Grecia arde
La muerte de unas cincuenta personas en los devastadores incendios del Peloponeso y otros lugares de Grecia ha puesto de manifiesto que los sistemas de alerta civil y lucha contra el fuego en ese pa¨ªs son insuficientes. El n¨²mero de muertos es demasiado elevado, y viene derivado de una falta de capacidad no s¨®lo en la lucha contra el fuego sino tambi¨¦n en los procedimientos de alarma y evacuaci¨®n. No parece que estos devastadores incendios sean fortuitos. La multiplicidad de los focos plantea graves interrogantes, que el primer ministro, el conservador Costas Karamanlis, no ha dudado en contestar al hablar de pir¨®manos y declarar, comprensiblemente ante la magnitud de los da?os y del peligro, el estado de emergencia en todo el pa¨ªs.
Grecia celebrar¨¢ elecciones anticipadas el 16 de septiembre. Estos incendios pueden hacer mella en los resultados, aunque no deja de ser ejemplar que los partidos que se las disputan hayan suspendido temporalmente sus campa?as y decidido no utilizar esta cat¨¢strofe como arma arrojadiza. De momento, s¨®lo se ha o¨ªdo una acusaci¨®n gen¨¦rica de los socialistas sobre la pol¨ªtica urban¨ªstica que ha llevado a construir residencias en zonas de alto valor forestal.
El Mecanismo Comunitario de Protecci¨®n Civil de la Uni¨®n Europea se puso enseguida en marcha para recabar ayuda de los pa¨ªses miembros y vecinos. Ser¨ªa deseable, en cualquier caso, una mayor celeridad en sus actuaciones. Seis vecinos comunitarios, entre ellos Espa?a, han mandado aviones, helic¨®pteros especializados y otros medios. Serbia y Suiza tambi¨¦n se han movilizado. Es una prueba de que la solidaridad europea funciona, aunque a veces resulta lenta.
El fuego lleg¨® ayer a Olimpia, hogar de la llama ol¨ªmpica. La prioridad de los bomberos era apagar el fuego y sacar a las personas atrapadas. El templo de Apolo pas¨® a segundo rango en las preocupaciones ante el drama humano que sufre Grecia.
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