Como si existiese un pacto antiterrorista invisible

?Se han reunido a partir de ayer las razones necesarias para instar un proceso de ilegalizaci¨®n del partido Acci¨®n Nacionalista Vasca? Los representantes de ANV en el consistorio vizca¨ªno de Durango dijeron nada m¨¢s presentarse a debate el borrador de condena del atentado de ETA en la junta de portavoces que ellos no suscribir¨ªan el comunicado. En l¨ªnea con la conducta de la izquierda abertzale desde 1979 en Durango, y seg¨²n explic¨® ANV m¨¢s tarde, tras expresar su "solidaridad" con los ciudadanos afectados, el atentado forma parte de las "las consecuencias directas del conflicto". Este partido, que en sus estatutos de 1930, reinscritos en 1977, rechaza la violencia para lograr sus objetivos, sin embargo no ha considerado oportuno obrar en consonancia con aquellos. No. Pero no se ha limitado a evitar la condena del atentado. Seg¨²n su versi¨®n de los hechos, la acci¨®n terrorista se inserta en el siguiente contexto: "No ha sido la primera agresi¨®n" porque el pueblo vasco lleva "meses recibiendo las agresiones de los Estados espa?ol y franc¨¦s". "Todos esos sucesos nos llevan a un escenario del pasado". En otros t¨¦rminos, ha justificado o comprendido, seg¨²n se prefiera, el atentado.

Fuentes gubernamentales consultadas dijeron que el rechazo de ANV a condenar el atentado "no arroja una nueva luz sobre el entramado de la organizaci¨®n terrorista ETA". El razonamiento es el siguiente: "El Tribunal Constitucional se?ala la no condena como un indicio que debe ser puesto en relaci¨®n con otros. Pero por s¨ª solo no a?ade un indicio de criminalidad". La misma fuente enfatiz¨®: "La condena suma; la no condena no quita".

En fuentes judiciales se ha detectado, como es habitual, divisi¨®n de criterios, entre quienes estiman que no es ETA quien debe marcar la agenda de la actividad del Gobierno, la Fiscal¨ªa y los jueces de la Audiencia Nacional, y los que ven una oportunidad para desencadenar la ilegalizaci¨®n de ANV tal como sostienen algunos dirigentes del Partido Popular.

"Es indudable que la legalizaci¨®n en mayo pasado de un n¨²mero de candidaturas de ANV no supuso cerrar el asunto de sus posibles v¨ªnculos con Batasuna y ETA. La aparici¨®n de nuevas pruebas puede llevar en cualquier momento a plantearse el tema tanto en t¨¦rminos penales como en lo que se refiere a la ley de partidos. Pero la negativa a condenar un atentado, seg¨²n el Tribunal Constitucional, no es indicio suficiente. No hay porque correr. Hay que tomar nota", dijo un magistrado a ¨¦ste peri¨®dico.

Los dirigentes de ANV han optado por perder una oportunidad clave para desempolvar sus estatutos de los a?os treinta y disipar de ese modo las sospechas que pesan sobre su verdadera naturaleza. Al reaccionar en sinton¨ªa con Batasuna y no con autonom¨ªa respecto a ella, al rechazar como Batasuna la condena del atentado de ETA y justificar la acci¨®n terrorista responsabilizando al Gobierno, han renunciado a ofrecer un contraindicio favorable contra una eventual ilegalizaci¨®n.

Con todo, ser¨ªa un error que los duros enfrentamientos por la pol¨ªtica antiterrorista, que ayer dieron paso al frente com¨²n entre el Gobierno y el PP que los ciudadanos esperaban, revivieran a cuenta de si es el momento de instar la ilegalizaci¨®n de ANV.

ETA ha buscado en estos meses dar un golpe demostrativo. Si no ha podido hacerlo no ha sido por inactividad. El PSOE, el PP y el Gobierno deber¨ªan actuar ahora como si existiese un invisible Pacto Antiterrorista, exactamente igual al viejo pacto en un punto central: corresponde a las autoridades gubernamentales la direcci¨®n de la acci¨®n contra ETA, incluyendo en determinar en este caso, una vez que el PP lo ha planteado, si cabe instar la ilegalizaci¨®n de ANV a ra¨ªz de su justificaci¨®n del atentado.