La fuerza de la vida Elena Valenciano
Ayer, un invencible tumor cerebral pudo, finalmente, arrebatarnos a Carmen Cerdeira (Ceuta, 1958). Pele¨® contra su fatal enfermedad con la fuerza y la energ¨ªa de las valientes. Cuando supo, hace algunos a?os, que su esperanza de vida, seg¨²n los m¨¦dicos, era corta, les dijo "yo voy a romper la estad¨ªstica", y lo consigui¨®. Ha vivido mucho m¨¢s de lo previsto por la Medicina y ha querido hacerlo de verdad.
Carmen, en pleno tratamiento de radioterapia, volaba de Ceuta a Bruselas, cogiendo dos helic¨®pteros y cuatro aviones por semana, para cumplir con una de las funciones que m¨¢s ha disfrutado, la de diputada en el Parlamento Europeo. Despu¨¦s, nombrada presidenta de la Sociedad Estatal para la Acci¨®n Cultural Exterior (Seacex), viaj¨® por medio mundo representando a su pa¨ªs, siempre perfecta anfitriona, guapa, erguida sobre sus altos tacones, de conversaci¨®n interesante y ojos cargados de fuerza, la fuerza de la vida.
Carmen cre¨ªa en el socialismo de la gente y, como responsable de los Movimientos Sociales en la ejecutiva del PSOE, cre¨® los primeros lazos de trabajo y complicidad con multitud de sectores con los que, hasta entonces, no hab¨ªamos conectado: homosexuales, inmigrantes, personas con discapacidad, gitanos. Desarroll¨® esa tarea fuera de dogmatismos, imprimiendo siempre su sello de optimismo y de confianza en el cambio.
Hay personas que parecen acumular, en mucha mayor medida que otras, circunstancias dur¨ªsimas, momentos enormemente amargos a lo largo de su vida. Es el caso de Carmen y, sin embargo, ning¨²n dolor pudo con su coraje y con sus ganas de vivir. Nunca quiso mostrar su pena porque ten¨ªa la necesidad de hacer felices a los dem¨¢s.
Era divertida -su sentido del humor, de la caricatura, nos ha hecho pasar momentos memorables- audaz, inteligente, afectiva y llena de ideas para el futuro. Sab¨ªa vivir, disfrutar de una buena cena con su vinito y del mar gaditano, de los dulces de Navidad y de una buena tarde de compras. Enamorada de su familia, de su marido, de sus hijas y de su tierra, muchos colegas europeos la recordar¨¢n siempre como "la guapa socialista espa?ola que tiene su casa en el continente africano".
Carmen defend¨ªa que la tarea de hacer socialismo es colectiva y que todos debemos ocuparnos de lo nuestro a conciencia, por eso su obsesi¨®n durante los ¨²ltimos a?os fue cumplir con su compromiso, superando las dificultades f¨ªsicas que, a otros, nos hubieran vencido. A ella no, porque cultiv¨® como nadie la fuerza de la vida.
Espero que permanezca cerca de todos los que la quisimos para que sigamos abusando de su energ¨ªa y de su apuesta por la felicidad, a toda costa.
Elena Valenciano es eurodiputada y secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE
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