La alternativa de la pensi¨®n
Instalaciones hoteleras menospreciadas en otra ¨¦poca hoy se han convertido en una opci¨®n atractiva para el turista en Valencia
Los turistas extranjeros son desde hace unos a?os los nuevos inquilinos de las pensiones de la ciudad de Valencia. Australianos, italianos o japoneses recorren antiguas viviendas de edificios c¨¦ntricos con solera, muchos centenarios, y que, hace d¨¦cadas, habitaban trabajadores, estudiantes o parejas de luna de miel provenientes de otras ciudades espa?olas. Era la ¨¦poca en la que los clientes eran hu¨¦spedes y la pensi¨®n era completa. "El sal¨®n se llenaba de gente para comer lo que les preparaba mi madre", recuerda Daniel, responsable de la pensi¨®n Universal situada cerca del Ayuntamiento.
La Universal es una de las 31 que existen en Valencia, casi la mitad, situadas en el barrio de la Ciutat Vella, seg¨²n las estad¨ªsticas de 2005 del Ayuntamiento.
Estos establecimientos compiten, sobre todo, con los nuevos albergues juveniles
Los hijos de muchos de aquellos propietarios fueron ampliando el negocio con la compra de otras plantas del edificio y as¨ª disponer de m¨¢s habitaciones, ya algunas, con el ba?o o la ducha incluidos. Poco a poco, la clientela fue cambiando y turistas europeos, japoneses o norteamericanos comenzaron a recalar en las pensiones en busca de un lugar acogedor y econ¨®mico para continuar viaje por otras capitales espa?olas. Es un turismo que ha cuajado y parece que hosteleros y turistas se han entendido a la perfecci¨®n. "Yo con la clientela extranjera estoy muy contento, no me hace falta m¨¢s", asegura Juan en la recepci¨®n de la Pensi¨®n Par¨ªs mientras responde al tel¨¦fono. "A single room? Yes, yes. (?Habitaci¨®n individual? S¨ª, s¨ª)".
Aunque los m¨¢s habituales son los j¨®venes, que vienen cargados con sus mochilas para practicar el denominado turismo de lata o bocadillo, tambi¨¦n acuden parejas de mediana edad, e incluso, de jubilados, que pagan una media de 35 euros por habitaci¨®n. Respecto al nivel econ¨®mico, suele ser medio o medio-alto, como corrobora Javier, otro de los propietarios que heredaron el negocio familiar hace a?os. "El nivel es impresionante. Con ver la ristra de tarjetas de cr¨¦dito cuando van a pagar, te haces una idea".
La pregunta es, si este tipo de turista se podr¨ªa permitir alojarse en hoteles de cuatro estrellas, ?por qu¨¦ prefieren las pensiones? Para Javier, de la pensi¨®n Morat¨ªn, una de las m¨ªticas de la ciudad, la respuesta est¨¢ clara. "Visitan muchas ciudades y no quieren gastarse m¨¢s dinero y, sobre todo, aqu¨ª encuentran un ambiente acogedor y tranquilo, que no existe en otros sitios". Y es que en las pensiones se encuentran como en casa por la sencilla raz¨®n de que antes eran casas.
Techos altos, bovedillas con adornos en los techos, platos de cer¨¢mica colgados en la pared configuran un estilo que los propietarios han respetado, a pesar de las reformas, para continuar ofreciendo ese ambiente que los turistas buscan. La mayor¨ªa no responde a la idea de lugares oscuros y s¨®rdidos, pero algunos propietarios aseguran que contin¨²an existiendo otras que no cumplen con las condiciones de seguridad e higiene, "con bichos y todo, tendr¨ªan que cerrarlas porque nos aportan mala imagen", asegura Juan de la pensi¨®n Par¨ªs.
Dolores, esposa de Daniel de la pensi¨®n Universal, describe al cliente extranjero, en general, como muy agradecido y no tan exigente como el espa?ol, "que quiere disponer de todas las comodidades por poco dinero". Dolores regenta la pensi¨®n junto a su marido desde 1987, pero ya exist¨ªa en la ¨¦poca de la guerra civil, cuando se acog¨ªa a familias enteras en una habitaci¨®n. La actual propietaria recuerda que antes recib¨ªan a los artistas secundarios, "y el ch¨®fer de Lola Flores era un cliente habitual". Los tiempos han cambiado y apunta que, ahora, lo que m¨¢s les suele llamar la atenci¨®n a los turistas del norte de Europa y a los japoneses es la luz que entra a la habitaci¨®n. "Lo primero que hacen al entrar es abrir el balc¨®n y admirar la luz que entra. Como si en su pa¨ªs no tuvieran sol", exclama extra?ada.
Las pensiones, luchando con la competencia, sobre todo, de los youth hostels o nuevos albergues juveniles, que constituyen una versi¨®n moderna del ambiente familiar de las veteranas pensiones con derecho a cocina, tambi¨¦n se han beneficiado del aumento de 1,74% de pernoctaciones de este a?o en la provincia de Valencia. "Siempre han venido extranjeros, pero este verano, m¨¢s, sobre todo, italianos, australianos y neozelandeses", detalla el propietario de la pensi¨®n Jero, situada en una calle peatonal del centro de Valencia. Adem¨¢s, asegura que el negocio contin¨²a durante el resto del a?o con las ferias de sectores profesionales, las Fallas o las visitas a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Aunque tambi¨¦n existen otras motivaciones como las de algunos japoneses que deciden alojarse en una de estas pensiones cuando vienen a la ciudad para ver los partidos de f¨²tbol del Valencia, atra¨ªdos por el patrocinio de una marca de coches de su pa¨ªs. Propietario y cliente quedan contentos despu¨¦s de pasar unos d¨ªas alojados. "?Molto bueno!", expresa una pareja de novios italianos en la recepci¨®n de la pensi¨®n Universal.
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