Oportunista y sin escr¨²pulos
Los periodistas de 'The Wall Street Journal' temen que Murdoch limite su independencia
Hace cuatro a?os, la serie Los Simpson (un producto de Rupert Murdoch) realiz¨® una parodia de la exitosa cadena de noticias estadounidense Fox News (un producto de Rupert Murdoch). Los falsos titulares incid¨ªan en la l¨ªnea ideol¨®gica de Fox News: "Dick Cheney, mezcla de Brad Pitt y Albert Einstein"; "La Biblia dice que Jes¨²s apoyaba la reducci¨®n de impuestos"; "Los vertidos de petr¨®leo mantienen j¨®venes a las focas"; "El 92% de los dem¨®cratas son homosexuales".
Murdoch se molest¨® mucho porque, seg¨²n dijo, aquellos titulares pod¨ªan "confundir a la audiencia", presuntamente incapaz de distinguir un noticiario de Fox de unos dibujos animados. La an¨¦cdota da una idea de c¨®mo es Fox News, de c¨®mo es su p¨²blico y de c¨®mo trata la informaci¨®n Rupert Murdoch, nuevo propietario de The Wall Street Journal, el diario econ¨®mico m¨¢s prestigioso e influyente del planeta.
Murdoch ha prometido respetar la autonom¨ªa del peri¨®dico, pero le impondr¨¢ un viraje
Suele decirse que cuanto mayor es un grupo de comunicaci¨®n, mayor es su independencia frente a las presiones pol¨ªticas y financieras. El imperio medi¨¢tico de Rupert Murdoch (Melbourne, 1931) desmiente cotidianamente esa teor¨ªa. News Corporation, el holding del magnate australiano, posee 176 peri¨®dicos, una red de televisiones de pago (Fox Broadcasting) con 300 millones de abonados, un grupo de televisi¨®n asi¨¢tico con fuerte presencia en China (Star TV), dos cadenas de telenoticias por sat¨¦lite (Fox News y Sky), dos grandes productoras cinematogr¨¢ficas (20th Century Fox y Fox Filmed Entertainment), un portal de Internet (MySpace) con m¨¢s de cien millones de clientes y un grupo editorial (Harper & Collins). El valor burs¨¢til del grupo ascend¨ªa, a finales de 2006, a 59.000 millones de d¨®lares.
Los beneficios del pasado ejercicio rondaron los 900 millones. Y, sin embargo, la informaci¨®n servida por News Corporation no parece especialmente independiente o fiable.
Murdoch es considerado un adalid de la derecha. Su apoyo furibundo a George W. Bush, a los neocons y a la invasi¨®n de Irak, su vieja alianza con los tories de Margaret Thatcher y su contrataci¨®n como asesor del ex presidente espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar refuerzan el perfil conservador de News Corporation. Tiende a olvidarse, sin embargo, que Murdoch comenz¨® respaldando a los laboristas australianos, que apoy¨® a Tony Blair durante todo su mandato, que en Italia ofrece los informativos m¨¢s fiables (su rival en ese pa¨ªs es Silvio Berlusconi), que ha utilizado Cuba como para¨ªso fiscal y que est¨¢ a partir un pi?¨®n con el Gobierno de la Rep¨²blica Popular China.
Murdoch ha hecho todo lo posible por congraciarse con las autoridades chinas, que le permiten gozar de una posici¨®n de privilegio en un mercado de crecimiento vertiginoso: expuls¨® de su canal por sat¨¦lite Star las emisiones de la BBC, porque hablaban demasiado de la matanza de Tiananmen, y se neg¨® a que Harper & Collins publicara las memorias del ¨²ltimo gobernador brit¨¢nico de Hong Kong, el conservador Chris Patten, porque eran cr¨ªticas con el Gobierno de Pek¨ªn. La trayectoria de Murdoch, vista globalmente, no es la de un ide¨®logo, sino la de un oportunista con mucho talento comercial y escasos escr¨²pulos.
Todos los grupos multimedia necesitan apoyos pol¨ªticos. Todos los grupos utilizan sus medios para publicitar sus productos, un fen¨®meno agudizado por la globalizaci¨®n y las exigencias de rentabilidad de los accionistas. S¨®lo es posible mantener la credibilidad con una informaci¨®n rigurosa y una l¨ªnea ideol¨®gica coherente. La industria de las noticias vive en ese precario equilibrio.
The Wall Street Journal consigui¨® mantenerlo durante d¨¦cadas: las noticias, de alta credibilidad, y la opini¨®n, muy de derechas y ocasionalmente delirante, no se mezclaban. Lo que inquieta ahora a los periodistas del WSJ, y a sus lectores en los cinco continentes, es el ejemplo de Fox News. El canal de noticias de Murdoch, creado en 1996 y ya por encima de CNN, sirve un c¨®ctel de informaci¨®n y opini¨®n con el que no busca la credibilidad, sino la complicidad con una audiencia ideol¨®gicamente af¨ªn. Como ejemplo, durante la campa?a presidencial de 2000 propusieron al p¨²blico que votara sobre una cuesti¨®n: "?Qui¨¦n es m¨¢s tramposo, Bill Clinton o Al Gore?". Otro ejemplo: el encargado de coordinar la informaci¨®n del recuento en la noche electoral era primo de George W. Bush, el candidato republicano.
Dentro del acuerdo de venta de Dow Jones, por unos 5.000 millones de d¨®lares, los hasta ahora propietarios, la familia Bancroft, consiguieron establecer ciertos l¨ªmites al poder de Rupert Murdoch. El magnate no podr¨¢, por ejemplo, despedir al director del WSJ sin la aprobaci¨®n de una mayor¨ªa sustancial del Consejo de Administraci¨®n. Murdoch ha prometido respetar la autonom¨ªa del peri¨®dico, pero quiere imponerle un viraje hacia la informaci¨®n general (lo que supone ya un cambio fundamental) para competir con The New York Times. Habr¨¢ que ver los resultados. Por ahora, s¨®lo unos centenares de suscriptores, de un total de 1,7 millones, han cancelado su abono.

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