Luz de esp¨ªas

Atacada Polonia en la agon¨ªa del verano de 1939, el capit¨¢n Alexander de Milja, especialista en mapas, se integrar¨¢ en la resistencia clandestina en Varsovia contra el invasor alem¨¢n. El combate se extiende azarosamente de la Inglaterra bombardeada a los bosques de Ucrania, con eje en un Par¨ªs de colaboracionistas y fugitivos, como salido de la imaginaci¨®n de Patrick Modiano y la realidad de Joseph Roth, y dibujado por un Herg¨¦ menos humor¨ªstico y m¨¢s heroico-er¨®tico de lo habitual.

El agente secreto huye y, en el mismo movimiento, busca al enemigo para enfrentarse con ¨¦l. Es amante de mujeres extraordinarias como apariciones, y especialista en cambiar de personalidad, poeta ruso de vanguardia o industrial carbonero checo. Vive a trav¨¦s de muertes y metamorfosis, contra el cruel alem¨¢n, la pusilanimidad francesa, el tosco estalinismo sangriento. Su patriotismo es una forma de internacionalismo, una especie de amor propio compartido. Sabotea transportes de tropas, salva el oro del Banco Nacional de Polonia, asalta c¨¢rceles. Trabaja con mujeres esp¨ªas que, en el momento de ser detenidas, muerden una ampolla de cianuro. El oficial polaco es la mejor novela de Furst, en justo equilibrio entre la percepci¨®n de la situaci¨®n hist¨®rica y la acci¨®n fulminante.

Furst cultiva la atracci¨®n de los mundos perdidos en otro tiempo y otra galaxia, en la legendaria y cinematogr¨¢fica Segunda Guerra Mundial, por ejemplo. Es el espect¨¢culo de un mundo que se acaba interminablemente, para que contin¨²e en una aventura m¨¢s, en una haza?a nueva. El capit¨¢n De Milja combate a las tropas de asalto de la Wehrmacht a orillas del V¨ªstula, acompa?a alegremente a los jerarcas alemanes que ven pintar a Picasso, o aborta una invasi¨®n a Inglaterra desde Calais en septiembre de 1940. La valent¨ªa de los pilotos de la RAF se al¨ªa con la astucia temeraria del cart¨®grafo Alexander de Milja. Aunque el peligro no nos detenga, Furst tambi¨¦n sabe demorarse rapid¨ªsimamente en el an¨¢lisis de la pol¨ªtica internacional en aquellos apasionantes y peligrosos d¨ªas. "La tiran¨ªa se ha convertido en una ciencia", le dice a De Milja uno de sus jefes. El oficial polaco, contra esa ciencia, domina el arte de ser invisible mostr¨¢ndose ante todos. Su creador, Alan Furst, le ha concedido dos gracias: tener fortuna y no temer a la muerte.