"Siete sacerdotes abusaron de m¨ª hasta que me qued¨¦ embarazada"

Vivi¨® cuatro a?os de abusos, pero se call¨®. Se sent¨ªa culpable. Rita Milla aguant¨® hasta que se qued¨® embarazada. Tuvo una ni?a de uno de ellos.

Pregunta. ?C¨®mo empez¨® todo?

Respuesta. Los abusos empezaron cuando ten¨ªa 16 a?os. Viv¨ªa aqu¨ª, en California. Fue con un sacerdote que luego invit¨® a otros para que abusaran de m¨ª tambi¨¦n. Lo hicieron siete sacerdotes. No termin¨® hasta que yo tuve 20 a?os y qued¨¦ embarazada de uno de ellos. Para esconder lo que hab¨ªan estado haciendo me mandaron a las Islas Filipinas para tener all¨ª a mi ni?a, dejarla all¨¢ y regresar como si nada hubiera pasado.

P. ?Recuper¨® a su hija?

R. S¨ª. Cuando llegu¨¦ all¨ª enferm¨¦ de gravedad. Tuve que quedarme all¨ª. Vinieron mi madre y mi hermana. Cuando naci¨® mi hija estaba a punto de morirme, pero al final la traje a EE UU.

"Lo que me asust¨® m¨¢s es que se lo cont¨¦ a los obispos y no les import¨®"

P. Cuatro a?os de abusos es un largo tiempo. ?Por qu¨¦ no pudo salir de esa situaci¨®n?

R. Yo era muy tontita, muy religiosa. Estaba como atrapada, como si no tuviera derecho de decir "no". Era como si yo no importara, como si s¨®lo importaran los sacerdotes. A veces iba a confesi¨®n con otros sacerdotes y les contaba lo que pasaba, pero yo me sent¨ªa muy mal. Uno me dijo que era mi culpa, que as¨ª eran las mujeres.

P. ?Lo hablabas con tus padres?

R. No. El sacerdote me hizo prometer que no se lo dijera a nadie. Una vez se lo dije a una profesora, ella se lo dijo a ¨¦l y se enoj¨® mucho. Me dijo que iba a echar a perder su vida si se enteraba la polic¨ªa, que tendr¨ªa muchos problemas. Me sent¨ª mal, como si fuera mi culpa si algo le pasara a ¨¦l.

P. Siete sacerdotes no es un caso aislado...

R. Ninguno dijo nada. Y hab¨ªa otros que no abusaron de m¨ª pero sab¨ªan lo que estaba pasando y no dijeron nada. Despu¨¦s supe que unos estaba abusando de muchachos, de ni?os, y por eso no estaba interesado en m¨ª. Cada uno hac¨ªa algo diferente, y unos se tapaban a otros.

P. ?Cu¨¢ndo decidi¨® dar un paso adelante y contar su caso?

R. Yo quise hablar con los obispos para que lo que me ocurri¨® a m¨ª no le ocurriese a nadie m¨¢s.

P. ?Y qu¨¦ hicieron?

R. Nada. Eso fue lo que me asust¨® m¨¢s. Los sacerdotes ya sab¨ªan que yo hab¨ªa hablado con los obispos, y les dijeron que no les importaba nada, como d¨¢ndoles permiso para seguir.

P. ?Sinti¨® desesperaci¨®n? ?No pens¨® en ir a la polic¨ªa?

R. Era un tiempo muy horrible. Yo quer¨ªa suicidarme, estaba muy deprimida. Fui a una psic¨®loga y ella fue quien me dio la idea de buscar a un abogado para poner una demanda. Y fue entonces cuando la Iglesia empez¨® a actuar como si esto les importara.

P. ?Cree usted que esto es un patr¨®n de comportamiento en la Iglesia que todav¨ªa se repite?

R. Tengo miedo de que todav¨ªa se est¨¦n cubriendo unos a otros. S¨®lo les import¨® todo esto cuando se trataba de dinero, pero no cuando se trataba de ni?os. Ojal¨¢ que hayan aprendido que esto puede volver a pasar si no hacen algo para eliminar el problema.

P. ?Est¨¢ satisfecha con la resoluci¨®n de este caso o le hubiera gustado que alguien fuera declarado responsable penal de lo ocurrido, quiz¨¢ el cardenal Roger Mahony, que particip¨® en ese encubrimiento?

R. Me gustar¨ªa que el cardenal Mahony estuviera en la c¨¢rcel porque lo que hac¨ªa era esconder a criminales.