Gallard¨®n no se reproduce en cautividad

Las im¨¢genes en las que tres personas capturan al tibur¨®n de Tarragona son id¨¦nticas a aquellas otras en las que se ve a Aguirre, Zaplana y Acebes inmovilizando a Gallard¨®n. Cada uno lo coge de un sitio para obligarle a entrar por el aro, pero ¨¦l se hace astutamente el muerto, como en otras ocasiones, y al final lo dejan estar. No tardaremos mucho en ver de nuevo su aleta merodeando por las playas de la sucesi¨®n, sobre todo ahora que a Rajoy lo dan por muerto hasta sus propios promotores. Si al escualo lo han enviado al zoo, a Gallard¨®n lo han amenazado con el Senado, que tiene las dimensiones pol¨ªticas de una piscina.

El Senado le viene peque?o al alcalde de Madrid. No es que no pueda vivir en cautividad, de hecho lleva a?os ocupando espacios m¨¢s peque?os de los que exigir¨ªa su naturaleza, pero es incapaz de reproducirse en tales condiciones. No ha tenido en todo este tiempo un solo hijo pol¨ªtico, no hay dentro del PP una corriente, por peque?a que sea, que le apoye. ?Y por qu¨¦ no le apoyan?, cabr¨ªa preguntarse. ?Por dem¨®crata? ?Por ambicioso? ?Por guapo? ?Por feo? ?Por impaciente? En un mundo donde hasta Mart¨ªnez Pujalte ha creado escuela, resulta un misterio indescifrable. Aunque lo m¨¢s probable es que no le apoyen por Gallard¨®n.