El t¨¦ de las siete
Son ya un mill¨®n. No s¨®lo buscan una pl¨¢cida jubilaci¨®n ni viven aislados. Entre los brit¨¢nicos residentes en Espa?a hay concejales, peluqueras, empresarios. Representan la cuarta comunidad tras la marroqu¨ª, la rumana y la ecuatoriana
Vivir en pantal¨®n corto, bronceado, trabajar arrastrando la chancleta. Chequear el mail, cafel¨ªn, hacer un par de llamadas, chapuz¨®n. Colin Smalley lo vio claro, que viva el teletrabajo, que viva Espa?a, adi¨®s tristes nubes de Middlesbrough, abracemos la vida en San Fulgencio. Desde hace dos a?os y medio, este empresario de 55 a?os vive en un adosado con piscina en la urbanizaci¨®n La Marina, un desarrollo urban¨ªstico que en 10 a?os se ha comido el pueblo de San Fulgencio. ?sta es la localidad con m¨¢s brit¨¢nicos de Espa?a, el 48,8% de su poblaci¨®n, datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica. Por algo los j¨®venes lugare?os la han bautizado como la peque?a Inglaterra.
James Parker: "Saben que no van a estar solos, que hay menos delitos y que todo va a ser un pel¨ªn m¨¢s barato"
Los jubilados, en cualquier caso, siguen siendo los pesos pesados de la comunidad residente
Colin es un ejecutivo con buenos contactos en los mercados de gas y petr¨®leo que viaja cada cuatro semanas a Inglaterra para pasar ah¨ª dos semanas y cerrar las operaciones que emprende desde su casita de San Fulgencio. Si puede hacer coincidir sus reuniones con los partidos del Middlesbrough de sus amores, mucho mejor. Si algo destaca en su sal¨®n es la foto de ¨¦l y su mujer Karen, los dos, todo bufanda, sonrisas de oreja a oreja, camino de aquel partido que supuso para su equipo la conquista de la Copa Carling. En casa de Colin, el t¨¦ se toma a las siete.
Tres de cada cinco brit¨¢nicos eligen Espa?a a la hora de comprarse una vivienda en el extranjero, seg¨²n el bar¨®metro Barclays-IESE. Son ya un mill¨®n de residentes en Espa?a, seg¨²n la Embajada brit¨¢nica. Y nos visitan m¨¢s de 16 millones cada a?o, el 27,7% de las visitas que recibe este pa¨ªs. Los n¨²meros cantan y la canci¨®n debe de ser una de los Beatles. O del ¨ªdolo de Carina, Robbie Williams.
"She offers me protection, a lot of love and affection
["me ofrece protecci¨®n, mucho amor y mucho cari?o"], dice un verso de Angel, el megahit del ¨ªdolo de la Inglaterra profunda y no tan profunda, Robbie Williams. Carina lo tararea mientras se afana en cortarle el pelo al peque?o Ashley. "?Me voy a casar con ¨¦l!", exclama en alusi¨®n al ¨ªdolo pop, ante la perpleja mirada de Dominic, de cuatro a?os, el hermano peque?o de Ashley. Situ¨¦monos: en el cartel de la entrada pone The Barber Shop, esto es, una peluquer¨ªa; la peluquera se llama Carina Bugden, suena Robbie Williams y el cliente es un ni?o mon¨ªsimo de seis a?os, pelirrojo, con pecas y la piel muy blanca. San Fulgencio. Bueno, La Marina, la urbanizaci¨®n, la peque?a Inglaterra, Little England.
"Es que lo que funciona es el boca a boca", explica James Parkes, director del Costa Blanca News, peri¨®dico semanal en ingl¨¦s del que se tiran 25.000 ejemplares. "En Inglaterra casi todo el mundo tiene un amigo o un familiar aqu¨ª, as¨ª que vienen y saben que no van a estar solos, que hay menos delitos, que todo va a ser un pel¨ªn m¨¢s barato y que los vuelos ya no son caros. El clima no es la ¨²nica raz¨®n". O sea, la ecuaci¨®n inglesa: televisi¨®n por cable + Internet + llamadas baratas mediante ordenador + billetes de avi¨®n de bajo coste (52 rutas al Reino Unido s¨®lo desde Alicante) + libra esterlina = sol + relax + f¨²tbol + contacto con la familia en Inglaterra + trabajo a distancia. Ecuaci¨®n tambi¨¦n aplicable a otros residentes noruegos o alemanes, s¨®lo que los ingleses son el cuarto colectivo de inmigrantes m¨¢s importante de Espa?a tras marroqu¨ªes, rumanos y ecuatorianos. Son los otros inmigrantes.
"Oh my god, I can't believe it, I've never been this far away from home
["Oh, Dios, no puedo creerlo, nunca hab¨ªa estado tan lejos de casa"], suena la canci¨®n de la emergente cantante brit¨¢nica Lilly Allen en Bay Radio, una de las tres principales emisoras en ingl¨¦s que retransmiten en la costa. Cerca de uno de sus estudios, en J¨¢vea, se encuentra An Shebeen, taberna irlandesa y lugar de peregrinaci¨®n de la comunidad brit¨¢nica -J¨¢vea tiene un 23% de residentes ingleses-. Amanda Dean, concejal del Ayuntamiento, de 46 a?os, apura un caf¨¦ en el pub. Pertenece al partido Nueva J¨¢vea, una escisi¨®n del PP que ahora est¨¢ en la oposici¨®n con sus cuatro concejales (ella, un holand¨¦s y dos espa?oles). Dice que la llaman la concejal de los ingleses. "Hace cinco a?os es cuando empezaron a venir a instalarse los j¨®venes aqu¨ª, la vivienda en Inglaterra estaba car¨ªsima y Espa?a les da seguridad: pol¨ªtica, econ¨®mica y de orden p¨²blico. Aqu¨ª, adem¨¢s, el tiempo de ocio es mucho m¨¢s ocio". M¨¢s aceite y menos vinagre. Eso es lo que buscan los ingleses aqu¨ª, dice.
Los jubilados, en cualquier caso, siguen siendo los pesos pesados de la comunidad residente. Es el caso de Peter Jamieson, de 67 a?os, que se compr¨® una casa en La Marina en el cl¨¢sico viaje en que las inmobiliarias se traen al extranjero una semana para visitar casas: si se compran una, no tienen que abonar los gastos de hotel y comidas de esa semana. Este hombre, que pasea por los bares con una libreta para anotar las palabras que no comprende, es un entusiasta de la integraci¨®n en el modo de vida espa?ol, algo que, dice, los m¨¢s j¨®venes no persiguen. Jos¨¦ Ram¨®n Pin, coordinador de varios estudios Barclays-IESE sobre los extranjeros en Espa?a, asegura que este pa¨ªs lo tiene todo para convertirse en la Florida de Europa, y que deber¨ªa crear las infraestructuras necesarias para atraer a los jubilados de oro. Para eso hacen falta m¨¢s campos de golf, dice, y una adecuada red de servicios para atenderles, en particular servicios sanitarios. "Los campos de golf representan la agricultura m¨¢s rentable", sostiene sin ambages, "utilizan menos agua y adem¨¢s es reciclada".
Turf, chq, chq, chan, wales, turrf, crr, la ensalada s¨®nica envuelve la avenida Mallorca de Benidorm, los sonidos de las distintas discotecas se mezclan con la retrasmisi¨®n del Bulgaria-Gales en las gigantescas pantallas de bares al aire libre. "Sol, f¨²tbol y cerveza, ?qu¨¦ m¨¢s se puede pedir?", ironiza un lugare?o.
Un hotel promociona en ingl¨¦s su oferta de pensi¨®n completa por 24 euros al d¨ªa, la calle se llena de ingleses con la cara enrojecida y la camiseta de la selecci¨®n inglesa de f¨²tbol. Son los otros ingleses, los guiris, como dice con una sonrisa c¨®mplice Andrew Lavery, mec¨¢nico que lleva ya ocho a?os y medio afincado en Espa?a. La atracci¨®n nocturna de Benidorm estos d¨ªas, ciudad con amplia oferta de karaokes y reputadas estrellas de la imitaci¨®n como Francisco Jackson, que emula a Michael, es el espect¨¢culo de Sticky Vicky, una mujer de 64 a?os que se desnuda en directo y empieza a extraer de su sexo todo tipo de objetos, huevos, bastones y hasta cuchillas de afeitar.
"Hablo el suficiente espa?ol como para pedir repuestos"
Este mec¨¢nico, de 36 a?os, tiene m¨¢s amigos espa?oles que ingleses. M¨¢s clientes ingleses que espa?oles. Dice que le encanta ver Ibiza desde la terraza de su casa, en Finestrat, junto a Benidorm: "Me imagino que la gente est¨¢ all¨ª de fiesta". Lleg¨® hace ocho a?os y medio a Espa?a y mont¨® su taller hace seis. "A los ingleses que viven aqu¨ª les da confianza tener un mec¨¢nico con el cual pueden hablar en el mismo idioma". Y todav¨ªa m¨¢s si en el coche el volante est¨¢ a la derecha. Los padres de su mujer tienen un bar en Benidorm y dej¨® Newcastle para tomarse un a?o sab¨¢tico y decidir por fin qu¨¦ es lo que iba a hacer con su vida. Decidi¨® quedarse en Espa?a. Habla espa?ol, "lo suficiente para pedir repuestos", bromea.
"Nadie recoge las cagadas del perro"
A Colin Smalley, empresario de 55 a?os, le encanta dormirse de vez en cuando "una hora de siesta, quiz¨¢ no tan larga como otros espa?oles". Lleva dos a?os y medio en Espa?a. Trabaja desde su casa cuatro semanas y viaja dos semanas a Inglaterra, as¨ª todo el a?o. Pone en contacto a distintas empresas del sector del gas y el petr¨®leo. Lo que m¨¢s le disgusta de la vida en su urbanizaci¨®n de La Marina, San Fulgencio, es, por este orden: 1) que los coches pasan a 120 por la recta que hay al lado de su casa y deber¨ªan ir a 50; 2) las pintadas de grafiteros; 3) las cagadas de los perros por la calle, "nadie las recoge", y 4) los vertidos ilegales de basuras.
"No compro en tiendas inglesas"
Jacqui Phillips tiene 67 a?os y es presidenta de la ONG Grupo de Apoyo de C¨¢ncer MABS (Marina Alta Breast Cancer Support). "Nunca voy a los supermercados para ingleses, ?para qu¨¦? ?Son much¨ªsimo m¨¢s caros!". Lleg¨® a J¨¢vea en 1987: o cambiaba de clima, o acababa en silla de ruedas. Ahora anda como una jabata. Su labor en esta charity le vali¨® ser condecorada en 2005 por la reina Isabel II como Miembro del Imperio Brit¨¢nico. Deb¨ªa dirigirse a ella pronunciando Ma'am con la a de marmelade
y no con la a de James. "La reina es adorable, me dedic¨® dos minutos, m¨¢s que a los dem¨¢s condecorados, seg¨²n mi marido".
"En Inglaterra est¨¢n reprimidos"
Amanda Dean, de 46 a?os, es concejal del Ayuntamiento de J¨¢vea desde hace cuatro a?os y medio. "En Inglaterra est¨¢n muy reprimidos, todo est¨¢ demasiado regulado y eso crea un tipo de depresi¨®n. Aqu¨ª no se ha perdido el sentido de comunidad, los ingleses no sienten las ra¨ªces que puede sentir un espa?ol". Lleg¨® a Espa?a en 1981, a Bilbao, donde fue percusionista de la Orquesta Sinf¨®nica de Bilbao. Regres¨® al Reino Unido y, desde hace 10 a?os, vive en J¨¢vea. Adem¨¢s de sus labores de concejal, es subdirectora del Xabia Internacional College, donde el 60% de los alumnos son brit¨¢nicos, canta y es la primera presidenta de una banda musical valenciana, la de J¨¢vea.
"Me encantan las fiestas en la calle"
Lo primero que ech¨® en falta cuando lleg¨® a Espa?a esta secretaria de 21 a?os fueron las alfombras brit¨¢nicas y ese aroma a calefacci¨®n central. Stacey Salter ten¨ªa 17 a?os, y se instal¨® en La Marina con sus padres. No hab¨ªa manera de que aprendiera espa?ol hasta que se ech¨® novio, que es lo que tiene, que sirve entre otras muchas cosas para conocer lenguas extranjeras. "Es muy dif¨ªcil encontrar trabajo en Espa?a si no hablas espa?ol", dice. Trabaja como secretaria y recepcionista en una agencia inmobiliaria, y de Londres echa de menos las partidas de bolos y ver cine en ingl¨¦s. "Me encanta que aqu¨ª se hagan tantas fiestas en la calle". Adora el pescado.
"La gente aqu¨ª vive m¨¢s a?os"
Carina Bugden es peluquera, tiene 47 a?os y su palabra favorita en espa?ol es guapo. Fan irredenta de Robbie Williams, se vino a vivir a San Fulgencio en enero y abri¨® en marzo su peluquer¨ªa, The Barber Shop, en la urbanizaci¨®n La Marina. "La gente mayor del pueblo es muy tradicional y no s¨¦ si les hemos invadido un poco; les hemos tra¨ªdo el ruido y el tr¨¢fico". Est¨¢ casada, tiene un hijo, vive seg¨²n el horario espa?ol y le encanta que la vida en San Fulgencio sea mucho m¨¢s relajada que en su Hampshire natal. "No hay tanto estr¨¦s, por eso la gente de aqu¨ª vive m¨¢s a?os y est¨¢ m¨¢s sana". Dice que los espa?oles comen mucho pescado.
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