Bodel se traga la prueba
Est¨¢s en la calle Mayor en hora punta y dice el guardia por megafon¨ªa: "A ver, que crucen desde Fern¨¢ndez-Pong hasta Fort¨ªn. Quieto ah¨ª, Forsythe. Estos novelistas. ?ltimo aviso turismos plan antiguo desv¨ªo Esparteros carril sombra, recargo por monovolumen seg¨²n Eur¨ªbor".
?Se imaginan? Por eso fallan tanto los atracos perfectos: porque los suelen organizar unos pejigueros y unos quisquillosos que no hacen m¨¢s que dar la hora 20 veces, como si eso le importara a alguien. Tampoco hace falta pasar lista, por ejemplo, a la entrada del estadio para que 50.000 simpatizantes y 1.000 hooligans ocupen las gradas sin sujetarse a m¨¢s leyes que las que deber¨ªan sujetar a los tifones. ?D¨®nde est¨¢n aqu¨ª los mensajes organizativos? ?Han visto que alguien se pare a leer los carteles?
Es como la letra de la canci¨®n que se le perdi¨® ayer al inspector Bodel en el caso de los 50 brokers, un grupo que parece organizar sus ataques burs¨¢tiles comunic¨¢ndose... ?nada! Coinciden cada ma?ana en el mismo vag¨®n de la l¨ªnea 1, cada uno mont¨¢ndose y ape¨¢ndose en estaciones distintas, pero no se hablan ni se miran. ?D¨®nde est¨¢ el mensaje? Bodel necesita desesperadamente descifrar el c¨®digo.
Hay un tramo del trayecto en que los 50 brokers coinciden en el vag¨®n. Da igual que cada d¨ªa les toque en un sitio distinto, de pie o sentados, lateral o fondo: avatares de hora punta. Tampoco importa la estaci¨®n precisa en la que montaron, ni la hora exacta, ni si bajaron un n¨²mero irracional de escaleras o se retrasaron diez segundos al chocar contra un buz¨®n: s¨®lo importa d¨®nde est¨¢n. Porque el principio de organizaci¨®n (el c¨®digo) no es m¨¢s que la forma del vag¨®n. Tu posici¨®n en ¨¦l determina tu misi¨®n del d¨ªa. Como los 50 brokers est¨¢n en el vag¨®n a la vez, las misiones siempre quedan asignadas de forma coherente.
Por ejemplo: el sujeto S de la esquina E deber¨¢ comprar C si sube S, pero vender V al bajar B, y no lo har¨¢ H por ser S, ni lo har¨¢ H por B, sino que lo har¨¢ H por estar E. Claro como C.
?Puede uno identificar a 50.000 clones de los gemelos Kaczynski vestidos de uniforme con gorra de plato metidos en un estadio de f¨²tbol mal iluminado? Pues s¨ª: se les puede identificar por su asiento. Incluso podr¨ªamos convertir el campo en una kilobanda (mil veces los 50 del metro) de 50.000 brokers. Lo ¨²nico que tiene que hacer, digamos, el clon 221B es comportarse seg¨²n el sitio que le ha tocado por azar (y no seg¨²n su composici¨®n gen¨¦tica, por consideraciones de monoton¨ªa). Sin necesidad de andar mand¨¢ndose mensajitos cutres.
Hay llamadas m¨¢s o menos evitables, pero la del "oye, que ya tengo cobertura, ?eh?" que aflige los lunes a todo marco referencial decelerado (al llegar el tren) es con seguridad la m¨¢s evitable de todas. Lo ¨²ltimo que necesita saber alguien que est¨¢ hablando contigo por tel¨¦fono es que... ?est¨¢ hablando contigo por tel¨¦fono! Pero los c¨®digos de verdad, como el c¨®digo gen¨¦tico, han tenido que autoconstruirse, y eso les hace bifaces, parad¨®jicos, arte y parte, signo y cosa. A menudo, las formas significan formas, y hacen llamadas evitables.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.