Peque?o universo gay
Los iconos del festival Loveball se enfrentaron en Barcelona a salas medio vac¨ªas, problemas de sonido y la fr¨ªa respuesta del p¨²blico
La gran noche del Loveball se qued¨® en noche a secas. El mayor festival gay de ocio y cultura de Europa, que este a?o cumple su segunda edici¨®n en Barcelona, lleg¨® en la madrugada del s¨¢bado a su c¨¦nit, el Great Ball of Love, con actuaciones musicales y performances de algunos de los representantes m¨¢s destacados de la escena gay internacional. Acudieron todos, pero uno tras otro se fueron estrellando con problemas de sonido y con la frialdad de un p¨²blico que a esa hora no llenaba ni la mitad del aforo del pabell¨®n de deportes de L'Hospitalet de Llobregat, donde se celebr¨® la fiesta.
La peor parte se la llev¨® Marc Almond. El cantante brit¨¢nico abri¨® el espect¨¢culo con una sala pr¨¢cticamente vac¨ªa. En un momento de la actuaci¨®n lanz¨® el micr¨®fono al suelo e hizo un amago de marcharse por los problemas de sonido que sufr¨ªa. Ni su popular versi¨®n de Tainted love enderez¨® su actuaci¨®n. Le sigui¨® la performer Carmen Xtravaganza, una veterana de la escena gay. Interpret¨® una canci¨®n, intent¨® provocar a un auditorio mayoriamente extranjero con algunos insultos en castellano, y se march¨®.
Tampoco el cantante y compositor Antonio Glamour to Kill logr¨® enderezar la situaci¨®n. El p¨²blico empez¨® a animarse cuando apareci¨® en escena Amanda Lepore. La musa warholiana y musa del fot¨®grafo David Lachapelle ofreci¨® un desnudo integral que los asistentes aclamaron con una sonora ovaci¨®n. Las cosas iban algo mejor, y el remate lleg¨® de la mano de Grace Jones. El icono jamaicano de la transexualidad cerr¨® el espect¨¢culo interpretando algunos de sus ¨¦xitos disco-pop y acab¨® erigi¨¦ndose en la reina del Great Ball of Love. La sala, con capacidad para 7.000 personas, ya estaba casi llena y los problemas de sonido se hab¨ªan solucionado. Tras el espect¨¢culo vino la fiesta, que se alarg¨® hasta las seis de la ma?ana animada con famosos pinchadiscos internacionales.
"Las actuaciones no han estado mal, un poco cortas. Pero lo peor es el precio de las bebidas", dijo Robert, un joven escoc¨¦s que hab¨ªa viajado a Barcelona con su novio. Los precios del cubata (10 euros) y de la cerveza y refrescos (5 euros) fueron muy criticados por los asistentes. La entrada individual cost¨® 25 euros. Los abonos -que daban acceso a todas las fiestas- costaban 45 euros para los chicos, y 25 para las chicas. La diferencia se debe a que se programaron menos fiestas l¨¦sbicas que gays.
El espect¨¢culo del s¨¢bado estaba abierto a hombres y mujeres, aunque estas ¨²ltimas fueron minor¨ªa. Los organizadores hab¨ªan dispuesto autobuses para trasladar a las chicas a una fiesta para lesbianas en el F¨®rum, justo en el otro extremo de la ciudad.
"Est¨¢ bien que de vez en cuando se hagan fiestas s¨®lo para chicas", dijo Bego?a en la terraza donde se celebraba el festejo. "Tengo una amiga que se ha enfadado mucho cuando ha visto que han venido algunos chicos", a?adi¨®. ?Las lesbianas tienen menos visibilidad que los gays? "No s¨¦ qu¨¦ hacen las dem¨¢s. Yo vivo escondida", asegur¨® Patricia
El festival se prolongar¨¢ hasta ma?ana, y seg¨²n la organizaci¨®n habr¨¢ atra¨ªdo a Barcelona a casi 30.000 personas. Para los hoteleros y comerciantes la celebraci¨®n ha supuesto una inyecci¨®n econ¨®mica, ya que los turistas gays tienen fama de gastar m¨¢s que los heterosexuales. Y para la ciudad ha sido otra oportunidad para presumir de ser la capital gay del Mediterr¨¢neo.
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