Por fin en Europa
El Atl¨¦tico supera al Bistrita con un gol de Forl¨¢n y se clasifica, siete a?os despu¨¦s, para la Copa de la UEFA
Siete a?os despu¨¦s, el Atl¨¦tico rompi¨® el maleficio. Volver¨¢ a sus or¨ªgenes, a Europa, una tierra inh¨®spita durante demasiado tiempo para un club que se supone el tercero de la Liga espa?ola. Aunque supo a gloria, el pase a la Copa de la UEFA no tuvo historia. Fue ingrato. Hubo el sufrimiento acostumbrado. Se consigui¨® por la m¨ªnima, lo justo para dar la vuelta al 2-1 de la ida ante un rival menor y en una competici¨®n, la Intertoto, que permite arreglar in extremis los desaguisados de toda una temporada. Porque era eso, toda una campa?a reducida a 90 minutos de infarto. Al menos no hubo cantinfladas, como se tem¨ªa Javier Aguirre. Al menos no tantas de las previstas.
El cuadro rojiblanco no se comport¨® de la forma alborotada y alocada a la que acostumbra en los ¨²ltimos tiempos. Eso, durante la primera mitad. Luego, conforme avanzaba el reloj, cuanto m¨¢s cerca se estaba del final, del objetivo, de la meta alcanzada, el Atl¨¦tico expuso sus carencias temperamentales. Regres¨® al div¨¢n y se enfrent¨® a sus demonios. El Bistrita, con muy poquita cosa, le apret¨® contra la pared. La escuadra de Transilvania ense?¨® los colmillos de la ¨²nica manera que sabe. Al contragolpe. Justo como el Atl¨¦tico, por mucho que Luccin y Maniche se empe?asen en la posesi¨®n del cuero.
ATL?TICO 1 - GLORIA BISTRITA 0
Atl¨¦tico: Leo Franco; Seitaridis (Eller, m. 88), Pablo, Perea, Pern¨ªa; Maxi Rodr¨ªguez, Maniche (Ra¨²l Garc¨ªa, m. 76), Luccin, Jurado; Forl¨¢n y Ag¨¹ero (Braulio, m. 89). No utilizados: Abbiati; Antonio L¨®pez, Costinha y Mista.
Gloria Bistrita: Tatarusanu; Frasinescu, Abrudan, Toma, Sepsi (Dumitra, m. 73), Rus (Turcu, m. 46); Costea (Demian, m. 77), Nalati, Coroian, Dobre; y Tilinca. No utilizados: Albut; Ragipovic, Peres, Predescu, Astilean, Bad y Roman.
Gol: 1-0. M. 10. Forl¨¢n aprovecha un bal¨®n suelto dentro del ¨¢rea.
?rbitro: Charles Joseph Richmond (Escocia). Amonest¨® a Jurado, Sepsi, Costea y Tilinca.
35.000 espectadores en el Vicente Calder¨®n.
El delantero uruguayo y Ag¨¹ero le dieron al equipo la pegada que tanto echaba en falta
Tilinca, que tuvo el empate en el ¨²ltimo minuto, exasper¨® a Pablo y Perea
Asomado al abismo, durante un rato pareci¨® que el grupo del Manzanares hab¨ªa asumido de una vez por todas la responsabilidad. Fernando Torres ya no est¨¢, pero Maxi, el nuevo portador del brazalete, y Forl¨¢n mostraron el arrojo que se les presupone a argentinos y uruguayos. El delantero confirm¨® en su debut las dotes que se le suponen. Su oportunismo. Su olfato goleador. Si en la ida Mista y Ra¨²l Garc¨ªa fueron inofensivos, Forl¨¢n y Ag¨¹ero le dieron al equipo, por fin, la pegada que tanto echaba en falta. Tambi¨¦n contribuy¨® Rus, con un despeje horripilante desde la l¨ªnea de fondo hacia su propia ¨¢rea. El pistolero comprado al Villarreal pesc¨® el bal¨®n entre un cortejo de jugadores rumanos incr¨¦dulos. "Cost¨® pero hab¨ªa que clasificarse de cuaquier manera. Da igual quien marcase", relat¨® Forl¨¢n al t¨¦rmino del encuentro.
En medio de las tinieblas, Ag¨¹ero tambi¨¦n fue providencial. Determinante en la victoria de Argentina en el Mundial sub 20, el Kuhn conect¨® con sus diagonales y velocidad con su colega suramericano. Los huecos que abr¨ªan en la lata rumana atra¨ªan como un im¨¢n a Maniche, que envi¨® al palo un centro con cartab¨®n del cr¨ªo de Buenos Aires. Con el Bistrita a la contra, Ag¨¹ero devolv¨ªa la medicina a los centroeuropeos. Atrap¨® un pase largo de Seitaridis, rompi¨® la cintura de Abrudan, tambi¨¦n la de Dobre..., y solo, delante del portero, chut¨® fuera. El pastel se qued¨® sin guinda.
La historia no pod¨ªa ser tan bonita. El Atl¨¦tico no acostumbra a viajar en globo. Lo hace a golpetazos, a ras de tierra. Tilinca lo sab¨ªa, y por eso tuvo en sus botas el empate. En el ¨²ltimo minuto. Chut¨® fuera. Sus intentos y los de Dobre -por encima del larguero- exasperaron a los centrales, ¨¦sta vez Pablo y Perea, que se quedaron con el tanga al aire en un saco de ocasiones. Por suerte no estaba Zaharia, requerido por su nuevo club, el Steaua.
La grada, con un mural de antecedentes negativos a la espalda, que no se fiaba de una renta tan escasa, estaba al l¨ªmite. M¨¢s all¨¢ de los pitidos, un sector desafi¨® al palco con cantos cr¨ªticos a la venta del Calder¨®n. Al final, tanto sufrimiento tuvo su recompensa. "Cumplimos nuestra palabra; nos quitamos un peso de encima", se congratul¨® Aguirre.
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