?ngel Recasens, un m¨²sico sencillo y sabio
Era el director musical de La Grande Chapelle
No da tregua el verano de 2007. Hu¨¦rfanos de Bergman y Antonioni, ni siquiera la m¨²sica supone un respiro. El pasado 2 de agosto falleci¨® en Reus, como consecuencia de un c¨¢ncer, ?ngel Recasens, director musical de La Grande Chapelle, grupo creado en 2005 como ampliaci¨®n l¨®gica de la Capilla Pr¨ªncipe de Viana.
Ten¨ªa 69 a?os y estaba en un momento de plenitud creativa.
El ¨²ltimo concierto que dirigi¨® fue el 4 de junio en el patio del Palacio de Tavera, en Toledo, con Las V¨ªsperas, de Jos¨¦ de Nebra, uno de los compositores espa?oles de los que estaba empe?ado en sacar a la luz todos sus tesoros ocultos. El canto llano lo pon¨ªa, como otras veces, Schola Antiqua, con Juan Carlos Asensio. Las ¨²ltimas palabras que le escuch¨¦ fueron precisamente un elogio de Nebra, un par de meses antes, a continuaci¨®n de un concierto en la iglesia de las ?nimas de Santiago de Compostela. Despu¨¦s del funeral de cuerpo presente en la parroquia de Santa Mar¨ªa, fue enterrado el 4 de agosto en su pante¨®n familiar de Cambrils. Su hijo Albert y Juan Carlos Asensio entonaron a d¨²o los fragmentos de canto llano Libera me e In Paradisum a modo de despedida musical.
?ngel Recasens era un sabio. Y como tal hab¨ªa llegado al privilegio de la sencillez, de la humildad. Se consideraba a s¨ª mismo como un simple "maestro de capilla", y le gustaba que le llam¨¢semos as¨ª. Hab¨ªa nacido en Cambrils el 4 de marzo de 1938. Se especializ¨® en canto coral. Difundi¨® sus amplios conocimientos en este terreno desde el Conservatorio de Vilaseca.
Con el coro de Sant Esteve cultiv¨® todo tipo de autores, de Schumann y Mendelssohn a Ligeti y Schnittke. En los ¨²ltimos a?os se dedicaba en exclusividad a la m¨²sica espa?ola de los siglos XVI, XVII y XVIII, a ser posible de autores desconocidos. Con el sello Lauda ha dejado para la posteridad tesoros discogr¨¢ficos como Entre aventuras y encantamientos. M¨²sica para Don Quijote, Canciones instrumentales de Antonio Rodr¨ªguez de Hita, V¨ªsperas de Confesores, de Jos¨¦ de Nebra, El vuelo de ?caro. M¨²sica para el eros barroco o R¨¦quiem para Cervantes. Misa de difuntos, de Mateo Romero. Antes, con la Capilla Pr¨ªncipe de Viana, hab¨ªa grabado, entre otros, para Clara Vox, el Stabat Mater, de Jos¨¦ de Nebra. Su ¨²ltima grabaci¨®n, que aparecer¨¢ en septiembre, con el tema M¨²sica para el mito de Don Juan, cuenta con la colaboraci¨®n del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales y los ministerios de Educaci¨®n y Asuntos Exteriores. Su gran sue?o era la grabaci¨®n de la obra completa de Tom¨¢s Luis de Victoria. Michel Bernstein dec¨ªa que sus interpretaciones del m¨²sico abulense eran "las mejores que hab¨ªa escuchado nunca".
Adem¨¢s de su dedicaci¨®n a la m¨²sica espa?ola, o de su inaudita y eficaz claridad a la hora de dirigir, lo que distingu¨ªa a ?ngel Recasens es su fabuloso conocimiento de las voces. De ellas sacaba lo mejor de lo mejor y ello conduc¨ªa a interpretaciones fuera de serie en los lugares m¨¢s rec¨®nditos. Los cantantes habituales de otros grandes directores, como Gardiner, se lo rifaban. Pero Recasens iba a lo suyo. No se complicaba la vida en esfuerzos in¨²tiles.
Disfrutaba con su trabajo como a pocos m¨²sicos he visto. Trazaba las l¨ªneas arquitect¨®nicas, las atm¨®sferas, y a partir de ah¨ª a gozar de las obras musicales. Sus interpretaciones pose¨ªan un extra?o equilibrio entre rigor cient¨ªfico e intensidad emocional. No s¨¦ qui¨¦n se puede ocupar ahora de los Crist¨®bal Gal¨¢n, o el Guerrero policoral, o Casillas, o Romero, o... El vac¨ªo que deja ?ngel Recasens es doloroso. Musical y humanamente. Qu¨¦ p¨¦rdida in¨²til. Es imposible hacerse a la idea. Y mucho menos aceptarla. El verano de 2007 est¨¢ verdaderamente salvaje.
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