C¨®mo buscarse la vida

La programaci¨®n de la Aste Nagusia les ignora. La gente no acude a verlos o escucharlos a prop¨®sito sino que se los encuentra en los puentes, las esquinas o los recovecos del Arenal y del Casco Viejo buscando su p¨²blico, persiguiendo su jornal. S¨®lo su arte o su ruido les sirve de reclamo. La mayor¨ªa pasa el verano de gira, de ciudad en ciudad, persiguiendo las ferias, busc¨¢ndose la vida. Trabajan para la fiesta, pero al margen de la fiesta.

La estampa de Yanu es peculiar. Supera el metro ochenta, el dise?o de sus gafas se aleja de las modas, es de Senegal y habla tanto castellano como euskera, m¨¢s bien poco. Acaba de iniciar su jornada en la calle Navarra de Bilbao y el calor rompe en el ¨²ltimo d¨ªa de las fiestas la comodidad que le ha proporcionado su traje de aldeano euskald¨²n, con abarcas incluidas. Yanu ejerce de m¨²sico popular, toca el clarinete. Al poco de arrancar se deshace del chaleco, cruza la calle y pide una ca?a. "Llevo este traje porque me gusta respetar las tradiciones de los sitios en los que trabajo. Sabe que su espect¨¢culo en Bilbao termin¨® ayer en el mismo instante en el que Marijaia empez¨® a arder. A¨²n as¨ª, Yanu no est¨¢ preocupado: "Ma?ana empiezo a trabajar en Lekeitio".

Un sonido muy parecido al del cantautor cubano Silvio Rodr¨ªguez se colaba esta semana por las esquinas del Casco Viejo. D¨ªa tras d¨ªa, a las ocho de la tarde en el cruce de la calle Bidebarrieta con Jardines, medio centenar de curiosos se agolpaban en torno a los acordes que sal¨ªan de la guitarra del argentino Aldo Alder. El ¨¦xtasis colectivo llegaba con Ojal¨¢ (compuesta por Silvio Rodr¨ªguez). Cuando las primeras notas se escapan de la guitarra de este m¨²sico del mundo casi se rozaba el silencio... "Ojal¨¢ que el deseo se vaya tras de ti, a tu viejo gobierno de difuntos y flores", canta. El ritual acaba cuando vuelve el ruido, cuando an¨®nimas manos primero aplauden y despu¨¦s lanzan monedas al aire.

La aparici¨®n m¨¢s est¨¦tica y preciosista la ha protagonizado el hada del puente del Arenal. El maquillaje es espectacular. Tambi¨¦n su vestuario y los accesorios. Su arte: hipnotizar a los peque?os que pasean con su bola de cristal y sus alas casi transparentes.

El deporte rey, el f¨²tbol, es otro de los acontecimientos olvidados por los organizadores de la Semana Grande de Bilbao. Pero una singular pareja le ha puesto remedio este a?o. Entre la iglesia de San Nicol¨¢s y el teatro Arriaga, a la altura del desaparecido bar Boulevar, se ha desarrollado noche tras noche una curiosa timba futbol¨ªstica. Sus protagonistas son un portero ebrio y un ¨¢rbitro que fuma Ducados sin parar. Ambos han organizado un campeonato de penaltis en el que quien logra marcar gol en una porter¨ªa de dimensiones m¨ªnimas es recompensado con una botella de cava de marca desconocida. Eso s¨ª, la tirada a dos euros.