"La sociedad no parece preparada para convivir con las bicicletas"
En estos tiempos de atascos y problemas en los trenes de cercan¨ªas, la bicicleta puede ser una buena y saludable alternativa. De hecho, su uso est¨¢ cada vez m¨¢s en boga en Barcelona, una ciudad donde circulan aproximadamente 60.000 ciclistas diarios. En este contexto, el mec¨¢nico de bicicletas aparece como una figura fundamental para mantener en circulaci¨®n todo este tr¨¢fico no contaminante.
Sin embargo, a David Casalprim (de 31 a?os) lo que le gustaban eran los coches. Estudi¨® para mec¨¢nico y trabaj¨® 10 a?os reparando autom¨®viles. Hasta que se cans¨® porque era, en su opini¨®n, "un oficio muy sucio y poco agradecido". "Adem¨¢s, dependes de las grandes marcas, porque te tienen que vender la informaci¨®n y los recambios. Es como pagar un peaje para poder trabajar", explica.
Mec¨¢nico de autom¨®viles renegado, Casalprim defiende la bici como transporte urbano
As¨ª que Casalprim reneg¨® del autom¨®vil y cambi¨® las cuatro ruedas por dos: comenz¨® a reparar bicicletas. "Se puede decir que me he convertido, pero ahora tengo un trabajo mucho m¨¢s agradable y gratificante", asegura. Hoy, David Casalprim es uno de los propietarios de la tienda de venta y reparaci¨®n de bicicletas Espaibici. Su prop¨®sito es potenciar este medio de locomoci¨®n como transporte urbano: "Queremos dar servicio a la gente que quiera optar por la bicicleta para moverse por la ciudad".
Cuando abri¨® el local, hace casi cinco a?os, sus amigos le dec¨ªan que no podr¨ªa ganarse la vida centr¨¢ndose exclusivamente en las bicicletas urbanas. Se equivocaron. A David no le falta la clientela: desde 2003, los desplazamientos en bicicleta en la ciudad de Barcelona han aumentado un 55,9%. El propio Ayuntamiento puso en marcha, el pasado 1 de marzo, un servicio municipal de bicicletas -el bicing- que hoy utilizan algo m¨¢s de 85.000 usuarios. Ir en bici est¨¢ de moda. "El coche es un infierno. Los conductores van como enfadados, estresados, nerviosos...", afirma Casalprim, que s¨®lo utiliza su autom¨®vil "para salir de la ciudad". "La bicicleta es otro mundo. Es mucho m¨¢s relajada y te da m¨¢s libertad", sostiene.
Lo malo es que se trata de un medio de transporte fr¨¢gil, que necesita una revisi¨®n peri¨®dica m¨¢s frecuente que la de la ITV. Estas puestas a punto generales son la actividad m¨¢s frecuente de un mec¨¢nico de bicicletas, que realiza cada d¨ªa entre ocho y nueve reparaciones. Adem¨¢s, las bicis se enfrentan a dos peligros fundamentales que exigen un r¨¢pido arreglo: los pinchazos y los robos. "Hay mucha gente que viene a reponer una pieza que le han robado. Los usuarios tienen que empezar a darse cuenta de que tener un buen candado, aunque sea muy caro, es fundamental", dice Casalprim.
El oficio goza, pues, de buena salud, aunque tiene un ligero problema: no se aprende en ning¨²n sitio. No hay escuelas que ense?en a reparar bicicletas, y Casalprim explica que los mec¨¢nicos suelen ser "amantes de las bicis que sab¨ªan arreglar la suya propia". "Aunque de ah¨ª a trabajar en ello hay un gran paso", dice.
As¨ª, las bicicletas han pasado a formar parte del paisaje habitual de Barcelona, sobre todo un tipo concreto: las plegables, cada vez m¨¢s vendidas. Para el ciclista, es como pasar de ir acompa?ado por un perro a salir con una pareja sentimental. Al perro hay que dejarlo atado fuera de los edificios. La pareja te acompa?a donde haga falta: "Una bicicleta plegable puedes meterla en el cine o en un restaurante; incluso puedes llev¨¢rtela de viaje", explica Casalprim. "La gente busca lo pr¨¢ctico", sentencia.
A pesar de todo, este mec¨¢nico opina: "La sociedad no est¨¢ preparada para compartir el espacio con las bicicletas. Los peatones, los coches y los ciclistas tienen que aprender a respetarse". Es decir, a colaborar para alcanzar un ideal al que contribuyen mucho las bicicletas: el de una ciudad m¨¢s limpia y tranquila.
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