Ser el 'capo', un gran negocio

Ser el jefe de una barra brava es mucho m¨¢s que estar en el centro de la hinchada, dirigir los cantos y agitar las banderas. Ser el capo permite, por ejemplo, firmar un contrato con una agencia de turismo, como hizo en su d¨ªa el hoy encarcelado Rafael di Zeo, l¨ªder de La 12, la del Boca Juniors, y organizar el Adrenalina Tour, que consist¨ªa en ir a ver un partido junto a ese grupo y cobrar las respectivas comisiones o alojarse en la casa de un ex futbolista del club mientras los dem¨¢s lo hac¨ªan en un c¨¢mping, lo que ocurri¨® con los del River Plate en M¨²nich durante el Mundial de 2006.

Ser el l¨ªder de una barra brava es, en definitiva, un gran negocio que, aparte de suponer ingresos por reventa de entradas y donaciones de jugadores, t¨¦cnicos y dirigentes deportivos o pol¨ªticos o viajes gratuitos y otras prebendas, suele incluir puestos de trabajo irregulares -los beneficiados cobran, pero nunca se les ve en sus puestos- en los clubes o en organismos oficiales y, sobre todo, protecci¨®n cuando surgen problemas.

Alan Schlenker y Adri¨¢n Rousseau, hoy enfrentados a muerte, y no es una met¨¢fora, entendieron quiz¨¢s como nadie las oportunidades que les brindaba su condici¨®n de capos de Los Borrachos del Tabl¨®n, la barra brava del River Plate. Por eso, en septiembre de 2005 crearon Del Tabl¨®n SRL, una sociedad que, seg¨²n consta oficialmente en la Inspecci¨®n General de Justicia, se dedicar¨ªa "en el pa¨ªs o en el extranjero, a la fabricaci¨®n, compra, venta, importaci¨®n, exportaci¨®n y distribuci¨®n de materiales de promoci¨®n (merchandising), tales como prendas de vestir, discos compactos, art¨ªculos de librer¨ªa y todo otro art¨ªculo que pueda ser utilizado con fines publicitarios". Su capital inicial fue de 2.700 euros, poco si se tiene en cuenta que sus ingresos mensuales estimados rondan los 20.000.

Las diferencias en el reparto de ese dinero -incluir¨ªa alguna comisi¨®n por la participaci¨®n en el fichaje del delantero Higua¨ªn por el Madrid-, la lucha por el poder y el ego de los l¨ªderes provoc¨® una divisi¨®n que ya dej¨® dos duros combates en las instalaciones del club -tanto los capos como casi todos los jefes secundarios eran empleados del River y se mov¨ªan a sus anchas por sus dependencias y ahora han sido expulsados- incluso con heridos de bala y con arma blanca.

La nueva situaci¨®n hizo que Del Tabl¨®n nunca fuese operativa, aunque tampoco fue dada de baja. Simplemente, espera mejores tiempos para exponer por qu¨¦ se producen batallas a muerte para ser el jefazo de una barra brava.