Parece mentira
En 1946 suben al poder, despu¨¦s de conseguir el 54% de los votos, Juan Domingo Per¨®n y su esposa, Eva Duarte. La pareja presidencial, m¨¢s digna de una telenovela que de merecer la presidencia de un extraordinario pa¨ªs como Argentina, subsiste en la retina del imaginario pol¨ªtico argentino hasta el d¨ªa de hoy. El Gobierno peronista pas¨® a la historia de Am¨¦rica por imprimir al ethos nacional un sesgo populista, intervencionista y de falso patriotismo, que lamentablemente permanece en su praxis pol¨ªtica como si de una secuencia gen¨¦tica se tratase. Un ejemplo de esto es que la actual candidata a la presidencia del pa¨ªs Teresa Fern¨¢ndez de Kirchner todav¨ªa se identifique, en pleno siglo XXI, con "la Eva Per¨®n del rodete y el pu?o crispado frente al micr¨®fono, y no con la Eva milagrosa con la que dice que se reconoc¨ªa su madre", y que la califique como personaje sublime, cuando su reinado y el de su marido fueron cuestionados por filofascistas hasta por Estados Unidos.
Un ejemplo extraordinario es su compadrazgo pol¨ªtico con el dictador espa?ol Francisco Franco, que recibi¨® la ayuda argentina, en medio del aislamiento de castigo de los aliados, como si de un Plan Marshall se tratara. Dicho auxilio lleg¨® a golpe de discursos, estolas de armi?o y retransmisiones radiof¨®nicas; de palabras caritativas a un pueblo diezmado por el hambre, el miedo y las sombras m¨¢s grises de una dictadura feroz y aniquilante. Las im¨¢genes de los noticieros del r¨¦gimen identificaron a su adorada Evita con la represi¨®n y la ignominia de la dictadura espa?ola, que utilizaba y se val¨ªa para mantenerse en el poder de c¨®mplices como los Per¨®n, aunque viniesen con cientos de toneladas de pan debajo del brazo. Yo no me identifico con ninguna de esas dos Evitas, se?ora Fern¨¢ndez de Kirchner; si en Argentina siguen trag¨¢ndose estos sapos, estupendo, all¨¢ ustedes. A m¨ª no se le ocurra venderme el producto. Ya est¨¢ caducado.
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