¨ªses occidentales. Y entre las que proceden de pa¨ªses isl¨¢micos, de una forma m¨¢s acentuada si cabe. ?Por qu¨¦? Porque en el binomio migraci¨®n y g¨¦nero entran en relaci¨®n -y a menudo en contradicci¨®n- elementos y argumentos que apelan a veces a grandes palabras como "identidad propia", "tradici¨®n", "diversidad cultural", "multiculturalidad"; pero de los que se derivan atentados graves a los derechos humanos y a las libertades de las mujeres como ciudadanas iguales ante la ley en los pa¨ªses occidentales.
Resulta significativa en este sentido la denuncia presentada por Amnist¨ªa Internacional recientemente sobre la situaci¨®n de desprotecci¨®n en la que viven muchas mujeres inmigrantes, particularmente invisibles, debido a que son un colectivo en el que se dan importantes porcentajes de violencia de g¨¦nero, y en el que ante el "choque cultural" se agudiza la espiral de maltratos, f¨ªsicos y ps¨ªquicos, humillaciones, intimidaciones, violaciones, y muertes, ante la b¨²squeda creciente de autonom¨ªa y desarrollo personal por parte de ellas.
Porque, ante las demandas de estas mujeres, ?en qu¨¦ t¨¦rminos podemos plantearnos la tan manida cuesti¨®n de la "multiculturalidad" sin caer en el relativismo moral del "todo vale"? Es evidente la importancia de la diversidad cultural, pero una cosa es cultura y otra pol¨ªtica. Y trat¨¢ndose de pol¨ªtica, tambi¨¦n es evidente a la vez la existencia de determinados avances hist¨®ricos como la igualdad jur¨ªdica y los derechos individuales vinculados a las transformaciones de car¨¢cter jur¨ªdico-pol¨ªtico que se han producido en el mundo occidental.
Entre otras razones porque, efectivamente, muchas de estas mujeres, tanto en los propios pa¨ªses de origen como en los pa¨ªses occidentales, han rebatido las apelaciones de "respeto a la diversidad cultural" en el sentido de que precisamente la falta de respeto a los derechos individuales no puede ser definida como cultura. Movimientos y organizaciones como el que en Francia ha adoptado el nombre de Ni putes ni soumises, desarrollado desde hace unos a?os en los suburbios de las ciudades poblados de inmigrantes, son un ejemplo de las dificultades y experiencias vividas por las mujeres inmigrantes. De la necesidad de muchas de ellas de organizarse y desarrollar acciones colectivas contra la falta de libertad personal en sus vidas. En definitiva, contra "identidades", morales, normas y formas de conducta que llevan impl¨ªcito el dominio masculino, el acoso moral y la violencia sobre sus vidas.
Es enormemente significativo y un sugerente tema de an¨¢lisis y de reflexi¨®n pol¨ªtica, el reciente nombramiento, por parte del nuevo presidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy, de Fadela Amara -la presidenta del citado movimiento Ni putes ni soumises- como Secretaria de Estado de Pol¨ªtica de la Ciudad en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo dirigido por Christine Bouttin. Amara es feminista, procedente de una familia argelina de doce hermanos de los suburbios de Clermont-Ferrand, y una mujer muy cercana a la organizaci¨®n SOS Racismo.
Su organizaci¨®n ha sido y es un referente en la defensa de la dignidad y la libertad de las adolescentes y las j¨®venes de los barrios de inmigrantes, v¨ªctimas de estas "tradiciones culturales", conductas y normas patriarcales. Desde su propia experiencia como mujeres ¨¢rabes inmigrantes, han destacado en la denuncia de la falta de libertades en las relaciones familiares y personales de las mujeres tanto en el mundo occidental como en los pa¨ªses ¨¢rabes. As¨ª, por ejemplo, el pasado mes de junio Ni putes ni soumises denunci¨® que la escritora egipcia Nawal al Saadawi ha tenido que huir de su pa¨ªs y exiliarse desde marzo, victima del integrismo isl¨¢mico, acusada de "apostas¨ªa y de falta de respeto" al Islam por la universidad isl¨¢mica de El Cairo y los tribunales egipcios, por la reedici¨®n de una de sus obras teatrales, y muchos de sus libros han sido destruidos.
En pleno siglo XXI deber¨ªa resultar imposible pretender legitimar normas morales y legislaciones que impliquen cualquier tipo de violencia f¨ªsica, moral y psicol¨®gica, en este caso contra las mujeres, apelando a supuestas "identidades" y sus "razones". Ante la falta de respeto a las libertades personales, es obligada la respuesta por parte del Estado de derecho, es necesaria la aplicaci¨®n de la legislaci¨®n igualitaria, es incuestionable el referente universal que supone la aplicaci¨®n de la Declaraci¨®n de Derechos Humanos a cualquier persona.
Sobre todas estas cuestiones se reflexion¨® anoche en la Universitat de Gandia en la mesa redonda titulada Mujeres entre Oriente y Occidente, con participaci¨®n de mujeres que son protagonistas de estas experiencias y se han rebelado contra ellas individual y colectivamente. Entre ellas, Nazanin Amirian, escritora iran¨ª; Marta L¨®pez, representante internacional de Ni putes ni soumises, y Houria Sehili, representante argelina de la Organizaci¨®n de Mujeres Inmigrantes en Espa?a. Sus testimonios y reflexiones pueden ayudar a continuar repensando la complejidad de alternativas en el camino hacia la igualdad.Nazanin Amirian lleg¨® a Espa?a hace 24 a?os como refugiada pol¨ªtica y actualmente reside en Barcelona. Profesora de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia, es autora de Cuentos Persas (1997), del libro Los kurdos. Kurdist¨¢n, un pa¨ªs inexistente, y de numerosos art¨ªculos en los que analiza la realidad de su pa¨ªs de origen, Ir¨¢n, y la cultura musulmana. La escritora particip¨® ayer en la Universitat d'Estiu de Gandia en una mesa redonda que abord¨® el tema Mujeres entre Oriente y Occidente, moderada por la profesora de Historia Anna Aguado. Intervinieron tambi¨¦n la argelina Houria Sehili, farmac¨¦utica de profesi¨®n, que reside en Valencia y es presidenta de la Asociaci¨®n Mujeres Inmigrantes, y Marta L¨®pez, miembro de la Coordinadora Internacional de la organizaci¨®n Ni putas ni sumisas.
Houria Sehili tambi¨¦n es refugiada pol¨ªtica. Lleg¨® hace 10 a?os a Espa?a procedente Argelia, huyendo de la amenaza de un grupo islamista que asesin¨® a su hermano delante del resto de la familia. Sehili asegura que vino a Espa?a para "salvar la vida", y aqu¨ª "ha encontrado la libertad". "El Islam da todo el derecho a la mujer pero en la sociedad musulmana no se refleja", lamenta. "M¨¢s del 50% de mujeres de Argelia tienen estudios universitarios, el 50% ocupan cargos directivos, una mujer que presenta a las elecciones para la presidencia, mujeres cultas, pero con todo ello somos discriminadas socialmente".
Por su parte, Amirian advierte de la "alianza del fanatismo cristiano, jud¨ªo e isl¨¢mico contra la mujer", y asegura que en pa¨ªses occidentales las inmigrantes de pa¨ªses musulmanes "sufren discriminaciones", pero los pol¨ªticos y la administraci¨®n "prefieren mirar hacia otro lado" por miedo a una posible "rebeli¨®n" de la comunidad musulmana.
Ana Aguado es profesora de Historia Contempor¨¢nea de la Universitat de Val¨¨ncia.
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