Un juez niega la vuelta de Noriega a Panam¨¢
La justicia de Miami abre la puerta para que el ex dictador sea extraditado a Francia por blanqueo de dinero
El futuro carcelario del septuagenario ex dictador paname?o Manuel Antonio Noriega, que terminar¨¢ su condena de 17 a?os en una c¨¢rcel del suroeste de Miami por narcotr¨¢fico y lavado de dinero el pr¨®ximo 9 de septiembre, puede hallarse en Francia. La justicia francesa reclama a Noriega por lavado de dinero procedente del narcotr¨¢fico. De momento, el juez William Hoelever rechaz¨® ayer la petici¨®n de los abogados de Noriega en contra de la extradici¨®n y no acept¨® sus argumentos de que deb¨ªa ser devuelto a Panam¨¢ como prisionero de guerra.
El pr¨®ximo martes otro magistrado deber¨¢ resolver definitivamente si extradita a Francia al hombre que gobern¨® en Panam¨¢ entre 1983 y 1989. Noriega, que en la actualidad tiene 72 a?os, fue condenado por la justicia estadounidense en 1990 a 40 a?os, pero consigui¨® rebajar su pena, primero a 30 y luego a 17, por buena conducta y por haber cumplido dos tercios del total.
La resoluci¨®n judicial de enviar al ex dictador a Panam¨¢ hubiese dado la raz¨®n a las tesis de los abogados de Noriega, que recurrieron a la Convenci¨®n de Ginebra para tratar de que su defendido no fuese extraditado a Francia, donde fue condenado en su ausencia a 10 a?os de prisi¨®n por lavado de dinero y la compra de tres apartamentos de lujo en Par¨ªs, entre diciembre de 1988 y diciembre de 1999. Las viviendas le costaron 15 millones de francos, unos tres millones de euros. Seg¨²n los letrados, al haber sido declarado el ex dictador prisionero de guerra por el propio juez Hoelever en 1992, al cumplirse su condena deber¨ªa ser enviado a su pa¨ªs. "Una vez en Panam¨¢, Francia pod¨ªa haber pedido la extradici¨®n" coment¨® Jon May, uno de los abogados.
La fiscal¨ªa, sin embargo, y el Departamento de Estado, argumentaron que su condici¨®n de prisionero de guerra s¨®lo era a efectos de su trato carcelario y accedieron a tramitar la petici¨®n de extradici¨®n francesa. Frank Rubino, el m¨¢s veterano de los abogados de Noriega, ha acusado de connivencia a los Gobiernos involucrados en el caso.
Un portavoz de la embajada de Estados Unidos en Panam¨¢, seg¨²n cit¨® tambi¨¦n un peri¨®dico en Panam¨¢, se?al¨® que la decisi¨®n del Gobierno de Estados Unidos de pedir a una corte de Florida que acoja la extradici¨®n a Francia "fue de com¨²n acuerdo con el Gobierno paname?o y el franc¨¦s".
Noriega tendr¨¢ derecho a un nuevo juicio en Francia, que lo reclam¨® a mediados de julio. En Panam¨¢ le esperaban, en principio, otros 20 a?os de c¨¢rcel que nadie esperaba que fuese a cumplir, salvo en su casa. Noriega hab¨ªa sido condenado en Panam¨¢, tambi¨¦n en su ausencia, a cinco penas similares, pero no acumulables por ley. Tres de ellas por los asesinatos del ex guerrillero Hugo Spadafora, del mayor Mois¨¦s Giroldi, y el fusilamiento de otros ocho militares.
La defensa del ex dictador ha acusado reiteradamente a su pa¨ªs de no reclamar su extradici¨®n ahora, como s¨ª hizo tres veces en 1991, por cargos m¨¢s graves que los de Francia. Entonces, Estados Unidos no accedi¨® a la petici¨®n paname?a.
Los abogados May y Rubino han batallado in¨²tilmente en las ¨²ltimas semanas no s¨®lo ante los tribunales, sino tambi¨¦n frente a los medios de comunicaci¨®n para explicar sus tesis contrarias a la extradici¨®n a Francia.
El abogado Rubino, a finales de julio, asegur¨® incluso que la extradici¨®n formaba parte de un acuerdo de intercambio por un contrato de 300 millones de d¨®lares de trenes franceses de alta velocidad a Panam¨¢.
Las reacciones no se hicieron esperar, desde la indignaci¨®n de sus antiguos enemigos pol¨ªticos hasta la m¨¢s diplom¨¢ticas del Gobierno actual, empezando por el presidente, Mart¨ªn Torrijos, hijo del que fue supuestamente tan admirado por Noriega, Omar Torrijos. "Es absurdo pensar en las componendas de tres pa¨ªses cuando son los ¨®rganos judiciales de Estados Unidos los que tienen la decisi¨®n", dijo.
Su error
Noriega fue el hombre que subestim¨® al imperio. "Su error fue no aceptar la proposici¨®n que le hizo Estados Unidos de elegir un exilio dorado", ha comentado Rubino, que asesora legalmente a Noriega desde que fue condenado en 1990. Tras llegar al poder en 1983, Noriega naveg¨® por todos los mares de la corrupci¨®n, el autoritarismo, la represi¨®n sangrienta y el narcotr¨¢fico hasta ser derrocado.
El general que perteneci¨® a la CIA, la agencia estadounidense de espionaje, se crey¨® invencible no s¨®lo acab¨® en la c¨¢rcel sino que provoc¨® la invasi¨®n estadounidense de 1989. El entonces presidente George H.W. Bush, acus¨® a Noriega de negociar con narcotraficantes colombianos. La justicia de Miami lo conden¨® a 40 a?os en 1992 por recibir sobornos para permitir el paso por Panam¨¢ de coca¨ªna destinada al mercado estadounidense.
"Esto es una opini¨®n personal", ha matizado Rubino, "porque no hablo con ¨¦l de estas cosas en la c¨¢rcel, s¨®lo de las cuestiones legales para rebajar su condena o de los asuntos que quedan pendientes. ?l no quiso escuchar los consejos que se le dieron y no se arrepiente de nada".
"Ha llevado bien la condena", a?ade Rubino, "tiene una salud razonablemente buena para su edad y lo ¨²nico que quiere es regresar a su pa¨ªs, sentarse en una mecedora, disfrutar de sus tres hijas y cinco nietos, y estar tranquilo el resto de su vida. Ha aprendido la lecci¨®n".
Pero ya no podr¨¢ volver a su pa¨ªs.
Vencido por el rock
Estados Unidos emple¨® casi 500 bombas en cuatro d¨ªas para derrocar a Manuel Antonio Noriega.El dictador se refugi¨® en la casa de su amante mientras atronaban las bombas. Pero al cuarto d¨ªa, en la Nochebuena de 1989 Noriega, se meti¨® en la sede del Vaticano en Panam¨¢. Ah¨ª los proyectiles ya no ten¨ªan nada que hacer. Pero entonces Estados Unidos recurri¨® a la m¨²sica.Durante tres d¨ªas, Noriega y el Nuncio, monse?or Jos¨¦ Sebasti¨¢n Laboa, soportaron las sesiones intensivas de rock Pero al tercer d¨ªa, Noriega tir¨® la toalla. Toda su experiencia como agente destacado de la CIA en Am¨¦rica Central no le sirvi¨® de nada. O sus nervios no aguantaron la tortura o los nervios del Nuncio claudicaron.Desde entonces hasta ahora han pasado 17 a?os. El destino de Panam¨¢, un pa¨ªs de 3,2 millones de habitantes, sigui¨® su senda al margen del hombre que gobern¨® durante seis a?os.De vez en cuando alguien retomaba el debate sobre si Noriega volver¨ªa alg¨²n d¨ªa al pa¨ªs tras cumplir su condena en Estados Unidos. El debate se ha acabado.
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