"La vida real nunca tiene un final feliz"
Yoshihiro Tatsumi, que introdujo el c¨®mic japon¨¦s en el mundo adulto con el g¨¦nero 'gekiga' (drama), visita el sal¨®n del c¨®mic de A Coru?a
A principios de los 80, la imagen que se ten¨ªa de la desconocida historieta japonesa era la que llegaba a trav¨¦s de los dibujos animados en la televisi¨®n. Robots gigantescos en lucha con el mal, c¨¢ndidas ni?as que viv¨ªan al pie de las monta?as o ni?os en busca de su mam¨¢ protagonizaban los interminables seriales infantiles. Esa imagen estall¨® con la publicaci¨®n de las primeras historietas de Yoshihiro Tatsumi (Osaka, 1935) en la revista El V¨ªbora a principios de los 80: historias tristes, que hablaban de lo m¨¢s oscuro del ser humano y de la imposibilidad de encontrar la felicidad.
Esta ruptura que ya hab¨ªa protagonizado Tatsumi en su pa¨ªs a finales de la d¨¦cada de los 50 creando el gekiga (de geki, drama, y ga, ilustrado), una corriente del manga que dejaba atr¨¢s el tradicional enfoque infantil de la tira c¨®mica japonesa. Los nuevos argumentos se adentraban en historias que abordaban la vida real, lo cotidiano, sin buscar un final feliz, sino el reflejo de toda la complejidad del ser humano. Se trata de un g¨¦nero que, a¨²n hoy, sigue siendo excepci¨®n dentro de una industria gigantesca como la del manga, donde los intereses econ¨®micos condicionan totalmente la creatividad.
En Espa?a, la obra de Yoshihiro Tatsumi ha sido recopilada en cinco libros por las editoriales Ponent Mon y La C¨²pula. Hasta el 26 de agosto se expone en el Kiosco Alfonso de A Coru?a una muestra de su obra.
Pregunta. El gekiga nace a finales de los 50. ?Qu¨¦ le llev¨® a apartarse de la corriente dominante que marcaba Osamu Tezuka [uno de los padres fundadores del manga]?
Respuesta. Fui el primero en hablar de gekiga. En esa ¨¦poca no exist¨ªa nada parecido, s¨®lo hab¨ªa aventuras y superh¨¦roes. Quer¨ªa mostrar lo que era la vida real, la verdad del ser humano. Los tebeos eran para ni?os y, si quer¨ªa hacer historietas para adultos, ten¨ªa que crear algo completamente nuevo. Cuando comenzaron a aparecer las primeras, mucha gente protest¨® porque hab¨ªa sexo. No eran pornograf¨ªa ni lo son, sino que representan el sexo tal como se vive. Fue una ¨¦poca dif¨ªcil, porque era complicado que los editores lo publicasen.
P. El t¨ªtulo de su primer ¨¢lbum publicado en Espa?a, Qu¨¦ triste es la vida, define plenamente el sentimiento que dejan sus obras. ?El ser humano no podr¨¢ encontrar nunca la felicidad?
R. Cuando comienzo a dibujar, siempre intento hacer una historia con final feliz. Pero a medida que la voy haciendo, siento que es mentira, que la vida real nunca tiene finales felices. Dentro de una sociedad moderna e industrial como la de Tokio, los edificios son bonitos, de gran arquitectura, pero la gente vive en apartamentos muy peque?os, con muy poca luz y sin apenas comodidades. La vida es gris pero siempre hay un d¨ªa donde un peque?o reflejo de luz entra por la ventana. Siempre puede ser que el d¨ªa acabe bien. Si se leen bien mis historietas, se puede encontrar ese rayo de esperanza.
P. En sus obras, las mujeres son personajes fuertes, que contrastan vivamente con los masculinos, m¨¢s d¨¦biles. ?No es casi contrario a lo que se viv¨ªa en ese momento?
R. Muchas veces sent¨ªa que no pod¨ªa llegar a contar lo que ten¨ªa dentro, me costaba mucho expresarme libremente y pensaba que las mujeres son m¨¢s fuertes, porque eran capaces de hablar de sus sentimientos. Por eso en muchas de mis historias, sobre todo las de la primera ¨¦poca, las mujeres son las protagonistas y son fuertes, tienen car¨¢cter, no tienen miedo a decir lo que piensan. Pero en esa ¨¦poca la sociedad era muy diferente, mis historias se avanzaban a su momento porque expresaban lo que no se pod¨ªa hacer. En el manga, la mujer era casi siempre un sujeto pasivo, pero mi deseo era que avanzaran mucho m¨¢s, expresando aquello que yo no me atrev¨ªa a decir.
P. Su obra se puede englobar en la l¨ªnea naturalista de directores como Kenji Mizoguchi, Yasujiro Ozu y Akira Kurosawa y la de escritores como Yasushi Inou¨¦ o Kenzaburo O¨¦. ?Se siente influ¨ªdo por ellos?
R. No, no me siento influido por ellos. Quiz¨¢s las primeras obras de Kurosawa. Pero cuando empec¨¦ era muy joven, apenas ten¨ªa 13 a?os, as¨ª que mis influencias eran las de otros autores de manga.
P. ?Cree que el gekiga sigue teniendo validez hoy en d¨ªa?
R. Ahora hay un gran movimiento en Europa y Am¨¦rica hacia el gekiga. Espero que en Espa?a los j¨®venes dibujantes lo vean as¨ª y entiendan que el c¨®mic es m¨¢s que el dibujo, que existen muchas historias para contar. En Jap¨®n el gekiga se enfrentaba al manga, pero ahora ha sido asimilado como una corriente dentro de ¨¦ste. Quiz¨¢s ah¨ª ha perdido un poco de su fuerza inicial, pero as¨ª hay m¨¢s que nunca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.