Un a?o da mucho juego
China ha celebrado espectacularmente el inicio de la cuenta atr¨¢s de un a?o para la celebraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2008, con los que Pek¨ªn sue?a hace mucho tiempo. Los preparativos van viento en popa, y as¨ª lo ha refrendado el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI), que ha calificado las instalaciones de "excepcionales". Pero para el Gobierno chino hay mucho m¨¢s en liza. Pek¨ªn ve 2008 como mucho m¨¢s que una competici¨®n deportiva. Ser¨¢ una puesta de largo con la que quiere validar internacionalmente el ascenso de China al podio de las potencias econ¨®micas y diplom¨¢ticas del mundo, y legitimar de puertas adentro el monopolio del Partido Comunista.
Por delante tiene a¨²n serios desaf¨ªos de ¨ªndole pr¨¢ctica, como mejorar la p¨¦sima calidad del aire que se respira en Pek¨ªn o la situaci¨®n de su ca¨®tico tr¨¢fico. Mucho se ha avanzado en el primer aspecto; poco, en el segundo. Los organizadores han previsto planes de contingencia que pueden llegar a la paralizaci¨®n durante los Juegos de las f¨¢bricas contaminantes, provocar lluvia por medio de ca?ones para limpiar la atm¨®sfera y llegar a prohibir la circulaci¨®n de coches.
Pero los modernos estadios, los r¨¦cords ol¨ªmpicos y el despliegue de actos culturales y art¨ªsticos que acompa?ar¨¢n Pek¨ªn 2008 no pueden servir para ocultar el formidable desd¨¦n del Gobierno chino por los derechos humanos. En la China de hoy se persigue a los disidentes, la aplicaci¨®n de la pena de muerte est¨¢ a la orden del d¨ªa, al igual que la creciente utilizaci¨®n de la detenci¨®n sin juicio. La libertad de informaci¨®n es una entelequia y la censura en Internet un hecho rutinario, entre otras m¨²ltiples cortapisas a las libertades b¨¢sicas.
Organizaciones como Amnist¨ªa Internacional han publicado severos informes estos d¨ªas en los que denuncian que el Gobierno ha incumplido las promesas que hizo de mejorar la situaci¨®n en este terreno cuando consigui¨® alzarse como sede de los Juegos en 2001. Es cierto que los dirigentes de Pek¨ªn todav¨ªa tienen tiempo para dar un golpe de tim¨®n. Pero si los ansiados Juegos Ol¨ªmpicos no contribuyen a que de una vez comiencen a respetarse los derechos b¨¢sicos de los ciudadanos chinos y se impulsen las libertades pol¨ªticas, la imagen y la credibilidad de China, pero tambi¨¦n del COI, se ver¨¢n seriamente da?adas. Y muy dif¨ªcilmente los Juegos de Pek¨ªn podr¨¢n ser considerados, como ya se insiste propagand¨ªsticamente, "los mejores de la historia".
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