Buenas noticias para Blair y para Brown
Ayer fue un buen d¨ªa para los Laboristas: ganaron las elecciones parciales para cubrir dos esca?os en los Comunes y se quitaron de encima el fantasma de la supuesta venta de distinciones. Fue un buen d¨ªa para Tony Blair, que ve¨ªa amenazado su maltrecho legado con el peligro de acabar viendo procesados a dos colaboradores muy pr¨®ximos en sus 10 a?os de primer ministro y evita as¨ª el peligro de tener que declarar ante un tribunal. Blair ha sido interrogado tres veces en privado por la polic¨ªa en calidad de testigo, convirti¨¦ndose en el primer jefe de Gobierno brit¨¢nico en ejercicio interrogado en un caso de supuesta corrupci¨®n.
Pero las noticias de ayer fueron especialmente buenas para su sucesor, Gordon Brown. El nuevo primer ministro no se jugaba su prestigio personal en este caso, pero un proceso judicial en oto?o hubiera centrado la atenci¨®n de los medios y habr¨ªa contribuido a recordar que los laboristas llevan 10 a?os en el poder y que su gesti¨®n no es lo inmaculada que prometieron al llegar.
Un procesamiento hubiera afectado tambi¨¦n a las alica¨ªdas arcas del Partido Laborista porque muchos potenciales donantes preferir¨ªan guardar su dinero antes que d¨¢rselo a un partido que puede acabar llev¨¢ndoles a los tribunales.
Con siete puntos de ventaja en los sondeos, enterrada la posibilidad de un proceso por financiaci¨®n ilegal y con el l¨ªder conservador David Cameron cuestionado tras sus ¨²ltimos vaivenes pol¨ªticos y por la humillaci¨®n tory en las elecciones parciales del jueves, la posibilidad de que Gordon Brown acabe convocando elecciones anticipadas en oto?o empieza a convertirse en algo m¨¢s que una mera especulaci¨®n.
Aunque cuesta imaginar a Brown jug¨¢ndose tan pronto un cargo que le ha costado 10 a?os alcanzar, su entrada en Downing Street ha sido mucho mejor recibida de lo esperado y puede verse tentado a aprovecharlo para consolidarse como primer ministro anticipando las elecciones, que normalmente deber¨ªan celebrarse en mayo de 2009 y que legalmente pueden retrasarse hasta 2010.
Incapaz de equipararse a Blair en carisma y telegenia, Brown se ha presentado como un hombre que quiere trabajar en equipo, poner el parlamento en el centro de la vida pol¨ªtica y acabar con la manipulaci¨®n medi¨¢tica de la pol¨ªtica. Ese cambio se ha visto ya en muchos detalles. Por ejemplo, los intentos de atentado en Londres y Glasgow de hace unas semanas fueron afrontados sin el melodrama al que se agarraba Blair. Otro ejemplo: al divulgar esta misma semana las cifras de evoluci¨®n de la delincuencia, la evaluaci¨®n pol¨ªtica a cargo del Ministerio del Interior ha estado claramente separada de la interpretaci¨®n que de las cifras hac¨ªan los expertos. Son matices, pero pueden acabar marcando la diferencia.
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