Un r¨ªo que no se agota
Casi una d¨¦cada separa R¨ªo eterno del anterior poemario de ?ngel Rup¨¦rez (Burgos, 1953), Una raz¨®n para vivir, publicado en 1998. Ese par¨¦ntesis, infrecuente entre los poetas contempor¨¢neos, pone de relieve una dedicaci¨®n pausada y un acercamiento a la creaci¨®n po¨¦tica desprovisto de urgencias.
Estamos, como en sus libros anteriores, ante una poes¨ªa serena, meditada y reflexiva, que descansa, ante todo, en la mirada hacia (y en) la naturaleza. En una naturaleza animada por la presencia del hombre, de un hombre que descubre, recuerda y medita. En ella, el poeta encuentra las se?ales que hablan de la vida, de la duraci¨®n, de la permanente confrontaci¨®n de la vida con sus l¨ªmites existenciales. Es sobre ese equilibrio fr¨¢gil donde los poemas de Rup¨¦rez construyen un mundo hecho de fragmentos de memoria -una memoria m¨¢s de las sensaciones que de las an¨¦cdotas, aunque ¨¦stas sean, a veces, reconocibles-, de lugares y paisajes, de interrogantes sobre el sentido de lo contemplado: tanto de aquellos elementos que remiten a la huida y a la muerte (estelas, caminos, vientos, r¨ªos) como de los que nos hablan de la vida y de su continua renovaci¨®n (la luz, las estaciones, la lluvia, los p¨¢jaros, los bosques).
Todos esos ingredientes,
combinados con inteligencia en cada poema, se convierten en indicadores de estados emocionales, en escenarios hechos de palabras -de lenguaje-, en los que la vida permanece. Decir "permanece" significa que se impone en un estado nuevo, a compartir por el lector: es poema, lugar de salvaci¨®n.
Desde ese punto de vista, Rup¨¦rez enlaza, de un lado, con la poes¨ªa anglosajona m¨¢s implicada en indagar en los misterios de la naturaleza y en sus v¨ªnculos con la subjetividad y con la memoria (Yeats, Thomas, el primer Eliot), una poes¨ªa que ha traducido y antologado y a la que homenajea en el poema En la biblioteca, y, de otro, con la vertiente m¨¢s grave y existencial de la poes¨ªa de Claudio Rodr¨ªguez, inspirador del poema final, un poema en el que no s¨®lo hay una afilada reflexi¨®n sobre la muerte y sobre el r¨ªo como vieja met¨¢fora de la vida (tambi¨¦n sobre el "r¨ªo duradero" claudiano), sino una apelaci¨®n rotunda al poder de la poes¨ªa m¨¢s all¨¢ de la propia muerte. Libro denso y complejo que ronda lo metaf¨ªsico y en el que, sin embargo, apenas hay oscuridad.
Parecidas impresiones son, por otra parte, las que produce Sentimiento y creaci¨®n, un ensayo que, como reza el subt¨ªtulo, indaga "sobre el origen de la literatura, un ensayo" y sobre la relaci¨®n entre las artes. Y lo hace partiendo de la hip¨®tesis rom¨¢ntica de que la obra literaria tiene su fuente m¨¢s profunda en la experiencia interior de su autor, sea ¨¦ste poeta o pintor, Keats o Morandi.
?ngel Rup¨¦rez. R¨ªo eterno. Calambur. Madrid, 2007. 68 p¨¢ginas. 8 euros. Sentimiento y creaci¨®n. Trotta. 248 p¨¢ginas. 20 euros.
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