La literatura como insomnio
Durante una noche de insomnio de un oto?o cuatro personas mayores ven pasar los segundos, los minutos, las horas, todo el tiempo del mundo. Dos mujeres y dos hombres: una enfermera y un polic¨ªa (funcionarios obligados a una servidumbre de tristezas y cr¨ªmenes de Estado que marcar¨¢n sus caracteres), una madre a la que se le suicida una hija con 15 a?os y un propietario rural. Voces que se lanzan a tumba abierta a la rememoraci¨®n de los hechos m¨¢s importantes de su existencia mientras luchan, no se sabe muy bien, por dormirse o por no dormirse. A veces, hartos de tanta desolaci¨®n sin arreglo, parece que quisieran borrarse de la conciencia, cerrar los ojos y fugarse hacia la nada. Pero en muchas m¨¢s ocasiones dan la impresi¨®n de que su insomnio es vocacional: seguir despiertos les garantiza no quedar disueltos en una inexistencia donde tendr¨ªan que convivir a la fuerza con sus pesadillas; mantener los ojos abiertos, abierto el libro donde se van escribiendo sus obsesiones, les libra de esa muerte que presienten hermanada con el alba, ese final que afila su l¨¢piz detr¨¢s de las primeras luces del d¨ªa. Cuatro voces en la novela Ayer no te vi en Babilonia que se entretejen formando nudos y redes que acaban atrapando a su autor, el portugu¨¦s Ant¨®nio Lobo Antunes (Lisboa, 1942), el cual aparece espor¨¢dicamente en notas ca¨ªdas en el texto del tipo "me est¨¢ gustando escribir esto, ?me seguir¨¢ gustando al revisar el cap¨ªtulo?" o "respecto a los p¨¢jaros problema id¨¦ntico al de los ¨¢rboles; ?gorriones?", y atrapando tambi¨¦n a los lectores, a los que se exige un esfuerzo por seguir el hilo enredado de las historias similar al esfuerzo que realizan los personajes por soportar el peso de una noche tan larga.
AYER NO TE VI EN BABILONIA
Ant¨®nio Lobo Antunes
Traducci¨®n de Mario Merlino
Mondadori. Barcelona, 2007
433 p¨¢ginas. 23,90 euros
Cuatro mon¨®logos interiores que, en efecto, se entrecruzan sin contribuir con ello a construir un ¨²nico relato poli¨¦drico, como ser¨ªa el caso del Faulkner de Mientras agonizo o Santuario, sino a crear una atm¨®sfera com¨²n de des¨¢nimo y desilusi¨®n, de acabamiento y miedo a los fantasmas del pasado (sobre todo en el caso del polic¨ªa, al que se le aparecen los espectros de un mendigo o de un sacrist¨¢n a los que tuvo que ejecutar por el bien de la Iglesia y del Estado), de pacto imposible con los errores propios y las miserias de una sociedad en descomposici¨®n. Una atm¨®sfera que no la crea ninguna clase de sentido o s¨ªmbolo oculto o de experiencias ejemplares, universales, sino los jirones sueltos a los que han quedado reducidas sus vidas, esos retazos de vida que se empe?an en no dormirse quiz¨¢s para que tampoco se duerma el pueblo del que forman parte, ll¨¢mese Portugal o la raza humana. Voces sin cuerpo o mejor: las voces del cuerpo cuando se expresan sin la mediaci¨®n de la conciencia, cuando las dejamos alzarse desde las entra?as.
Lobo Antunes titula enigm¨¢ti
camente este libro con una frase en escritura cuneiforme hallado en un fragmento de arcilla de 3000 antes de Cristo. La Babilonia y el ayer a los que se refiere, ?son el tiempo y el espacio de la invenci¨®n de la escritura, ese lugar y ese momento en los que los humanos nos atrevimos a esa otra clase de insomnio que es la literatura? Un insomnio que, desde luego, padece un autor con una facilidad prodigiosa para enlazar obras maestras (inolvidable, por ejemplo, su trilog¨ªa sobre la muerte e inolvidables sus cr¨®nicas, entre las que recomiendo Receta para leerme o La compasi¨®n del fuego) que dentro de 5.000 a?os, en arcilla o en polvo de estrellas, seguir¨¢n ley¨¦ndose con pasi¨®n.
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