Bush proh¨ªbe a la CIA los malos tratos en los interrogatorios
El presidente de EE UU ordena a la agencia que se someta a la Convenci¨®n de Ginebra
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, firm¨® ayer una orden ejecutiva que proh¨ªbe que en los interrogatorios a presuntos terroristas se apliquen tratos crueles e inhumanos, as¨ª como humillantes, contra las creencias religiosas de los reclusos. El decreto presidencial est¨¢ dirigido a la CIA, y le recuerda que debe cumplir con la Convenci¨®n de Ginebra, seg¨²n confirm¨® el director de la agencia, Michael Hayden.
Lo anterior no significa que la Casa Blanca reconozca que la Central de Inteligencia tenga, o haya tenido, un programa de detenci¨®n e interrogatorios. Pero avisa de que en caso de tenerlo deber¨¢ siempre incorporar las normas contenidas en la nueva orden.
En el punto de mira del decreto del presidente se encuentran los presuntos terroristas de Al Qaeda que puedan tener alguna informaci¨®n sobre planes de atentados o sobre el paradero de los principales dirigentes de la red. El decreto del presidente proh¨ªbe expl¨ªcitamente "actos violentos lo suficientemente serios como para ser considerados comparables al asesinato, la tortura, la mutilaci¨®n y el tratamiento inhumano y cruel" y "abusos intencionados e intolerables tan serios que cualquier persona razonable, considerando las circunstancias, los considerar¨ªa m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de la decencia humana". Pero no entra en detalles. Sin embargo, se extiende a la hora acotar el tema religioso y expl¨ªcitamente proh¨ªbe la humillaci¨®n de la "religi¨®n, pr¨¢cticas religiosas u objetos religiosos" de los detenidos. "El presidente ha insistido en imponer unas normas legales para que los agentes de la CIA que toman parte en este trabajo esencial no se pongan en peligro al hacer su trabajo y para que sigan manteniendo a Estados Unidos libre de ataques", coment¨® ayer Tony Snow.
Las sospechas sobre el dudoso respeto de la CIA a los derechos humanos vienen de tiempo atr¨¢s. Bush reconoci¨® en septiembre de 2006 la existencia de prisiones secretas operadas por esta agencia para llevar a cabo detenciones extraordinarias y transferir detenidos sospechosos de terrorismo a territorio estadounidense o a pa¨ªses donde se practica la tortura. No hay ninguna directiva p¨²blica sobre detenciones en la CIA. S¨®lo se sabe que existe una normativa presidencial que permite a los agentes capturar y retener a sospechosos sin tener que dar cuentas a administraciones p¨²blicas o revelar las condiciones en las que son detenidos.
La nueva orden llega 10 meses despu¨¦s de que la Administraci¨®n Bush suspendiera su programa de c¨¢rceles secretas y transfiriera a algunos de esos presos fantasma al centro de detenci¨®n de Guant¨¢namo, despu¨¦s de que el Tribunal Supremo cuestionara el programa de la CIA. La m¨¢xima corte de justicia norteamericana determinaba en junio del a?o pasado que juzgar a los detenidos en la guerra contra el terrorismo en tribunales militares violaba tanto la ley de EE UU como la internacional. Entonces Bush no tuvo otra salida que negociar con el Congreso y solicitar a las c¨¢maras que cambiaran la ley, sin dejar de insistir en que la nueva normativa autorizase a los agentes de la CIA a usar m¨¦todos severos a la hora de cuestionar a los sospechosos.
As¨ª, en octubre Bush daba el visto bueno a la ley que ha abierto la puerta a los comit¨¦s militares que juzgan a enemigos combatientes en tiempos de guerra (los detenidos en la guerra contra el terrorismo) y permite al presidente determinar qu¨¦ es legal y qu¨¦ no lo es en las t¨¦cnicas de interrogatorio de sospechosos.
Por otra parte, un juzgado de apelaciones de Washington dictamin¨® ayer que los jueces de Guant¨¢namo deben considerar todas las pruebas que aporten las partes, no exclusivamente las que aporte el Ej¨¦rcito. Bush hab¨ªa intentado hasta ahora que los juicios se celebrasen con las pruebas que los militares permitieran en la sala. Los detenidos, por ahora, no tienen derecho a abogados o a aportar testimonios por propia voluntad.
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