El artista en la cresta de la ola
Premio al mejor director en Cannes. Icono de la moda masculina. Los descomunales cuadros de Julian Schnabel adornan desde hoy la Tabacalera donostiarra. La exposici¨®n m¨¢s grande de su vida. Y en la ciudad de su coraz¨®n
-S¨®lo una cosa m¨¢s, Julian. ??ste c¨®mo va? La chica del cuaderno se refiere a un cuadro de unos quince metros cuadrados de basta lona verde, con cuatro enormes manchas de pintura blanca, que reposa en horizontal sobre unos caballetes. Con una bolsa de la virgen de Guadalupe en una mano y un blackberry en la otra, Julian Schnabel camina alrededor del enorme cuadro y se?ala uno de sus cuatro lados. -?ste lado va hacia arriba. El artista, de 55 a?os, alto y corpulento, se acerca al lado elegido, lo toca y se saca de la manga una explicaci¨®n. -?No lo ves? ?ste est¨¢ m¨¢s limpio.
"El trabajo de Jean Nouvel en el Reina Sof¨ªa es malo. Es un error arruinar as¨ª ese espacio, no le a?ade cach¨¦"
"Mucha gente piensa que yo persegu¨ªa ser una estrella. Pero no es cierto. Cuando era un ni?o ya era pintor"
La chica del cuaderno lo anota y Schnabel prosigue su paseo. Habla con entusiasmo de c¨®mo distribuir¨¢ por el espacio, a¨²n vac¨ªo, los setenta cuadros y esculturas de los que constar¨¢ la que es, dice, la mayor exposici¨®n que ha hecho en su vida. Camina veloz de una sala a otra, como un ni?o grande mostrando el mejor cuarto de juegos del mundo, un lugar incre¨ªble a su disposici¨®n para hacer todas sus trastadas. Se detiene ante la alt¨ªsima pared de una sala iluminada por la luz natural que entra por unas ventanas pegadas al techo. "Aqu¨ª ir¨¢ el gran cuadro de surf". Sigue caminando. Entra en otra sala. "Agarra de ah¨ª, por favor". Solicita ayuda para mover un enorme cuadro y apoyarlo en la pared. Da unos pasos atr¨¢s y lo contempla.
Pocos sitios se antojan mejores para exponer la obra de Schnabel que esta antigua f¨¢brica tabacalera abandonada en San Sebasti¨¢n, a punto de convertirse en un centro cultural p¨²blico de contenido a¨²n indefinido. Las paredes sucias y descascarilladas entonan con lo salvaje de su pintura y el inmenso espacio est¨¢ a escala con sus cuadros de tama?o descomunal. Adem¨¢s, esto es San Sebasti¨¢n, la ciudad de Olatz L¨®pez Garmendia, la ex modelo con quien Schnabel se cas¨® en 1993. La ciudad donde viven los abuelos de los gemelos Cy y Olmo, dos de los cinco hijos del pintor, y donde Julian y Olatz pasan varios meses al a?o. Tienen una casa en las faldas del Igeldo, e incluso un peque?o garaje que ¨¦l utiliza como estudio.Schnabel vive tiempos de ¨¦xito. Sus cuadros se muestran este verano en amplias exposiciones en Italia, Espa?a y Alemania. Su carrera en el cine acaba de dar un paso de gigante al ganar, en la pasada edici¨®n del festival de Cannes, el premio al mejor director por su tercera pel¨ªcula, Le scaphandre et le papillon, que se estrena en septiembre en Espa?a. Y, por si fuera poco, el mundo de la moda lo ha convertido en su ¨²ltimo icono. Un reportaje fotogr¨¢fico del artista en pijama, rodeado de su familia, ilustra la portada de la prestigiosa revista L'Uomo Vogue. Durante la ¨²ltima semana de la moda masculina en Mil¨¢n, la directora de la revista dio una glamourosa fiesta en su honor.
El icono del vestir lleva hoy camiseta negra, bermudas militares hechas polvo y zapatillas de skate. Tiene las u?as manchadas de pintura. Para unos es un artista lib¨¦rrimo y una figura importante del neoexpresionismo de los ochenta; para otros representa lo comercial, lo medi¨¢tico, el todo vale, los males del mundo del arte. Elige para la entrevista una inc¨®moda escalera de piedra en el jard¨ªn de la tabacalera. Dice que est¨¢ teniendo un d¨ªa malo pero que no es capaz de explicar por qu¨¦. Se muestra amable, sin prisas.
Pregunta. ?Qu¨¦ significa para usted exponer en San Sebasti¨¢n?
Respuesta. Cuanto m¨¢s vuelves a un lugar, m¨¢s te sientes como en casa. Llevo pintando aqu¨ª diez a?os. Algunos cuadros de la exposici¨®n los hice aqu¨ª. Los abuelos de los ni?os viven aqu¨ª, y sus t¨ªas. Creo que es importante para ellos.
P. ?Y para usted?
R. Tambi¨¦n. Aqu¨ª hay olas, hago surf en la playa de Gros. Tengo buenos amigos, y me gusta el festival de cine. Es un sitio precioso y divertido. Adem¨¢s, este edificio es realmente bello. Odiar¨ªa ver a una especie de nuevo arquitecto venir aqu¨ª y arruinarlo. Ser¨ªa como el Reina Sof¨ªa: era muy bonito, pero creo que el trabajo de Jean Nouvel es malo. Es un error arruinar as¨ª ese espacio, no le a?ade cach¨¦.
P. La exposici¨®n se llama Verano. ?Por qu¨¦?
R. A veces pienso en la vida y me pregunto cu¨¢ntos veranos me quedan: ?Treinta m¨¢s? En verano es cuando mejor me lo paso. Si pienso en pintar, pienso en estar al aire libre. Y eso es el verano.
P. ?De d¨®nde le llega la inspiraci¨®n en la actualidad?
R. Fui a casa de una mujer el otro d¨ªa y ten¨ªa un mueble para poner mapas. Estaban en rollos, los ten¨ªas que desenrollar. Le compr¨¦ esa cosa a la mujer y quise pintar esos mapas de morado. As¨ª que lo hice. Supongo que eso me inspir¨®. Mi trabajo es una respuesta a lo que veo en el mundo.
P. Cuando usted empez¨® a finales de los setenta, todo era arte conceptual. Pero usted eligi¨® la pintura. Algo que ahora, 30 a?os despu¨¦s, vuelve a estar de moda.
R. Yo siempre he sido un pintor. El tiempo simplemente te alcanza y luego se vuelve a ir. El otro d¨ªa estaba en Par¨ªs, en una galer¨ªa, y un tipo empez¨® a gritarme. Su novia se baj¨® los pantalones y me ense?¨® el culo. Me echaban la culpa por todo lo que no les gustaba en el arte actual. Creo que mucha gente piensa que yo persegu¨ªa ser una estrella. Pero no es cierto. Cuando era un ni?o ya era pintor. Nac¨ª en Nueva York, pero crec¨ª en Texas, as¨ª que no ten¨ªa mucha idea de lo que estaba sucediendo en el mundo del arte.
P. ?C¨®mo era su familia?
R. Mi padre era checoslovaco y mi madre rumana, aunque naci¨® en Nueva York. Mi padre emigr¨® a Amberes con 11 a?os. Viaj¨® solo. Y en 1926 se fue a EE UU y trabaj¨® toda su vida.
P. ?Cu¨¢ndo volvi¨® usted a Nueva York?
R. En 1973, ten¨ªa 21 a?os. En la ¨¦poca la gente pensaba: no tenemos que volver a Europa, para qu¨¦ mirar lo antiguo, esto es el siglo XX. Hab¨ªa una especie de concepto reduccionista de posguerra de lo que era la pintura. As¨ª que dije: necesito ir a Europa a ver esto.
P. ?Y qu¨¦ vio?
R. Vi la plaza de San Marcos, vi a Caravaggio... Y dije: esto se parece a lo que para m¨ª debe ser la pintura. Quer¨ªa pintar a Cristo en la cruz, pero ten¨ªa que hacerlo a mi manera. As¨ª que intent¨¦ hallar mi propia forma de dibujar figuras. Para m¨ª no hab¨ªa diferencia entre lo abstracto y lo reconocible. Supongo que abr¨ª posibilidades para mucha gente, caminos que pueden seguir. Pero sobre todo he creado arte para m¨ª mismo.
P. ?Su relaci¨®n con Espa?a es anterior a conocer a su mujer?
R. S¨ª. La conoc¨ª en 1986. Pero ni siquiera me dirigi¨® la palabra hasta 1991 o as¨ª.
P. ?C¨®mo se conocieron?
R. En Par¨ªs, en un restaurante vietnamita. Pero yo vine por primera vez a Espa?a en 1978. Recuerdo que fui a remar al Retiro, me tropec¨¦ y ca¨ª al lago. Hice un cuadro despu¨¦s llamado Los patos del Buen Retiro. De Espa?a, me gusta sobre todo la gente. He pasado mucho tiempo en Italia, pero los italianos son m¨¢s bizantinos. Los espa?oles son m¨¢s locos. M¨¢s directos. Obviamente, los vascos son m¨¢s estoicos, pero una vez deciden que eres su amigo, lo eres para toda la vida. Siempre me he sentido como alguien sin bandera. No me siento desde luego identificado con la pol¨ªtica de mi pa¨ªs. Siempre me he encontrado muy bien en Europa.
P. ?Sigue siendo un pintor que tambi¨¦n hace pel¨ªculas?
R. Parece que a la gente a veces le molesta que haga dos cosas, pero todo es parte del mismo trabajo. Nunca he visto el arte como una carrera. Es s¨®lo algo que hago naturalmente. Yo vivo de mis cuadros, pero no pinto cuadros para ganar dinero. No puedes permitir que las opiniones de la gente determinen tu trayectoria como artista.
P. ?Qu¨¦ cambia tras haber ganado el premio al mejor director en el ¨²ltimo festival de Cannes?
R. Supongo que significa que se han ido los prejuicios. Cuando hice Basquiat [1996] se preguntaban qu¨¦ hac¨ªa un pintor dirigiendo. Y s¨®lo era que yo conoc¨ª al tipo y pens¨¦ que alguien ten¨ªa que contar su historia bien. Lo mismo con Antes que anochezca [2000]: quer¨ªa contar la historia de la revoluci¨®n cubana a trav¨¦s de la de Reynaldo Arenas. Y la ¨²ltima pel¨ªcula esta m¨¢s all¨¢ de la tem¨¢tica: es sobre la muerte, sobre la conciencia, sobre qu¨¦ es estar vivo. La mostrar¨¦ en el festival de San Sebasti¨¢n. Y tambi¨¦n una que he hecho sobre Lou Reed, que es muy amigo m¨ªo.
P. ?Y qu¨¦ hay de su nueva condici¨®n de hombre de la moda tras ser portada de L'Uomo Vogue?
R. Franca Sozzani, la directora de la revista, me lo pidi¨®. Y yo lo hice porque mi mujer tiene una tienda en la que vende pijamas y s¨¢banas. Les dije que lo har¨ªa si escrib¨ªan algo sobre la tienda y mis exposiciones. Es dif¨ªcil tener un negocio. Y no estuvo mal. No quiero decir estupideces, pero pienso en la guerra en L¨ªbano, esos ni?os que nunca tendr¨¢n la oportunidad de ver un cuadro... Y me veo a m¨ª en esmoquin en una revista. Parece est¨²pido. Pero tienes que poner todo en contexto. Intentar entender que es un privilegio la vida que tenemos. En cierto modo se trata de comprar tiempo para ti mismo. Gracias a que puedo vivir de mis cuadros puedo hacer pel¨ªculas a mi manera, sin presiones, sin compromisos, conservando la decisi¨®n final. Tienes que tener tu econom¨ªa como artista. Y eso es lo que tengo. Puede que eso cabree a la gente. Pero nunca he hecho cuadros para vender, ni pel¨ªculas por el dinero.
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