El mundo a los pies de Edurne

S¨ª. Tengo el pique de subir el noveno ochomil", confes¨® Edurne Pasaban (Tolosa, 1973) el 21 de junio de 2006 en una escuela de formaci¨®n de ejecutivos de Barcelona, durante un acto en el que la alpinista relat¨® la experiencia de la ascensi¨®n al K2, la segunda cima del mundo, con sus 8.611 metros, que hab¨ªa protagonizado dos a?os antes. Aquel ¨¦xito fue su s¨¦ptima gran cumbre, aunque lo pag¨® con la amputaci¨®n de dos falanges de los dedos de sus pies, por congelaci¨®n. Hasta entonces, Pasaban negaba su pretensi¨®n de convertirse en la primera mujer en completar la colecci¨®n de las 14 grandes cimas del mundo. Sin embargo, el proyecto estaba en marcha. Coron¨® el Nanga Parbat en 2005. Y el pasado a?o anunci¨®: "Me planteo llegar a los 14 ochomiles en dos o tres a?os".

Le aguardan cinco colosos de m¨¢s de 8.000 metros para tener en su casa las 14 fotos de su sue?o

Edurne retom¨® el reto con una sonrisa. El calendario de 2007 era exigente. Arropada por el equipo de televisi¨®n de Al filo de lo imposible y por Juan Oiarzabal, el rey mundial de los ochomiles con 21 (ha repetido varios), aguardaban a Edurne las cimas del Annapurna, el Broad Peak y el Manaslu. No pudo con el Annapurna, que deber¨ªa haber sido su noveno ochomil. Pero la aclimataci¨®n conseguida en la monta?a el pasado mayo le sirvi¨® para plantarse a finales de junio en la base del Broad Peak y hollar los 8.047 metros en s¨®lo 15 d¨ªas.

Edurne, como en sus anteriores proezas, no ascendi¨® sola. En el asalto final a la cumbre el pasado 12 de julio estuvo arropada por alpinistas curtidos en las alturas. Una ayuda esencial en el nuevo ¨¦xito de Pasaban, que abord¨® la subida con v¨®mitos a consecuencia de una indigesti¨®n provocada por un alimento en mal estado. "En ese momento fue cuando sent¨ª m¨¢s cercano el calor de mis amigos Ferran, Asier e Iv¨¢n, que me empujaron a mi novena cima", relata Pasaban.

Atr¨¢s quedan los malos tiempos. Una depresi¨®n que la mantuvo a?o y medio en un agujero negro y el des¨¢nimo que vivi¨® con Oiarz¨¢bal en el dur¨ªsimo descenso del K2, en el que el alpinista pag¨® un precio a¨²n m¨¢s alto que Edurne: la amputaci¨®n de los 10 dedos de los pies. Pasaban, licenciada en Ingenier¨ªa Industrial, dej¨® su Tolosa natal, deleg¨® en su madre la regencia de un restaurante rural y estableci¨® su residencia en Barcelona, donde curs¨® un m¨¢ster de empresa.

"Luchadora, trabajadora, sufridora e incansable". As¨ª la definen sus amigos. Aunque ha visto el mundo desde la cima de nueve ochomiles, sigue empap¨¢ndose de Pirineos, donde empez¨® a subir a los 17 a?os. Visit¨® los Andes antes de hacer realidad su obsesi¨®n por el Everest. El techo del mundo, con sus 8.848 metros, fue el primer gigante que coron¨®, en 2001 y con ox¨ªgeno. Era una desconocida en el mundo del alpinismo, y sus incursiones al Himalaya se produc¨ªan gracias al poder adquisitivo de su familia. Al a?o siguiente se hizo con el Makalu, su mejor ascensi¨®n desde el punto de vista del valor alpino. "En el Makalu practiqu¨¦ alpinismo en estado puro", cuenta.

Pronto lleg¨® el Cho Oyu. Y el Lhotse y los Gasherbrum 1 y 2, que cayeron en 2003. Estos tres colosos los escal¨® en un tiempo de dos meses y situaron, de repente, a Pasaban en la primera de las alpinistas vivas en liderar la lista. El K2, en 2004, la convirti¨® en la reina del Himalaya. El reinado en solitario fue breve. La austriaca Gerlinde Kaltenbrunner igualaba los siete ochomiles de Edurne dos d¨ªas despu¨¦s.

A la dama espa?ola de los ochomiles le aguardan cinco colosos para tener en su casa las 14 fotograf¨ªas de su sue?o: Manaslu (8.123), Shisha Pangma (8.030), Dhaulagiri (8.167), Kanchenjunga (8.598) y Annapurna (8.091).