Puro m¨²sculo
Estos moluscos Arca de No¨¦, que atienden por tan sugerente nombre, no est¨¢n en su interior rellenos de toda clase de ambros¨ªas, como podr¨ªa pensarse a imitaci¨®n de la que hace largos a?os salv¨® a la humanidad y a la animalidad de una muerte segura -?por cierto, a los peces tambi¨¦n los embarcar¨ªa el elegido de Dios?-, sino que resguardan a un ¨²nico ejemplar, un solo producto, que adem¨¢s no se ahoga por m¨¢s agua que lo inunde.
El nombre les viene no de nuestra Historia Sagrada u otros mitos como el sumerio de Gilgamesh -que borda al cristiano- sino de la forma de las barcas que navegaban por las costas del norte de nuestra Comunidad y que se denominaban de esa suerte, y que sin duda inspiradas en la que se deb¨ªa atribuir a la que construy¨® No¨¦, para que en su fondo cupiesen la multitud de especies.
Marisco poco conocido, se le conoce tambi¨¦n como "peu de cabrit" o caixetes"
Las arcas son bivalvos, con una de sus partes plana y la otra profunda, para que en su interior se deposite el mar, y viven en las costas calc¨¢reas o pedregosas, al lado pero no revueltas de los d¨¢tiles y otros compa?eros de fatigas como las algas. Las conchas que la forman se unen de manera casi indisoluble, merced a los picos o dientes que recorren todo el borde de las valvas y que hacen muy dif¨ªcil su apertura cuando est¨¢n en vigor, esto es, antes de que el fuego las obligue a separarse por defunci¨®n del sostenedor.
Marisco poco conocido, su h¨¢bitat se limita a las zonas marinas ya se?aladas y algunas m¨¢s lejanas pero de las mismas caracter¨ªsticas geol¨®gicas, como las que suceden en el mar Adri¨¢tico.
Am¨¦n del nombre se?alado -culto, mas no popular- se las conoce como "peu de cabrit" en Catalu?a -por lo de los parecidos, aunque no se deben confundir con los percebes, tambi¨¦n denominados peu de cabra por la similitud que esos poseen con la extremidad inferior de la montaraz- y como "caixetes" en nuestra tierra, lugar donde a buen seguro no hab¨ªan llegado los ecos del Diluvio Universal cuando las bautizaron.
Su carne es muy dura, consistente, puro m¨²sculo, lo cual las inhabilita para determinadas preparaciones, ya que carecen de algunos elementos como la dulzura y la suavidad necesarios. En cuanto al sabor, no debemos enga?arnos, concentran en sus carnes todo el mar, pero es un mar brav¨ªo y lleno de sal, alejado de los gustos actuales, por lo que, como sucede con algunos otros espec¨ªmenes como la lapa, no han logrado entrar en los criterios de los nuevos restauradores.
Para comerlas las ¨²nicas preparaciones conocidas a lo largo de su extensa pero concentrada -en lo geogr¨¢fico- historia es la de ser hervidas o cocidas al vapor, o asadas a la brasa o a la plancha, para ser degustadas como aperitivo o frugal colaci¨®n. Mejor fr¨ªas que calientes, ya que su poderoso sabor no requiere de calor que eleve a la nariz el rumor del mar que contienen, y quiz¨¢s cabe acidularlas con alguno de los conocidos c¨ªtricos que tan a menudo se usan en piezas de mayor valor o finura, cuales son las almejas o las ostras.
Y por supuesto se pueden prescribir en aquellas cocinas del pescado que requieran que se potencie el elemento principal; a no dudar que son magn¨ªfico acompa?ante -al margen, sin formar unidad indivisible, pero s¨ª como compa?eras- de aquellos pescados que nos son gratos al paladar pero quedan cortos de sabor para los que desean que el mar los inunde. Y aunque parezca mentira, con el Arca de No¨¦ pueden lograrlo.
LA INVITACI?N DE QUIQUE DACOSTA
Animal duro, parece una v¨ªscera llena de sabor a mar, y por eso al Arca de No¨¦ se le deber¨ªa dar un tratamiento de choque, una precocci¨®n a baja temperatura y en una bolsa de vac¨ªo, para que doblegase sus fuerzas.
Le sucede como al abal¨®n, esa especie de ostra que tanto estiman en Jap¨®n. Su carne es tan recia que es preciso contarla en finas l¨¢minas cuando se pretende hacer con ella alg¨²n tipo de cocina ligera, caso de las tempuras, pues as¨ª se come all¨ª.
Por eso es preferible hacer un guiso, y con el arca domesticada podr¨ªamos hacerla participar en un suquet, cuyos protagonistas comestibles ser¨ªan la sepia y el calamar, aunque ¨¦l participase de formas determinante, aportando ese sabor brav¨ªo que tiene y que lo distingue de los de su clase.
Entonces ser¨¢ necesario cocer la sepia y el calamar junto con el arca y una buena raci¨®n de patatas chascadas -ya saben, ni rotas ni cortadas, sino una mezcla de ambas- que al final recoger¨¢n los jugos que les prestan los compa?eros de viaje.
SUGERENCIAS
Restaurante Hogar del Pescado. Llotja Vella, s/n. Pe?¨ªscola (Castell¨®n).
96 448 95 88.
Restaurante Casa Santi. Avenida Buenavista, 35. Castell¨®n.
96 428 29 44.
Restaurante Tasca del Puerto. Avenida del Puerto, 13. El Grau de Castell¨® (Castell¨®n).
96 428 44 81.
Restaurante La Ballena. Paseo Buenavista, 4. Grau de Castell¨® (Castell¨®n). 96 428 35 93.
Restaurante El Langostino de Oro. Sant Francisco, 31. Vinar¨°s (Castell¨®n). 96 445 12 04.
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