Los nuevos etarras est¨¢n poco preparados y muchos son reacios a entrar en Espa?a

La nueva ETA est¨¢ peor preparada que la vieja ETA. Los nuevos terroristas procedentes de la kale borroka o terrorismo callejero est¨¢n recibiendo cursos de formaci¨®n terrorista "reducidos y acelerados", incluso a vuelapluma y, adem¨¢s, tienen enormes dificultades para la vida en la clandestinidad, que obliga a una f¨¦rrea disciplina y a permanecer largos periodos ocultos y sin pisar la calle. Los servicios antiterroristas aseguran que en la actualidad se ocultan en Francia un centenar de etarras. Sin embargo, el n¨²mero de ellos que est¨¢ dispuesto a atentar "no es muy elevado", seg¨²n asegur¨® el comisario general de Informaci¨®n, Miguel Garc¨ªa Valverde, durante un curso de verano sobre seguridad organizado en la localidad de Torres (Ja¨¦n) por el juez Baltasar Garz¨®n.

El centenar de terroristas que se calcula que permanecen en Francia pertenecen tanto a los comandos operativos y de reserva como a los once aparatos diferentes en los que est¨¢ dividida la banda. La escasa preparaci¨®n e incluso la falta de compromiso de muchos de los nuevos etarras ha obligado a la banda a recuperar a algunos de sus hist¨®ricos pesos pesados, a pesar del cansancio que algunos de ellos han expresado al ser detenidos.

La Copa del Am¨¦rica

La "calidad" de los miembros de la nueva ETA "ha bajado mucho" y los j¨®venes detenidos demuestran "muy poca preparaci¨®n". El ejemplo paradigm¨¢tico de este hecho es Iker Aguirre Bernad¨®, de 26 a?os, quien fue detenido en Port Bou (Girona), cuando pretend¨ªa entrar en Espa?a para elaborar informaci¨®n para posibles atentados en Valencia contra la Copa del Am¨¦rica de vela.

El joven llevaba en su poder notas manuscritas en euskera sobre c¨®mo montar bombas, robar coches o alquilar pisos, lo que algunas fuentes denominaron "un manual para funcionar como terrorista". Ni siquiera se hab¨ªa memorizado las instrucciones.

La falta de preparaci¨®n obedece fundamentalmente a la "r¨¢pida renovaci¨®n" de terroristas a la que se ha visto obligada la banda tras perder a 319 miembros y colaboradores desde el comienzo de la actual legislatura. Un total de 92 de ellos cayeron durante el alto el fuego y otros 22, tras su ruptura. "Todo esto nos permite afrontar con mayores garant¨ªas la lucha antiterrorista", subray¨® Valverde.

La falta de preparaci¨®n, incluso de medios, ha provocado situaciones curiosas. Los servicios antiterroristas franceses y espa?oles no sal¨ªan de su asombro cuando, durante la vigilancia de uno de los ¨²ltimos j¨®venes detenidos en Francia, comprobaron que ¨¦ste iba casi diariamente a un gimnasio. Como tampoco entend¨ªan que un veterano como Juan Cruz Maiza Artola cometiera el error de alquilar una vivienda para ocultar la impedimenta del aparato log¨ªstico a un gendarme de la localidad de Rodez.

La banda vive obsesionada por su seguridad y los ¨²ltimos golpes encadenados seguramente la obligar¨¢n a nuevos cambios. Por ejemplo, algunas fuentes antiterroristas aseguran que ETA ha duplicado algunos de sus aparatos y otros los ha mezclado, siempre situando como responsable a alg¨²n veterano.

Los nuevos comandos, adem¨¢s, son ahora reducidos, generalmente de tres personas, una de las cuales suele ser una mujer. Algunos agentes aseguran que las etarras se han mostrado durante los interrogatorios "mucho m¨¢s duras" que sus compa?eros masculinos. Incluso se ha detectado la entrada de etarras de uno en uno, como es el caso de Aritz Arginzoniz Zibiaurre, detenido el 10 de julio en Santander. O el de Ander M¨²gica Andonegi, de 24 a?os, el joven que el pasado 19 de julio huy¨® de un taxi en Torreblanca (Castell¨®n), al toparse con un control policial. Una huella de este joven fue localizada en un folio hallado en el coche cargado de explosivos abandonado por miembros de ETA en Ayamonte (Huelva), el 21 de junio.

Un comando tan reducido tiene mayor facilidad de movimientos y de pasar inadvertido. Adem¨¢s, mientras que en el pasado los comandos ten¨ªan una provincia o una comunidad aut¨®noma concreta perfectamente delimitada, en la actualidad los nuevos comandos reciben material para cometer atentados, informaci¨®n sobre diversidad de objetivos y tienen libertad de movimientos. Cuando se les agota el material o se consideran quemados, regresan a sus bases en Francia.