La crisis del miedo
Durante los ¨²ltimos meses ha venido cultiv¨¢ndose en los mercados una expectativa de crisis de liquidez, alimentada por la mala calidad de un gran volumen de cr¨¦ditos. El ejemplo m¨¢s acabado es el de las hipotecas basura o subprime, que puede afectar a 150.000 millones de d¨®lares s¨®lo en Estados Unidos; pero no es el ¨²nico. Los activos de alto riesgo ya no se trafican con fluidez en los mercados, como demuestra la crisis del banco Bear Stearns, y los dispendios hipotecarios se han terminado despu¨¦s de la quiebra de dos entidades financieras dedicadas a estos menesteres. En un mercado global resulta dif¨ªcil encerrar el miedo en las fronteras de las econom¨ªas nacionales. El banco franc¨¦s BNP Paribas anunci¨® ayer que suspend¨ªa tres fondos de inversi¨®n, valorados en unos 2.000 millones de d¨®lares, por sus conexiones con los activos hipotecarios estadounidenses de p¨¦sima calidad y las bolsas empezaron a caer. La crisis del cr¨¦dito puso ayer un pie en Europa.
La respuesta de las autoridades monetarias se ajusta a los c¨¢nones de la intervenci¨®n financiera. El Banco Central Europeo (BCE) adjudic¨® ayer una subasta de financiaci¨®n r¨¢pida, denominada de "ajuste fino", por importe de 94.841 millones de euros -la m¨¢s elevada de la historia- al tipo fijo del 4%, destinada a introducir liquidez tras observar tensiones en el mercado del dinero. Tambi¨¦n como mandan los c¨¢nones, fue una acci¨®n coordinada con la Reserva Federal estadounidense (Fed), que inyect¨® 24.000 millones de d¨®lares en el sistema financiero de Estados Unidos para tranquilizar a los inversores, al borde del p¨¢nico. El mensaje del BCE y de la Fed es claro y contundente: no se va a permitir una crisis financiera causada por la falta de liquidez. No hay razones estructurales que alimenten o justifiquen un estrangulamiento monetario.
La intervenci¨®n en los mercados monetarios frenar¨¢ probablemente el miedo a corto plazo y tranquilizar¨¢ a los inversores. Pero el problema de fondo es la profunda imbricaci¨®n entre los cr¨¦ditos solventes y los de ¨ªnfima solvencia. De hecho, las instituciones financieras tienen hoy dificultades para calcular y separar los cr¨¦ditos buenos de los ruinosos. La incertidumbre es la principal causa de esta crisis del miedo. Por tanto, el movimiento obligado de las instituciones crediticias es separar el grano de la paja para acotar el riesgo en los l¨ªmites aceptables para el mercado.
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