Ag¨¹ero se divierte
El argentino, que vive el f¨²tbol como un aficionado, se asocia con Forl¨¢n ante la temporada que puede consagrarlo como estrella del Atl¨¦tico
El libre mercado mezcla futbolistas profesionales con vocacionales. Como el dinero de la industria es abundante, todos terminan cobrando una parte. Pero cada cual siente el oficio de forma distinta. Entre los profesionales destacan Figo, que siempre insisti¨® en proclamarse "profesional", y Kak¨¢, que este verano no cambi¨® unas vacaciones en Manhattan por la selecci¨®n de Brasil. Entre los vocacionales, el m¨¢s ejemplar es Ag¨¹ero. El joven talento del Atl¨¦tico nunca menciona la palabra trabajo, pero se horroriz¨® ante la idea de un verano sin competici¨®n. Agobiado por la perspectiva de un mes de ocio, cuando se acab¨® la temporada, en junio pasado, llam¨® a su seleccionador y le solicit¨® que lo convocara para disputar el Mundial sub 20.
"Da la sensaci¨®n de que llevan mucho tiempo jugando juntos", comenta Aguirre
Ag¨¹ero regres¨® a Madrid despu¨¦s de levantar su segunda Copa del Mundo con Argentina. Se reuni¨® con la plantilla del Atl¨¦tico hace diez d¨ªas y lo primero que hizo fue mantener una charla con Forl¨¢n y Maxi Rodr¨ªguez. La conexi¨®n rioplatense funcion¨® desde los entrenamientos. El jueves pasado jugaron el primer partido oficial de la temporada, contra el Vojvodina, en las preliminares de la Copa de la UEFA. Los tres hicieron una peque?a exhibici¨®n de lo que pueden ofrecer si les dan confianza. Cada uno marc¨® su gol. El partido termin¨® 3-0. Ag¨¹ero fue la figura.
Hace un a?o, instado por un periodista sensacionalista a emitir un juicio, Messi, ex compa?ero de Ag¨¹ero en las selecciones inferiores, lo pens¨® un segundo y respondi¨®: "?El Kun es un personaje!".
La naturaleza de jugador vocacional de Ag¨¹ero sorprendi¨® a todos. Incluso a otro joven criado en los potreros, como Messi. Su propensi¨®n al amague, a la gambeta de toda la vida, le daban un aire de jugador festivo que nunca reprimi¨® al salir de la cancha (le fascina cantar y bailar). A sus 17 a?os, su idiosincrasia, el mundo que lo rodeaba, sus or¨ªgenes poco rigurosos, inspiraba tanta emoci¨®n en las gradas como suspicacias en el aparato empresarial del f¨²tbol.
Cuando supo de su fichaje por el Atl¨¦tico, el Cholo Simeone avis¨® desde Argentina de que conven¨ªa atar corto al chaval: "Es un jugador con personalidad, distinto, capaz de romper la t¨¢ctica a cualquier rival. Pero tendr¨¢ que acostumbrarse a una nueva sociedad, a una nueva cultura y a una nueva forma de vivir. Ojal¨¢ la gente lo reciba de la mejor manera y lo ayude teni¨¦ndolo contenido. Porque necesitar¨¢ un tiempo de aclimataci¨®n".
El primero en presentarse voluntario para oficiar de dique de contenci¨®n fue Javier Aguirre. El entrenador del Atl¨¦tico se esforz¨® por sobreprotegerlo. En su empe?o, el t¨¦cnico le arranc¨® la espontaneidad por partes. Hasta la jornada 23? de la Liga pasada, el delantero sum¨® seis goles. Luego, nada. Aunque goz¨® de minutos en los 38 partidos. La alternancia en el banquillo, la sensaci¨®n de estar inexorablemente en remojo, hiciera lo que hiciera, le apag¨®. Perdi¨® espontaneidad. Se sinti¨® un profesional. Aburrido, prefiri¨® dejarse llevar por otras aficiones a la espera del f¨²tbol de verdad. Para Ag¨¹ero ese f¨²tbol se jugaba en la selecci¨®n. Despu¨¦s de conquistar el Mundial hizo una confesi¨®n: "Renac¨ª futbol¨ªsticamente".
El uruguayo Forl¨¢n, reci¨¦n fichado por el Atl¨¦tico, tambi¨¦n experimenta una especie de renacimiento. La proximidad de Ag¨¹ero lo ayuda. "Le ha venido muy bien el a?o en Madrid como experiencia", dijo despu¨¦s de la goleada al Vojvodina; "adem¨¢s, ha hecho un gran Mundial. Ahora se siente c¨®modo".
Tras la exhibici¨®n del jueves, Aguirre dio s¨ªntomas de estar satisfecho. Al menos, de momento, parece que no contendr¨¢ m¨¢s al chico. "Da la sensaci¨®n de que Forl¨¢n y Ag¨¹ero llevan mucho tiempo jugando juntos", dijo; "los dos saben jugar muy bien al f¨²tbol y van a dar muchas alegr¨ªas al equipo".
Ag¨¹ero ser¨¢ el primero en experimentar alegr¨ªa si Aguirre no lo sienta en el banquillo con el pretexto de que all¨ª se madura mejor. El muchacho es transparente. Dice lo que piensa y hace lo que canta. La letra de una de sus canciones es inequ¨ªvoca: "Llevo el f¨²tbol en la sangre/ es parte de mi alma/ la hinchada grita ?vamos Kun Ag¨¹ero!".
Si presta atenci¨®n a este cantante diletante, Aguirre comprobar¨¢ que, aunque no se siente un futbolista profesional, sus atributos casan a la perfecci¨®n con el profesionalismo exigible en una sociedad deportiva capitalista.
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