Los discos no dan para comer
La mayor¨ªa de las peque?as tiendas de m¨²sica han debido reciclarse para sobrevivir o cerrar
Las principales discogr¨¢ficas llevan a?os quej¨¢ndose de la crisis del mercado. Protestan por las burdas copias de sus lanzamientos que se venden con libertad en las calles y porque sus grabaciones se pueden descargar de forma a¨²n m¨¢s impune a trav¨¦s de Internet. Sin embargo, no son los ¨²nicos damnificados por el descenso de ventas de obras originales (hay quien insin¨²a incluso que la venta de soportes v¨ªrgenes les beneficia). Las tiendas de discos han resultado tambi¨¦n grandes perjudicadas. Basta recordar cu¨¢ntas hab¨ªa en Euskadi hace una d¨¦cada y cu¨¢ntas permanecen abiertas en la actualidad.
Ni la Sociedad General de Autores de Espa?a (SGAE), ni Promusicae (Productores de M¨²sica de Espa?a), ni el Departamento de Cultura saben precisar cu¨¢ntas son. Un informe realizado por el Instituto de Estudios de Ocio de la Universidad de Deusto para el Consejo Vasco de la Cultura limitaba a 58 el n¨²mero de puntos de venta musiciales que sumaban en 2004 Euskadi, Navarra y el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. Esa cifra engloba tiendas especializadas, de ocio y cultura y grandes superficies "dedicadas a la venta al detalle o comercializaci¨®n de productos musicales dirigidos al usuario final".
Hoy ya son menos y entre las que siguen en activo apenas unas pocas venden discos de forma exclusiva. La mayor¨ªa de los supervivientes, sobre todo los peque?os y medianos negocios, han debido diversificar sus actividades. Uno de los ¨²ltimos casos significativos de local obligado a reciclarse ha sido Power Records, uno de los comercios especializados m¨¢s prestigiosos de Bilbao, donde ahora se puede comprar tambi¨¦n ropa de marcas conocidas a bajo precio. Se ha convertido en un eslab¨®n m¨¢s de la cadena Fashion Outlet. "Hab¨ªa llegado un momento en el que ech¨¢bamos la persiana o le d¨¢bamos la vuelta al negocio. A?o tras a?o, desde 2000, se venden menos discos y esto no ha tocado fondo", advierte Javier Artolozaga, uno de sus responsables.
El cambio de siglo abri¨® la ca¨ªda en picado de la venta de soportes originales. En 2001, se vendieron 78,9 millones de unidades. El a?o pasado, esa cifra apenas super¨® los 40 millones.
Power se mantiene a flote, pero en Bilbao la marea se ha llevado por delante a Universal, Tipo, Vellido, Disco 3,... En San Sebasti¨¢n ha pasado lo mismo con Xaribari, Donostirock y dos Frudisk, por ejemplo, y en Vitoria tambi¨¦n han cerrado un par de Frudisk. En Getxo han desaparecido no menos de siete establecimientos, mientras que en localidades importantes como Eibar, Renter¨ªa, Zarautz, Ermua o Zumarraga, por ejemplo, no queda ni una tienda que venda m¨²sica.
En la capital vizca¨ªna hasta El Corte Ingl¨¦s ha reducido el espacio que reserva a los discos, mientras que en la cadena Long Play ganan terreno los videojuegos, en DDT tiene gran importancia la venta de libros, Arise despacha ropa y en Elkar Megadenda conviven discos, libros y material de monta?a. En San Sebasti¨¢n, Frudisk ofrece m¨²sica junto a las gominolas; en Getxo, Vellido funciona tambi¨¦n como videoclub y sirve lo mismo mu?ecos que chucher¨ªas y en Brixton los discos conviven con ropa, calzado, una oficina de contrataci¨®n y representaci¨®n art¨ªstica y el sello discogr¨¢fico hom¨®nimo.
Nuevos h¨¢bitos
Xabi Brixton vive de todo esto y ha llegado a la conclusi¨®n de que lo ¨®ptimo es ofrecer "el CD a nivel de complemento". ?l vende ropa y, si de paso coloca alg¨²n CD, de m¨²sica jamaicana en su mayor¨ªa, mejor que mejor. No le queda otro remedio que cubrir una determinada parcela. "El mayorista me vende determinados discos al precio que se venden en Eroski, que puede negociar grandes descuentos. Me han limitado el mercado de los discos que puedo ofrecer a un precio razonable. Por eso, no queda m¨¢s remedio que especializarse", confiesa el empresario vizca¨ªno.
Lo que ha empujado a los disqueros a diversificar su actividad no es s¨®lo el descenso en la venta de soportes originales. La pirater¨ªa amenaza al peque?o comerciante, pero tambi¨¦n los nuevos h¨¢bitos de consumo, traducidos en el auge de la venta on line y los tonos de m¨®viles (que acaparan ya el 32% de las ventas de m¨²sica en el ¨¢mbito digital), y en la tendencia de acudir a grandes centros comerciales y a las secciones correspondientes de hipermercados y cadenas comerciales.
Vinilo recuperado
El da?o que causan las descargas de Internet no se limita a la actividad de unos cuantos empresarios, sino que afecta a la propia m¨²sica. "Se est¨¢ deteriorando el concepto del objeto deseable; el disco y la m¨²sica en general est¨¢n perdiendo valor. A base de desvirtuar la calidad de audici¨®n con los MP3, a base de que es algo que se consigue gratis, o casi sin ning¨²n costo, para las nuevas generaciones est¨¢ dejando de tener valor en s¨ª mismo, y eso al final est¨¢ haciendo mella a la propia m¨²sica, en el valor de uso de la m¨²sica", sostiene Jon Barrasa, socio de Power Records.
Algunas de las pocas noticias positivas las est¨¢ deparando el mercado del vinilo que, pese a que muchos lo daban por muerto cuando lleg¨® el compacto, se est¨¢ recuperando, en parte gracias a la tozudez de los dj y a la propia devaluaci¨®n del CD. Las descargas de la Red est¨¢n afectando tambi¨¦n al pirateo f¨ªsico, a las mantas, que ahora s¨®lo representan el 14,5% de las ventas.
"S¨®lo queda sitio para un local enano que lo lleve una ¨²nica persona con un sueldo m¨®dico y un alquiler muy bajo, y que lo lleve bien, o para grandes cadenas. No ha quedado sitio para los medianos", sentencia Javier Artolozaga.
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