"Ponme el parte"

Lo mejor que tiene -y tiene cosas muy buenas- Lorenzo Mil¨¢ es su naturalidad; es sencillo y afectuoso con el telespectador. Una vez lo vi subido a un estrado, en el hotel Ritz de Madrid, y estaba enfrascado en la presentaci¨®n de un libro que mereci¨® la concurrencia de Camilo Jos¨¦ Cela, que a pesar de las apariencias estaba re?ido con la naturalidad. Me fui de all¨ª pensando que a Lorenzo Mil¨¢ no lo iba a doblegar nadie, ni la fama lo iba a hacer superficial, banal, tontuelo. Para nada. Su ¨¦xito en La 2, que fue un ¨¦xito gratificante para la informaci¨®n, se debi¨® a esa naturalidad, que incluye una deferencia con el telespectador: explica, pero no impone. En su telediario, el de TVE-1, en su segunda edici¨®n, ha dominado los nervios primerizos y ha vuelto a ser el Mil¨¢ de los primeros tiempos de La 2: explicativo pero no impositivo. Y, adem¨¢s, con mucho sentido del humor, para lo que dice cuando lee en el teleprompter, y para lo que apostilla. Hace poco se escuch¨®, en un reportaje sobre los olores y el cuerpo, una ventosidad sonora, y ¨¦l la dej¨® ir con la sabidur¨ªa del que sabe que el telespectador es al menos tan inteligente como ¨¦l. Y anteanoche, primero con Rosana Romero, la periodista de deportes, y despu¨¦s consigo mismo, tras la emisi¨®n de uno de los ensayos de Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨®, Mil¨¢ dio lo mejor de s¨ª mismo. Rosana Romero le cont¨® que en China va a estar prohibido besarse durante los Juegos Ol¨ªmpicos, y, como un Walter Matthau de la tele, la invit¨® a romper all¨ª mismo la prohibici¨®n de los chinos; en esos di¨¢logos que sirven de transici¨®n entre una informaci¨®n y otra, Mil¨¢ ha depurado la t¨¦cnica y ha refrescado el ambiente. Y cuando ya iba a despedir el telediario, hizo lo que pocas veces hab¨ªa hecho: en la pantalla de ficci¨®n Imanol Arias hab¨ªa pedido: "Ponme el parte". Y Mil¨¢, como si reprodujera una nostalgia propia, acab¨® el informativo con la misma frase: "Ponme el parte". El libro que podr¨ªa hacerse con su invocaci¨®n.