?Incomodidades?
El consejero de Educaci¨®n sale al paso en este escrito de las cr¨ªticas vertidas por el ex presidente Jordi Pujol contra la Pol¨ªtica educativa del Gobierno de la Entesa. Ernest Maragall afirma que el Pacto Nacional por la Educaci¨®n, las aulas de acogida y los planes de entorno deber¨ªan haber sido planteados bajo los gobiernos de CiU. Tal vez con ello, aduce, disminuir¨ªa el fracaso escolar
En 1980, con la formaci¨®n del primer Gobierno de Catalu?a dotado, muy pronto, con las competencias en Educaci¨®n, el Gobierno de Jordi Pujol inici¨® lo que podr¨ªamos llamar la creaci¨®n del servicio p¨²blico educativo en Catalu?a. El entonces presidente de la Generalitat se encontr¨® con escuelas viejas; insuficiencia de edificios para cubrir las previsiones de crecimiento de la sociedad catalana; un cuerpo docente conformado en los largos a?os de la dictadura pero tambi¨¦n, en buena parte, con la autoformaci¨®n organizada por los movimientos de renovaci¨®n pedag¨®gica, y una preocupaci¨®n b¨¢sica: la recuperaci¨®n del catal¨¢n como lengua vehicular en la escuela.
Debe reconocerse el resultado alcanzado en cuanto a la creaci¨®n, formaci¨®n y consolidaci¨®n de la escuela catalana. Con la inestimable colaboraci¨®n de la ilustre pedagoga Marta Mata y su compa?ero Jos¨¦ Gonzalez que, desde sus esca?os socialistas en el Parlamento de Catalu?a, participaron decisivamente en la elaboraci¨®n de la Ley de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica de 1983 defendiendo la escuela ¨²nica y com¨²n, en la que no deb¨ªa separarse a los ni?os en las aulas por motivos de lengua. Poco despu¨¦s se empez¨® a aplicar la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica en las escuelas, con un resultado muy exitoso a la vista del aprecio del catal¨¢n que miles de personas tienen ahora por la lengua propia de Catalu?a sin menoscabo, m¨¢s bien al contrario, del castellano (lengua com¨²n pero tambi¨¦n de procedencia de tantos ciudadanos).
"Con CiU en el Gobierno, el 10% de las clases de Primaria se hac¨ªan en castellano. Ese porcentaje llegaba al 40% en Secundaria"
"A finales de los ochenta la derecha espa?ola y la catalana consideraron que la atenci¨®n individualizada era poco menos que una pantomima de las ideas de la igualdad"
Ahora bien, una vez puestos los mecanismos en marcha, a alguien se le olvid¨® que los engranajes deben ser afinados continuamente porque la falta de aceite puede provocar un paro en el sistema. Y que el engranaje mueve ruedas dentadas que, hasta el momento, hab¨ªan venido funcionando solas, pero que reclamaban a gritos ayuda para no quedar obsoletas. A alguien se le olvid¨® que la educaci¨®n era algo m¨¢s que un servicio p¨²blico universal o que era el principal activo de nuestra lengua.
Me explico. A finales de los ochenta y con el debate iniciado para reformar la Ley General de Educaci¨®n, la derecha espa?ola y la catalana consideraron que la atenci¨®n individualizada y la comprensividad defendida por la izquierda eran poco menos que una pantomima de las ideas de la igualdad. As¨ª, la derecha catalana acab¨® votando la LOGSE, pero nunca crey¨® en ella. Peor todav¨ªa, sus respectivos gobiernos (PP y CiU) nunca la aplicaron honesta y rigurosamente.
La demostraci¨®n la pueden buscar en las hemerotecas: encontrar¨¢n pocas declaraciones de preocupaci¨®n por el fracaso escolar que se viv¨ªa y a¨²n perdura en las escuelas y los institutos catalanes. El 30% aproximadamente. Muy lejos de la media europea, que se sit¨²a en el 15%. Y aunque en Catalu?a fue donde empez¨® primero a aplicarse la LOGSE, lo hizo sin los suficientes recursos para demostrar que la comprensividad es un gran instrumento de cohesi¨®n social. Para aplicar el sistema con ¨¦xito se necesitaba voluntad pol¨ªtica, empe?arse en el d¨ªa a d¨ªa y acompa?ar a los docentes en el esfuerzo por sostener los nuevos conceptos.
Se hac¨ªa necesario otro debate: no el del continente escolar, sino el del contenido. La formaci¨®n del profesorado, la innovaci¨®n pedag¨®gica, el equilibrio entre aprendizaje y educaci¨®n en los primeros a?os de la nueva ESO, las nuevas tecnolog¨ªas, la incipiente inmigraci¨®n, la tercera lengua... En fin, todas las ruedas del engranaje que hasta el momento hab¨ªan funcionado solas y sin ayuda, pero que reclamaban una puesta a punto que deb¨ªa dirigir la Administraci¨®n educativa. Nada de ello sucedi¨®. M¨¢s bien domin¨® el silencio y una inercia que dejaba a escuelas y docentes solos frente a alumnos cada d¨ªa m¨¢s complejos y familias cada vez m¨¢s exigentes.
No hubo recursos para la aplicaci¨®n de la LOGSE, como tampoco hubo debate sobre el futuro de la educaci¨®n m¨¢s all¨¢ de las piedras. Pero lo que es m¨¢s grave, la pr¨¢ctica de la inmersi¨®n, tambi¨¦n falta de recursos en los noventa, fue desapareciendo de las escuelas catalanas. No se hizo revisi¨®n del sistema. No se hizo previsi¨®n de la inmigraci¨®n que iba ya llegando a Catalu?a a partir del a?o 1996; ni tan s¨®lo se articul¨® medida alguna en las escuelas cuando la llegada de alumnos extranjeros era una realidad ya imparable. En el curso 1995-1996 la presencia era de menos del 1%. En el 2003- 2004, rozaba el 8%. El nacionalismo no hizo nada. El resultado es que, a¨²n en ¨¦poca de CiU en el Gobierno y, seg¨²n se?alan los datos recogidos por el Consejo Asesor de la Lengua, el 10% de las clases de Primaria se hac¨ªan en castellano. El porcentaje llegaba al 40% en las clases de Secundaria.
Jordi Pujol me ha se?alado diciendo que me resulta inc¨®modo defender el catal¨¢n en la escuela. Tiene raz¨®n. Me siento inc¨®modo en la defensa permanente de algo que creo que es tan m¨ªo como suyo. El orgullo por mi lengua y por mi pa¨ªs. Pero, en realidad, me siento inc¨®modo porque, entre otras cosas, todo lo que ahora impulsa el Gobierno de la Entesa, ll¨¢mese triling¨¹ismo, ll¨¢mese Ley de Educaci¨®n de Catalu?a, ll¨¢mese renovaci¨®n de la inmersi¨®n o lo que empez¨® a plantear el anterior Gobierno Catalanista y de Izquierdas, el Pacto Nacional de la Educaci¨®n o las aulas de acogida y los planes de entorno, deber¨ªan haber sido planteados cuando ¨¦l gobernaba. Quiz¨¢ ahora no ser¨ªa nuestro primer problema el escaso porcentaje de alumnos que prosiguen sus estudios despu¨¦s de la Secundaria obligatoria: el dato que m¨¢s nos aleja de esa Europa que querr¨ªamos liderar y no envidiar. Quiz¨¢ ahora no nos lamentar¨ªamos de contar con un sistema de Formaci¨®n Profesional tan necesitado de reforma y potenciaci¨®n.
Por cierto, nada m¨¢s lejos del multiculturalismo que el ex presidente denuncia: estoy convencido de que, al lado de todas las complejidades y dificultades que nos plantea, la inmigraci¨®n es una magn¨ªfica oportunidad para la recuperaci¨®n del papel central que nuestra lengua nunca debi¨® perder. Le invito a visitar alguna de las aulas con m¨¢s del 80% de inmigrantes y compruebe por s¨ª mismo el uso del catal¨¢n como lengua franca de todos ellos (y felicite a los maestros, las maestras, los profesores y las profesoras que lo han conseguido).
Ahora toca, pues, hablar de educaci¨®n. Con normalidad. Sin aspavientos. Y eso es lo que tratamos de hacer. Porque la cuesti¨®n no es si uno se siente inc¨®modo o c¨®modo. La cuesti¨®n es tener claro qu¨¦ futuro queremos para nuestros ciudadanos. Y guste o no guste, nosotros lo tenemos: una Catalu?a abierta al mundo, preparada para afrontar los retos, aprovechar las oportunidades y consciente de que su identidad, su cultura y su lengua son un valor a?adido en este mundo global.
Ernest Maragall i Mira es consejero de Educaci¨®n de la Generalitat
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