El Tour m¨¢s triste de Pereiro
El ganador virtual de la pasada edici¨®n pierde la esperanza de recibir el 'maillot' amarillo
"No olvidemos a ?scar Pereiro", advierte Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri. "No olvidemos que el a?o pasado el Tour pudo haber actuado con la misma rapidez en el caso Landis y no lo hizo. No olvidemos que a¨²n no le han dado el maillot amarillo de 2006. Hay que aceptar lo legal y lo reglamentario, s¨ª, pero el a?o pasado no se siguieron las reglas al 100% en el Tour de Francia".
Recordemos a Pereiro, pues.
Si para todos los veteranos del Tour, los d¨ªas de agitaci¨®n en los Pirineos no han hecho sino reavivar la sensaci¨®n de d¨¦ja vu que el Tour, en todos sus extremos, propone -un "98 bis", como dice tambi¨¦n Ech¨¢varri, forjador de frases felices, en relaci¨®n al caso Festina-, para ?scar Pereiro, el ya visto, m¨¢s que provocarle pereza, aburrimiento, como a la mayor¨ªa, le provoca amargura personal, hast¨ªo. Y lo tiene tan visto Pereiro que considera este Tour, el de 2007, "el Tour m¨¢s triste que he corrido, la continuaci¨®n de lo m¨ªo un a?o despu¨¦s".
"No puedo pensar en c¨®mo lo estar¨¢ pasando Contador, porque en m¨ª no pens¨® nadie. Nadie"
"Me quema la exclusi¨®n de Rasmussen. No tiene ni pies ni cabeza; sin dar positivo, ?hala!, a casa"
Si Contador recibi¨® ayer el maillot amarillo despu¨¦s de que el Tour presionara lo indecible para lograr que el equipo holand¨¦s Rabobank forzara a la direcci¨®n del equipo a retirar al l¨ªder Rasmussen, sospechoso de hacer trampas y de ser un mentiroso, Pereiro lleva todo el Tour con el dorsal 11 y sin rastro de la seda amarilla que a¨²n no ha soltado Landis, empe?ado en una batalla legal sin fin. "Por eso no me puedo poner en la piel de Contador", dice en la salida de Pau a un buen corro de periodistas. "No puedo pensar en c¨®mo lo estar¨¢ pasando, porque en m¨ª no pens¨® nadie. Nadie".
En dos de sus tres anteriores participaciones en el Tour, el ciclista gallego del Caisse d'?pargne termin¨® el d¨¦cimo clasificado, el puesto que, m¨¢s o menos, deber¨ªa haber ocupado el a?o pasado si una fuga permitida y alentada por el mismo Landis no le hubiera regalado media hora y el liderato de la carrera. El d¨¦cimo, el mismo puesto en que, prodigio de la regularidad, seguramente termine este a?o (actualmente es und¨¦cimo), una edici¨®n en la que regularmente ha formado parte en la monta?a del segundo o tercer escal¨®n en compa?¨ªa de su amigo Valverde. Terminar¨¢ de nuevo en el top ten, seguramente, de una carrera que amaba -"el Tour ya no es el Tour", dice Pereiro- pero s¨®lo si llega a Par¨ªs, asunto que ayer no ten¨ªa tan claro. "Estoy muy quemado", prosigue el corredor. "No deber¨ªa siquiera salir en esta etapa, no estoy de acuerdo con el circo". La quemadura de Pereiro, hombre de prontos, de genio, no proviene estos d¨ªas del asunto de su Tour, que es, en todo caso, un fuego constante pero de baja intensidad, sino de lo ¨²ltimo que ha pasado en un Tour que cada d¨ªa se gana titulares extradeportivos en medio mundo. "Estoy quemado por la exclusi¨®n de Rasmussen", aclara. "Si tan claro lo ten¨ªa su equipo", a?ade, "que se lo hubieran dicho tres d¨ªas antes, y as¨ª, por lo menos, habr¨ªa liberado a su equipo, a los corredores que se han estado dando tremendas palizas desde que cogieron el liderato en los Alpes. Pero es que, adem¨¢s, no tiene ni pies ni cabeza lo que han hecho: sin haber dado positivo ni nada, ?hala!, a casa. Y si hay algo de verdad contra Rasmussen, pues que lo eche la UCI, y no su equipo".
Pereiro es un superviviente, como todos sus compa?eros, como todas las gentes del ciclismo. Un superviviente desorientado. Como todos. "Sinceramente no s¨¦ ad¨®nde va a ir a parar todo esto", se pregunta. "La ¨²nica soluci¨®n ser¨ªa cerrar el circo". El circo. Los corredores son m¨¢s autocr¨ªticos que los medios cr¨ªticos, que tambi¨¦n despegan del ciclismo la etiqueta de deporte y le pegan la de reality show para abuelos en las cunetas. Algo, por lo menos, m¨¢s actual que el viejo concepto de circo.
Aunque no gane el Tour, Contador tiene al menos un maillot amarillo. Pereiro tiene otros, de los d¨ªas en que lo visti¨® el a?o pasado hasta que Landis se lo arranc¨® en la contrarreloj final. Pero le falta el que le debieron poner en la meta de Par¨ªs, una prenda a la que no tiene pensado, de todas maneras, un hueco en su vitrina. "Como creo que no me llegar¨¢ nunca, no quiero pensar en qu¨¦ har¨ªa con ella".
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