El m¨®vil viaja en tren

Un tren Talgo de esos que fueron emblema de la potencia industrial del franquismo -rojiplateados, de perfiles suaves, bautizados con advocaciones marianas-, uno de aquellos primeros convoyes r¨¢pidos hoy casi en extinci¨®n, es el protagonista de la foto ganadora en Madrid de un concurso organizado por Renfe (www.renfe.es/cercanias/madrid/) en los 11 n¨²cleos de Cercan¨ªas del pa¨ªs y fallado el 29 de mayo pasado. Desde febrero el certamen pidi¨® el env¨ªo de la mejor foto que hablara de trenes, de ciudad, de los objetos y seres inanimados que habitan con nosotros bajo el amplio tema de Naturaleza urbana.

El Talgo en cuesti¨®n es una especie de fantasma que vaga por la estaci¨®n de Chamart¨ªn bajo un cielo crepuscular y evocador cruzado por catenarias. El que captur¨® ese vestigio del pasado ferroviario (los ojos de buey del Talgo primero no se ven desde hace un a?o en la estaci¨®n del Norte de Madrid) se llama Rafael S¨¢nchez. De 43 a?os, este madrile?o cumpli¨® el pasado mi¨¦rcoles 24 a?os de empleado en Renfe (ahora es factor de circulaci¨®n de Adif, empresa desgajada de la operadora que gestiona sus infraestructuras) y lo suyo con los trenes viene a¨²n de m¨¢s lejos. Su padre es ferroviario y su madre, que ya muri¨®, tambi¨¦n lo era. Y los dos abuelos. La sangre de S¨¢nchez pudiera ser puro di¨¦sel que circula por caminos de hierro.

'Naturaleza urbana' era el lema del concurso, ganado por un hijo y nieto de ferroviarios

L¨®gico que tuviera posibilidades de ganar porque, como dice ¨¦l, "voy todo el d¨ªa fotografiando con el m¨®vil lo que me gusta". Y lo que le gusta, lo que ha mamado, son los trenes. La estampa que se ha llevado el primer premio y le ha valido una c¨¢mara digital, elegida entre unas 300 recibidas, es un montaje de cuatro fotos (en su ordenador guarda m¨¢s de 1.000), lo que habla de la otra gran afici¨®n de S¨¢nchez, la inform¨¢tica, que combinada con ese ojo entrenado que tiene desde que aparecieron los m¨®viles con c¨¢mara han dado este resultado.

Su primer m¨®vil s¨®lo ten¨ªa ocho megas de memoria, pero los ha ido renovando hasta el tel¨¦fono avanzado que posee ahora y al que ha acoplado una tarjeta de memoria de 1 giga con la que puede almacenar muchas fotos de unos 500 K de peso. En estas condiciones de calidad, el fot¨®grafo de m¨®vil debe retocar las im¨¢genes para que ganen puntos. El presidente del jurado del concurso, el fot¨®grafo Pedro Mart¨ªnez de Albornoz, lo explica: "Estos archivos necesitan de una posproducci¨®n m¨ªnima, porque la foto que obtienes del m¨®vil es plana, neutra; por eso hay que subir el contraste o tocar un color con el ordenador".

El problema de la baja calidad de las im¨¢genes hechas con el m¨®vil, dada su todav¨ªa baja resoluci¨®n, se compensa con una gran ventaja: "Con el m¨®vil no tienes que saber usar un aparato, por lo que puedes dar rienda suelta a tus instintos visuales", asegura Mart¨ªnez de Albornoz. Eso es lo que ha hecho S¨¢nchez, cuya foto, seg¨²n el jurado, "tiene capacidad de sugesti¨®n, que es una de las armas de la fotograf¨ªa, y un valor po¨¦tico cierto".

Mart¨ªnez de Albornoz sostiene que "la sobreabundancia de im¨¢genes puede provocar un desinter¨¦s por ellas". "Antes, la fotograf¨ªa ten¨ªa un valor incluso patrimonial, yo las he heredado de mis abuelos, pero ahora muchas veces no pasan del ordenador al que se vuelcan y cuando se llena la memoria muchas se borran y se pierden para siempre", concluye el fot¨®grafo.