Humor de parroquia
Envarado malabarista del subtexto y h¨¢bil reciclador del patetismo como elocuente voz c¨®mica, Steve Carell es capaz de convertir un acto tan cotidiano como el recorte del vello nasal en un espect¨¢culo irresistible. Es, casi, la perfecta ant¨ªtesis de Jim Carrey, esteta de la sobreactuaci¨®n y maestro de la pirotecnia expresiva, que, como violento contraste, protagoniz¨® la comedia -Como Dios (2003)- de la que Sigo como Dios se acredita como secuela m¨¢s nominal que otra cosa.
En esta nueva pel¨ªcula de Tom Shadyac -cineasta que deber¨ªa recordar su pasado como invisible m¨¦dium del genio c¨®mico en El profesor chiflado (1996) y Mentiroso compulsivo (1997)-, Carell obliga a sus incondicionales a realizar un considerable acto de fe: seguir encontr¨¢ndole gracioso, mientras permanece encerrado en el dise?o inteligente de una comedia aparatosa concebida para no perturbar -y, de paso, regalar algunas risas blancas- a aquellos sectores del p¨²blico americano que creen firmemente en el creacionismo.
SIGO COMO DIOS
Direcci¨®n: Tom Shadyac. Int¨¦rpretes: Steve Carell, Morgan Freeman, John Goodman, Lauren Graham. G¨¦nero: comedia. Estados Unidos, 2007. Duraci¨®n: 90 minutos.
Los imperativos del mercado lobotomizan con mayor eficacia que la vieja censura.
Babelia
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