La isla de Afrodita, en 10 paradas
Una ruta en coche por Chipre, el enclave m¨¢s oriental del Mediterr¨¢neo
Como todo lo mestizo, Chipre posee una belleza desconcertante: llanuras eternas, quebradas como una piel sedienta, y sobre ellas, aldeas necesitadas de otra mano de cal; cada una con su minarete y su campanario, un exiguo palmeral, alg¨²n cipr¨¦s y un reba?o de ovejas pastando en los solares. Hasta all¨ª, a veces, llega como un regalo la brisa de las cumbres serranas, cubiertas de pinos olorosos que esconden monasterios remotos y pueblos de monta?a. O las r¨¢fagas salinas de la costa, que muerden los acantilados blancos, suicidas sobre un mar tan azul que hiere las pupilas. Un viento que, en d¨ªas tranquilos, acaricia las calas suaves donde las olas besan t¨ªmidamente los pies del caminante.
Nicosia es una ciudad acogedora. En la zona ocupada, la llamada del almu¨¦dano marca las horas y llega a buena parte de la ciudad desde los minaretes de la mezquita de Selima, edificada sobre una catedral g¨®tica del siglo XIII, Santa Sof¨ªa, que imita a Notre Dame de Par¨ªs
Para arqueolog¨ªa de primera divisi¨®n, las ruinas de la ciudad de Salamina (no confundir con la Salamina del Egeo, la de la famosa batalla entre griegos y persas), que fue capital de la isla durante mil a?os
Desde el Egipto fara¨®nico hasta el Imperio Brit¨¢nico, prolija es la lista de pueblos que han dejado su huella (castillos, ciudadelas, templos, teatros...) en esta exuberante isla que Marco Antonio regal¨® a Cleopatra. Tras d¨¦cadas de ostracismo, por fin el pa¨ªs parece haber conseguido aplacar los demonios de la violencia nacionalista y religiosa. Partida en dos desde 1974, hoy es posible recorrer con facilidad y seguridad tanto la zona norte de la isla, ocupada por el ej¨¦rcito de Turqu¨ªa y donde viven los chipriotas de origen turco (y miles de turcos importados desde el continente), como el sur del pa¨ªs, integrado en la UE, donde habitan los chipriotas de origen griego. Pese al sufrimiento pasado, parece que los habitantes de esta isla est¨¢n consiguiendo recordar lo que les ha unido a lo largo de la historia, algo que el escritor brit¨¢nico Lawrence Durrell supo percibir a los pocos d¨ªas de instalarse aqu¨ª: "Entonces comenc¨¦ a entender el verdadero significado de la hospitalidad chipriota, resumida en una sola palabra: kopiaste, que viene a significar 'si¨¦ntate con nosotros y comparte".
1 Nicosia, el coraz¨®n partido
Nicosia es la ¨²nica capital dividida de Europa. Su coraz¨®n es una ciudadela veneciana del siglo XVI con forma de estrella de 11 puntas. En s¨®lo unos pasos, el viajero puede cruzar, a trav¨¦s del puesto de control de la ONU en el hotel Ledra Palace, a las afueras de la ciudad, la pretendida fractura que separa a Occidente de Oriente: de la zona griega, al sur, a la zona turca, al norte. Sobrecogedoras son las calles vac¨ªas que quedaron en la tierra de nadie. La peatonal y anta?o concurrida calle Ledra, arteria comercial, contin¨²a seccionada por dos muros consecutivos. El pasado marzo, una excavadora de la zona sur derrib¨® uno de ellos. Fue un gesto propagand¨ªstico m¨¢s que otra cosa: una valla fue instalada en su lugar, y ah¨ª sigue.
Pese a que los muros (f¨ªsicos y mentales) permanecen, Nicosia es una ciudad acogedora. Desde la zona turca, la llamada del almu¨¦dano marca las horas y llega a buena parte de la ciudad desde los minaretes de la mezquita de Selima (edificada sobre una catedral g¨®tica del siglo XIII, Santa Sof¨ªa, que imita a Notre Dame de Par¨ªs). Cerca de este templo se halla el B¨¹y¨¹k Han (Gran Posada), un caravasar otomano del siglo XVI, restaurado, donde comprar artesan¨ªa y tomar un buen caf¨¦ turco. Tambi¨¦n merece la pena pasear por el Belediye Ekpazari, mercado rebosante de delicias chipriotas y turcas... y de alguna que otra sanguinolenta cabeza de vaca.
El sur de Nicosia es m¨¢s bullicioso y moderno: abundan las franquicias de cualquier capital europea. Por eso conviene no salir del centro hist¨®rico, delimitado por la imponente muralla. En ¨¦l aguardan las callejuelas del Laik¨ª Yitoni¨¢ (Barrio Popular) y los murales de la diminuta catedral bizantina de San Juan Te¨®logo, del siglo XVII. A pocos metros, y un siglo m¨¢s antiguo, se encuentra el palacete-museo del dragom¨¢n Kornesios, mediador entre griegos y turcos. Si es temporada, no dude en coger alg¨²n higo de la hermosa higuera del patio, y si se ha quedado con ganas de lujos otomanos, visite el restaurado hammam municipal de Nicosia o cene en el patio de Octana, un caf¨¦ librer¨ªa ubicado en el interior de otro palacete.
2 San Hilari¨®n y la coqueta Kyrenia
En coche alquilado (ojo, con el volante a la derecha), hay que cruzar, al este de Nicosia, el puesto de control de Agios Dometios. Desde all¨ª, la primera parada de la excursi¨®n al norte de la isla debe ser el baluarte de San Hilari¨®n, un castillo del siglo XIII encaramado a un risco de la cordillera del Pentad¨¢ctilo desde el que en d¨ªas claros se ve casi toda la isla. A una veintena de kil¨®metros m¨¢s al norte, bajando las faldas monta?osas hacia el mar, se llega a la ciudad de Kyrenia (Girne en turco), cuyo puerto fue construido por los romanos. El Museo del Naufragio, en el castillo, muestra un pecio hundido hace m¨¢s de 2.000 a?os, en la ¨¦poca de Alejandro Magno. En los muelles de este fondeadero id¨ªlico abundan los restaurantes y tabernas.
3 Con Durrell en Bellapais
De vuelta a la falda de las monta?as, entre naranjos y limoneros, se impone una visita al pueblo de Bellapais. Desde las ruinas ajardinadas de su abad¨ªa g¨®tica fundada por los agustinos (siglos XII-XIII) se contempla un mar de un azul irreal. En los a?os cincuenta del siglo XX vivi¨® aqu¨ª el escritor Lawrence Durrell, quien narr¨® sus vivencias en el libro Limones amargos de Chipre. En Bellapais vive todav¨ªa el llamado ?rbol de la Ociosidad, a cuya sombra los vecinos del pueblo ve¨ªan pasar la vida tomando caf¨¦ y ouzo.
4 Un santo subterr¨¢neo
Camino de la costa oriental conviene desviarse en el monasterio de San Bernab¨¦, junto al cual, en las catacumbas de una peque?a iglesia cercana, se venera el supuesto enterramiento de este chipriota que predic¨® junto a san Pablo. Otro de los grandes, san Marcos, fue quien, seg¨²n la leyenda, enterr¨® aqu¨ª a Bernab¨¦. Sorprende lo humilde que es el sepulcro. Fresco, umbr¨ªo: rodeado de iconos, cirios y silencio. Uno mismo debe accionar el interruptor de la luz (poca) para ver algo. ?No se olvide de apagarlo al salir!
5 Exuberante Salamina
Para arqueolog¨ªa de primera divisi¨®n, las ruinas de la ciudad de Salamina (no confundir con la Salamina del Egeo, la de la famosa batalla entre griegos y persas). Esta villa fue capital de la isla durante mil a?os. Situada junto al mar, aqu¨ª se han hallado restos prehist¨®ricos, fenicios, asirios, persas... pero la mayor¨ªa de lo que sigue en pie tiene dos milenios de antig¨¹edad y pertenece a la ¨¦poca del emperador romano Augusto. Una palestra (donde entrenaban los atletas) con su columnata, un teatro para 15.000 almas, un anfiteatro, ba?os, acueducto, piscinas... En Salamina, adem¨¢s, se conserva parte de un templo consagrado a Zeus y ruinas de una bas¨ªlica bizantina en la que est¨¢ enterrado san Epifanio, el azote de los herejes. A un tiro de piedra, por cierto, est¨¢ la playa. Una de las mejores, por poco frecuentada, de todo Chipre.
6 La casa de Otelo
Por carretera en direcci¨®n sur, con el mar a nuestra izquierda, tardaremos pocos minutos en llegar a la fortificada Famagusta, el famoso "puerto de Chipre" donde Shakespeare ambient¨® su Otelo. Aqu¨ª se puede visitar el castillo en cuya torre el celoso moro de Venecia dio muerte a Desd¨¦mona. Como en Nicosia, la mezquita principal se asienta sobre los restos de una espl¨¦ndida catedral g¨®tica, esta vez inspirada en la de Reims. La cantidad de ruinas g¨®ticas sembradas entre las calles es tal que todo tiene un aire de Mad Max medieval. Gran parte de los destrozos provienen de la guerra de los a?os setenta.
7 Discotecas y milagros
Por el puesto de control de Dhekelia-Pergamos cruzamos de nuevo a la zona griega. En este extremo de la isla encontramos, bajo unos imponentes acantilados, las calas de Cabo Greco, ideales para los amantes del submarinismo. Aqu¨ª se hallan las localidades de Protar¨¢s y Ayia Napa, llenas de discotecas. La ruta de escape m¨¢s aconsejable se halla en direcci¨®n a la gran ciudad mar¨ªtima de L¨¢rnaca. Es sabido que Jes¨²s le dijo al difunto L¨¢zaro aquello de "lev¨¢ntate y anda". Pues bien, cuando L¨¢zaro muri¨® por segunda vez (y ya no volvi¨® a andar) fue enterrado aqu¨ª. Sobre su tumba se erige una bell¨ªsima iglesia bizantina del siglo X. En L¨¢rnaca (antigua Citio) naci¨® adem¨¢s el fil¨®sofo estoico Zen¨®n.
A las afueras, pasando el aeropuerto, se encuentra el santuario musulm¨¢n conocido como Hala Sult¨¢n Tekke. En este complejo religioso levantado en mitad de un palmeral se supone que est¨¢ enterrada una t¨ªa de Mahoma y que es el cuarto lugar en importancia para los musulmanes, s¨®lo por detr¨¢s de La Meca, Medina y Jerusal¨¦n. Cuentan que de La Meca lleg¨® volando una piedra que se mantiene suspendida en el aire. Pero no est¨¢ permitido verla. Claro.
8 Lefkara y Kourion
Al oeste, por la autopista, el magn¨ªfico monasterio de Stavrovouni nos vigila desde su atalaya. En su interior se guardan restos de la Vera Cruz. Por un desv¨ªo, hacia las monta?as, se halla Lefkara, un pueblo de piedra donde las damas venecianas se retiraban a descansar y a bordar. As¨ª ense?aron a las lugare?as, y ahora sus encajes tienen reputaci¨®n mundial (son un buen souvenir, ?y no pesan!). De vuelta a la autopista llegamos a la urbe de Limasol (de infausta memoria para el f¨²tbol espa?ol). Posee un castillo y cientos de hoteles, restaurantes y discotecas. De noche, en la playa, una clientela multinacional se da cita en el Breeze, uno de los clubes nocturnos m¨¢s famosos del Mediterr¨¢neo oriental. Cerca de Limasol encontramos las ruinas de la ciudad de Kourion. Su teatro, restaurado en tiempos romanos, es el ¨²nico de origen griego en el que las gradas miran al mar. Aqu¨ª hay restos de un santuario consagrado a Apolo, de un palacio de m¨¢s de 30 habitaciones, termas, mosaicos, una bas¨ªlica...
9 De Pafos a Akamas
Rumbo al oeste dejamos a nuestra izquierda las formaciones rocosas de Petra tou Romiou, donde, seg¨²n el mito, naci¨® Afrodita de la espuma del mar (afros significa espuma en griego). Todav¨ªa hoy peregrinan a esta bella playa las mujeres que desean quedar encintas. Al norte se halla la ciudad de Pafos, cuyos restos arqueol¨®gicos abarcan dos milenios y son patrimonio de la humanidad. Lo mejor: las tumbas de los reyes, una necr¨®polis subterr¨¢nea grecorromana con influencias egipcias, y la colecci¨®n de mosaicos. Ya s¨®lo por ver el dedicado "a los primeros bebedores de vino" (uno de ellos a cuatro patas) merece la pena venir. En el extremo noroccidental de la isla se halla la pen¨ªnsula de Akamas, aut¨¦ntico santuario natural, con playas salvajes y los famosos ba?os de Afrodita, un manantial que se remansa entre higueras en el que, seg¨²n la leyenda, la er¨®tica diosa retozaba con Adonis.
10 Las cumbres de Troodos
En esta cordillera se halla el monasterio de Kykkos, descomunal, sobrevalorado y restaurado con un punto kitsch. Alberga, eso s¨ª, un precioso icono de la Virgen que, se dice, pint¨® san Lucas. Pero Troodos esconde 10 peque?as iglesias, diseminadas y aisladas entre los bosques, que han sido declaradas patrimonio de la humanidad. Por fuera son humildes: de piedra, sin campanario, con tejados a dos aguas... pero en su interior contienen frescos de una belleza y ternura irrepetibles. No se pierda los de la Virgen de Asinou, no muy lejos del camino de vuelta a Nicosia.
GU?A PR?CTICA
Infor maci¨®n- Turismo de Chipre (www.visitcyprus.org.cy).- Oficina de turismo de Nicosia (00 357 22 69 11 00; www.nicosia.org.cy).- Oficina de turismo de Kyrenia (00 90 39 28 15 21 45).C¨®mo ir- Lufthansa (www.lufthansa.es; 902 22 01 01) ofrece vuelos de ida y vuelta a L¨¢rnaca v¨ªa Francfort. Desde Madrid y Barcelona, a partir de 393,76 euros, tasas y cargos incluidos.- Iberojet (www.iberojet.es; en agencias) propone un recorrido de ocho d¨ªas por Pafos y Limasol. Incluye vuelos y siete noches en hoteles de tres estrellas. Desde 809 por persona en habitaci¨®n doble. Hasta octubre.- Politours (www.politours.com; en agencias) organiza circuitos de 8 d¨ªas, que incluyen L¨¢rnaca, Pafos, Nicosia, Kykkos y Limasol. Desde 849 euros por persona y en habitaci¨®n doble. Hasta el 28 octubre.
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