La historia se cae a trozos
Un grupo de pintores se moviliza para salvar las im¨¢genes y los 'graffiti' de la parte este del muro de Berl¨ªn, ya muy deterioradas
Unos 1.300 metros de hormig¨®n, el mayor vestigio a¨²n en pie del muro de Berl¨ªn, se encuentran hoy en tan mal estado que peligran las pinturas conmemorativas a las que sirven de soporte. Se trata de la East Side Gallery (Galer¨ªa de la parte este, por la zona de la ciudad en la que est¨¢), una de las mayores muestras de arte al aire libre del mundo.
Buena parte de sus pinturas apenas pueden ya reconocerse tras los graffiti y los desperfectos causados por los rigores del clima berlin¨¦s. Lo que hoy es una atracci¨®n tur¨ªstica de primer orden fue obra de 118 artistas llegados de 24 pa¨ªses. Pintaron sobre la parte oriental del Muro 106 im¨¢genes que representan la historia y la ca¨ªda de la frontera entre el Berl¨ªn occidental y el oriental. Es el mayor resto en pie del tramo visible de la l¨ªnea de separaci¨®n entre la democracia capitalista de la Rep¨²blica Federal Alemana (RFA) y el r¨¦gimen socialista "de los campesinos y trabajadores" de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA).
Tras una renovaci¨®n parcial en 2000, la Iniciativa de Artistas de la East Side Gallery pide ahora a las autoridades que facilite con urgencia fondos para la restauraci¨®n de las obras. Quieren que sean repintadas por los mismos pintores que lo hicieron en su momento. Cinco de ellos ya han muerto.
Para reparar la East Side Gallery har¨¢ falta una obra considerable. El metal de la estructura se corrompe en el interior del cemento. La lluvia, el viento y la nieve hacen labor de zapa. Los escapes de los veh¨ªculos dan la guerra qu¨ªmica. Legiones de turistas se emplean con sprays y rotuladores en cualquier resto intacto de pared. Unos cincuenta metros de galer¨ªa cayeron ya, v¨ªctimas de las obras alrededor del moderno estadio polideportivo y multifunci¨®n que se construye en la zona. Erich Honecker, jefe de Estado en la RDA, cre¨ªa en 1989 que el Muro "de contenci¨®n antifascista" dividir¨ªa la ciudad por "otros 50 o 100 a?os m¨¢s". Cay¨® en noviembre de aquel mismo a?o bajo los martillos y los picos de cientos de ciudadanos de la RDA. Su apertura fue el preludio festivo del hundimiento del sistema pol¨ªtico socialista que hab¨ªa gobernado medio continente desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El estado lamentable que presentan sus restos una d¨¦cada y media despu¨¦s sugiere que el Muro, en pie desde 1961, podr¨ªa haberse ca¨ªdo solo.
A pesar de que no es parte del trazado de la antigua frontera, definida en esa zona por el r¨ªo Spree, el tramo que ocupa la East Side Gallery da una idea del aspecto que tuvo el Muro visto desde la parte occidental. Su cara oriental no pudo pintarse hasta que dej¨® de ser frontera, en 1989. Eran precisamente los habitantes del barrio de Friedrichshein quienes m¨¢s a menudo ten¨ªan que pasar cerca del Muro, cuya superficie gris y constantemente vigilada era para los orientales el l¨ªmite tangible de cualquier desplazamiento. No se sabe a ciencia cierta cu¨¢ntos murieron al tratar de atravesarlo, pero se calcula que entre 86 y 200 ciudadanos de la RDA cayeron bajo el fuego de los vigilantes.
La polic¨ªa del Berl¨ªn occidental no se molestaba en proteger su lado del Muro. Cualquiera pod¨ªa pintar o escribir sobre la tremenda superficie de la pared, de modo que muchos de los 43 kil¨®metros del Muro sirvieron de soporte para los graffiti y las pintadas reivindicativas m¨¢s o menos originales.
La visita a la East Side Gallery, pintada en 1990, se recomienda hoy en todas las gu¨ªas. Algunas de sus im¨¢genes, como la que estiliza el c¨¦lebre beso con el que Honecker recibi¨® al mandatario ruso Leonid Br¨¦znev en 1979, son tan conocidas como el propio Muro.
Si la desgracia imprime car¨¢cter, a Berl¨ªn no debe de faltarle. Las masas de visitantes que cada d¨ªa toman al asalto los principales centros de la ciudad buscan restos de las cat¨¢strofes que la hicieron famosa. Si bien los admiradores de la pel¨ªcula candidata al Oscar en 2005 El hundimiento no podr¨¢n visitar el b¨²nker de la canciller¨ªa donde Adolf Hitler se vol¨® los sesos, quienes se emocionaron con La vida de los otros, ganadora del ?scar este a?o, pueden acceder al m¨¢s famoso resto de aquella ¨¦poca. La East Side Gallery es parte del s¨ªmbolo por antonomasia de la guerra fr¨ªa y de las d¨¦cadas de dictadura del Partido de Unificaci¨®n Socialista (SED). Cualquiera puede acercarse para arrancarle un pedazo que llevarse a su casa o para rubricar qu¨¦ d¨ªa pas¨® por Berl¨ªn otro turista con rotulador.
Su estado actual llev¨® a varios pintores a asociarse en la Iniciativa de Artistas East Side Gallery para promover la restauraci¨®n. Su presidente, Kani Alivi, explica que su grupo organiz¨® en 2000 el remozo y repintado de 330 metros de Muro. Los trabajos los financi¨® una empresa privada de producci¨®n de pintura. Aquellas obras costaron medio mill¨®n de euros. Ahora, Alevi advierte de que la obra es compleja y de que exige la reparaci¨®n del hormig¨®n, que empieza por su estructura met¨¢lica. Despu¨¦s, se tratar¨ªa de que los autores originales repintaran las obras.
?Presupuesto total para restaurar las obras? otros dos millones de euros. Seg¨²n Alevi, una cantidad "razonable" que el erario p¨²blico deber¨ªa desembolsar lo antes posible, "porque ya han muerto cinco de los artistas que vinieron en 1990".
La East Side Gallery se encuentra en Friedrichshein Kreuzberg, un distrito compuesto de dos barrios antiguamente separados por el Muro. Su uni¨®n administrativa quiso ser un s¨ªmbolo de la reunificaci¨®n ciudadana. Las autoridades competentes dicen ahora que ya han dado luz verde a la reparaci¨®n del Muro por 1,3 millones de euros. Queda en el aire c¨®mo se costear¨¢n los 700.000 euros que la iniciativa de Alevi considera necesarios para sufragar los gastos de viaje, trabajo y manutenci¨®n de los pintores.
El regidor del distrito, el verde Franz Schulz, no ha respondido en los ¨²ltimos d¨ªas a las preguntas de este peri¨®dico. Una experiencia parecida a la que ha vivido Alivi, quien denuncia: "El distrito nos va dando largas una y otra vez, con la esperanza de que nos cansemos". El pintor concede un plazo hasta septiembre para que el distrito tome una decisi¨®n: "Despu¨¦s tendremos que apelar a otras instancias, antes de que sea demasiado tarde".
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