No imponer, no impedir
La publicaci¨®n del art¨ªculo de Josu Jon Imaz fue acogida con la l¨®gica divisi¨®n de opiniones. Para el arco pol¨ªtico que todav¨ªa en el fondo es constitucionalista, supuso un valiente acto de cordura que ven¨ªa a frenar los prop¨®sitos de un lehendakari tan corto de ideas como obstinado, quien con su anuncio de ilegal consulta popular ven¨ªa a agudizar la desestabilizaci¨®n producida por el fin de la tregua de ETA. La imagen resultante fue di¨¢fana: Imaz contra Ibarretxe. Para los abertzales de pura cepa, se trataba de una traici¨®n a los principios y una vulneraci¨®n de la regla de oro seg¨²n la cual el terror de ETA en nada debe afectar a la estrategia pol¨ªtica del nacionalismo. Nada hay tan democr¨¢tico como ir hacia la autodeterminaci¨®n a la sombra de ETA, nos recuerda Barrena en Gara; otra cosa es "jugar sucio". Con sordina, EA, los hombres de Egibar y el inefable Madrazo piensan lo mismo.
Sin lugar a dudas, es ¨¦sta la principal contribuci¨®n de Josu Jon Imaz a una deseable normalizaci¨®n de la vida pol¨ªtica vasca. En los meses de la supuesta tregua, advirti¨® una y otra vez contra el riesgo de dos mesas simult¨¢neas que permitieran a ETA convertirse en la banca de la partida pol¨ªtica. Ahora es tajante. Una vez cumplido satisfactoriamente el reposo del guerrero, ETA ocupa una posici¨®n dominante, marcando la agenda pol¨ªtica al hacer colgar su espada de Damocles sobre la sociedad vasca, y es deber por consiguiente de los dem¨®cratas desalojarla de esa posici¨®n privilegiada. Ello exige para los distintos partidos pol¨ªticos, nacionalistas incluidos, medir los propios movimientos de manera que en modo alguno pueda beneficiarse ETA de los mismos. Tal ser¨ªa el caso de la consulta popular anunciada por Ibarretxe, que permitir¨ªa incluso a ETA convertirse en tutor de la supuesta expresi¨®n democr¨¢tica, nueva tregua mediante, para legitimar a continuaci¨®n el regreso a "la lucha armada" si el resultado le contrar¨ªa por una u otra raz¨®n.
Nada con el terror, ni a favor del terror. Es la postura m¨¢s inequ¨ªvoca del PNV desde los a?os 80. Y teniendo en cuenta las maniobras orquestales en la oscuridad a que se ha entregado en estos dos ¨²ltimos a?os el presidente Zapatero, la clarificaci¨®n es especialmente de agradecer. Pero al mismo tiempo el planteamiento de "No imponer, no impedir", desplegado ya antes en la declaraci¨®n del EBB de 24 de octubre de 2005, contiene elementos que mal pueden servir para la normalizaci¨®n, lo cual explica que el reencuentro Imaz-Ibarretxe, por lo menos de puertas afuera, haya podido ser escenificado tan pronto.
La clave est¨¢ en mantener la primera divisoria: no cabe hablar de "libre decisi¨®n" con ETA encima. Lo comprobaremos en septiembre, tal y como ha anunciado el PNV refiri¨¦ndose a la consulta. A su lado parece razonable la condici¨®n de que una nueva norma reguladora del autogobierno vasco tenga mayor respaldo que el Estatuto de Gernika, si bien aqu¨ª, en la pr¨¢ctica, esto significa que el PSOE ha de apoyarla, lament¨¢ndose eso s¨ª la previsible automarginaci¨®n del PP.
Ah¨ª est¨¢, sin embargo, el "no impedir", que plantea la exigencia de que las Cortes "no veten", esto es, se vean privadas del papel que la Constituci¨®n les otorga en cuanto a la reforma de los Estatutos. Aqu¨ª las nubes difuminan el discurso de Imaz de cara a los objetivos: ?un indeterminado "autogobierno"? ?soberan¨ªa compartida entre Espa?a y Europa? Poco importa. Una vez logrado el consenso en Euskadi, y con un Eguiguren o un Madrazo se puede ir a cualquier parte, lo que se producir¨ªa de modo inevitable es la apertura de un proceso constituyente vasco, y desde esa rampa de lanzamiento, con todas las manipulaciones de lenguaje que ense?¨® el fallido proceso soberanista de Quebec, la consulta ser¨ªa sobre la independencia. No cabe esperar mucho del entendimiento de Zapatero, pero tal vez perciba, tras el fracaso con ETA, que conviene aclarar previamente las ideas en lo que se refiere a los propios fines y al grado de aceptaci¨®n de las reivindicaciones del otro. Sobra ya el di¨¢logo de sordos.
Mientras ETA se dispone a matar de nuevo, no estar¨ªa mal que para hacer efectiva la famosa "unidad", cada uno, del PP al PSOE, pasando por Imaz, precisase sus hojas de ruta. Hoy s¨®lo la de ETA es clara.
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