Marcando territorio

Solbes va a tener que hacer encaje de bolillos para conseguir los apoyos que necesita para sacar adelante los Presupuestos para 2008, a?o electoral. Ya el pasado, s¨®lo la retirada en el ¨²ltimo momento de la enmienda a la totalidad presentada por CiU impidi¨® la devoluci¨®n. Que sean los ¨²ltimos Presupuestos antes de las elecciones estimula en los aliados posibles la tentaci¨®n de marcar diferencias, territoriales sobre todo. Pero precisamente por ser las ¨²ltimas cuentas de la legislatura, tal vez el PSOE no vea del todo mal la posibilidad de prorrogar las correspondientes a este a?o, evitando incrementos adicionales de gasto forzados por esos socios.

El aliado te¨®ricamente preferido por Zapatero, pensando sobre todo en la pr¨®xima legislatura, es CiU, que con sus 10 diputados podr¨ªa bastar para completar mayor¨ªa a nada que suba el PSOE. Pero Artur Mas tiene dificultades obvias para convertirse en aliado en Madrid mientras sea oposici¨®n en Barcelona; y los ¨²ltimos episodios relacionados con las infraestructuras y los servicios p¨²blicos en Catalu?a son un obst¨¢culo a?adido, dada la argumentaci¨®n nacionalista de que todo se debe a la insuficiencia de las inversiones del Estado en la comunidad. ERC ya ha propuesto un frente nacional (sin llamarlo as¨ª) de todos los partidos catalanes para condicionar su apoyo al cumplimiento de la disposici¨®n del Estatuto sobre tales inversiones.

El problema es que el Gobierno dice que ya lo cumple, y que lo que hay es una divergencia de interpretaci¨®n sobre lo que deben considerarse infraestructuras. De momento el debate ya ha provocado que algunos barones del PP exhiban sus propias cicatrices en forma de agravios comparativos en materia de inversiones en sus territorios. Un debate de ese tipo no le conviene al Gobierno en a?o electoral, e incluso puede pillarle un poco a contrapelo de su aparente recuperaci¨®n de un discurso nacional m¨¢s parecido al de Felipe Gonz¨¢lez.

Con el PNV de Imaz la relaci¨®n es buena y sus siete diputados, unidos a los cinco de IU, podr¨ªan ser suficientes para salir del paso. Pero los nacionalistas exigen a cambio que el PSE apoye los presupuestos de Ibarretxe, cuyo tripartito no tiene mayor¨ªa; y los socialistas vascos ya han condicionado ese apoyo a que el lehendakari se olvide de su consulta soberanista, y no se sabe si est¨¢ por la labor. Adem¨¢s, tampoco son seguros los votos de IU, que tambi¨¦n lleva un tiempo marcando territorio (ideol¨®gico) en asuntos como la Ley de Memoria Hist¨®rica, las misiones militares en el exterior o los pactos en Navarra.

Los Presupuestos est¨¢n, por tanto, en el aire, aunque eso no significa que Zapatero vaya a adelantar las elecciones. Le bastar¨¢ con prorrogar los actuales, y marcar con ellos su propio territorio socialdem¨®crata.