G¨¹l, primer islamista presidente de Turqu¨ªa
La Uni¨®n Europea conf¨ªa en que Ankara avance ahora en el proceso de adhesi¨®n
Satisfacci¨®n y temor eran los sentimientos que dominaban ayer entre la mayor¨ªa de los turcos tras la elecci¨®n de Abdul¨¢ G¨¹l como presidente del pa¨ªs. Satisfacci¨®n porque G¨¹l, un reformista e islamista moderado, es un pol¨ªtico popular, y temor porque sobre su elecci¨®n pende la amenaza de las poderosas Fuerzas Armadas turcas, que con la excusa de mantener "la estructura secular" del Estado se pueden otorgar, como en otras cuatro ocasiones desde 1960, el derecho de hacerse con el poder. G¨¹l, de 56 a?os, ha sido como ministro de Exteriores de los ¨²ltimos cuatro a?os, el arquitecto de las negociaciones de adhesi¨®n de Turqu¨ªa a la Uni¨®n Europea. G¨¹l obtuvo 339 votos de los 550 diputados que tiene el Parlamento.
"Ser¨¦ el presidente de todos los turcos sin distinci¨®n durante todo el tiempo que permanezca en la jefatura del Estado", dijo Abdul¨¢ G¨¹l en un breve discurso tras jurar su cargo. Precisamente por ello, G¨¹l abandon¨® el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que lidera el primer ministro Recep Tayyip Erdogan, en la primavera pasada cuando Erdogan le present¨®, por primera vez, como candidato a la presidencia de Turqu¨ªa. Su candidatura desat¨® una grave crisis institucional que oblig¨® al Gobierno a convocar elecciones anticipadas y a cientos de miles de turcos a manifestarse a favor de la laicidad del Estado.
Diplom¨¢tico experimentado, claro defensor de la democratizaci¨®n de Turqu¨ªa y ferviente creyente, Abdul¨¢ G¨¹l declar¨® en su toma de posesi¨®n que el secularismo debe tambi¨¦n "garantizar la libertad de religi¨®n y de conciencia".
Evidentemente, el mensaje iba sobre todo dirigido al jefe del Estado Mayor turco, el general Yasar B¨¹y¨¹kanit, que el lunes emiti¨® un comunicado en el que afirmaba que los militares est¨¢n decididos a detener "los sinuosos planes destinados a socavar los logros de la Rep¨²blica y destruir su estructura secular y democr¨¢tica". B¨¹y¨¹kanit y otros mandos de la c¨²pula militar no acudieron, como es habitual, a la toma de posesi¨®n del jefe de Estado. La principal fuerza opositora, el Partido Popular Republicano, tambi¨¦n boicote¨® la ceremonia.
Descontento del Ej¨¦rcito
"Ning¨²n pa¨ªs puede considerarse contempor¨¢neo si discrimina a uno solo de sus ciudadanos", dijo G¨¹l para acallar el ruido de sables en los cuarteles y los gritos de centenares de laicos que se manifestaron frente al palacio presidencial para protestar contra su elecci¨®n.
Para las Fuerzas Armadas y los sectores laicos m¨¢s radicales, la llegada a ?ancaya -el palacio presidencial- de uno de los principales impulsores del islamismo pol¨ªtico representa una traici¨®n a los principios seculares sobre los que Mustaf¨¢ Kemal, Atat¨¹rk, fund¨® la Rep¨²blica turca sobre las cenizas del Imperio Otomano, en 1923. Estos sectores consideran que G¨¹l, como Erdogan, esconde una agenda islamista.
Como presidente de Turqu¨ªa durante los pr¨®ximos siete a?os, G¨¹l ser¨¢ tambi¨¦n el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y, seg¨²n los poderes que le otorga la Constituci¨®n, tendr¨¢ capacidad para realizar nombramientos institucionales y poder de veto sobre numerosas decisiones parlamentarias. G¨¹l sali¨® elegido en la tercera vuelta. En las dos primeras se exig¨ªa el voto de dos tercios del Parlamento, mientras que en la tercera bastaba la mayor¨ªa absoluta de la C¨¢mara, es decir, 276 votos, que super¨® ampliamente.
Para el gobernante de AKP la elecci¨®n de G¨¹l ha sido una clamorosa victoria. El presidente saliente, Ahmet Necdet Sezer, vet¨® en mayo la reforma constitucional impulsada por el Gobierno islamista para elegir por sufragio universal al jefe del Estado. Era uno de los principales cambios democr¨¢ticos que deb¨ªa sufrir la actual Constituci¨®n, nacida dos a?os despu¨¦s del golpe de Estado de 1980. La reforma hab¨ªa sido aprobada por m¨¢s de dos tercios del Legislativo, pero Sezer, un antiguo magistrado perteneciente al sector laico, la rechaz¨® porque, dijo, la elecci¨®n del presidente por sufragio universal podr¨ªa alterar el equilibrio de poderes en Turqu¨ªa.
El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, se declar¨® satisfecho por la elecci¨®n de G¨¹l e indic¨® que espera que ¨¦sta "d¨¦ un nuevo impulso" al proceso de adhesi¨®n de Turqu¨ªa a la Uni¨®n Europea.
El primer ministro Erdogan se?al¨® que hoy presentar¨¢ su nuevo Gobierno al presidente para que lo sancione. Erdogan indic¨® que ser¨¢ un Gabinete de tendencia claramente reformista.
G¨¹l representa como pocos el avance del islamismo democr¨¢tico en un pa¨ªs en el que tres de cada cuatro ciudadanos apoyan la presencia de islamistas en el Gobierno. Nacido en el feudo islamista de Kayseri, en el centro del pa¨ªs, Abdul¨¢ G¨¹l, un economista que ampli¨® estudios en el Reino Unido, trabaj¨® entre 1983 y 1991 en Arabia Saud¨ª, en el Banco de Desarrollo Isl¨¢mico. All¨ª le fich¨® Necmettin Erbakan, el patriarca del islamismo pol¨ªtico turco. G¨¹l se uni¨® entonces a las filas del Partido del Bienestar, y desde ese a?o fue elegido diputado en cuatro ocasiones.
Salt¨® al Gobierno en 1995, cuando fue nombrado portavoz del primer Gobierno islamista de coalici¨®n. Pero el poder de los militares y de los jueces en un pa¨ªs con poca tradici¨®n democr¨¢tica logr¨® pronto la ilegalizaci¨®n de ese partido. De su desintegraci¨®n naci¨® el Partido de la Virtud, tambi¨¦n islamista, y fue en esta formaci¨®n precisamente cuando G¨¹l avanz¨® m¨¢s en sus posiciones democr¨¢ticas. Se convirti¨® entonces en la cabeza de una tendencia reformista m¨¢s apegada a las realidades y la problem¨¢tica del ciudadano de a pie. Centr¨® su pol¨ªtica en el fortalecimiento de los valores democr¨¢ticos y el respeto a los derechos humanos, de manera que su plataforma fue considerada de car¨¢cter socialdem¨®crata dentro del amplio paraguas islamista.
Con Erdogan, un liberal en el terreno econ¨®mico, G¨¹l, la cara amable del Gobierno, siempre sonriente y de talante afable, dej¨® claro que su prioridad en la pol¨ªtica exterior era la entrada de Turqu¨ªa en la UE.
Un 'pa?uelo' en la presidencia
Desde ayer Turqu¨ªa no s¨®lo tiene un nuevo presidente. Tiene tambi¨¦n un pa?uelo en la presidencia. Hayr¨¹nnisa, la esposa de Abdul¨¢ G¨¹l, utiliza desde su adolescencia el hiyab, el pa?uelo con el que se cubren la cabeza las musulmanas devotas y la prenda que prohibi¨® el fundador de la Rep¨²blica turca, Mustaf¨¢ Kemal Atat¨¹rk, en 1923.
Sin duda, el cambio m¨¢s visible de la nueva presidencia de Turqu¨ªa es el pa?uelo de la primera dama. Todo un s¨ªmbolo en un pa¨ªs que proh¨ªbe acudir a la universidad o ser funcionaria p¨²blica a quienes se cubren la cabeza. "Mi madre no ir¨¢ al Parlamento", declar¨® ayer Mehmet Emre, uno de los hijos del presidente a la agencia de noticias Anatolia. Con estas palabras dio a entender ayer que no habr¨ªa confrontaci¨®n con los sectores laicos m¨¢s radicales.
No hay una norma escrita, pero hasta ahora ninguna mujer acud¨ªa a las recepciones oficiales cubierta. ?Abrir¨¢ Hayr¨¹nnisa la veda en una sociedad que se confiesa creyente en un 99%?
El premio Nobel de Literatura turco Orhan Pamuk aborda en Nieve el dilema de numerosas j¨®venes que se debaten entre los preceptos de su devoci¨®n y sus ansias de conocimiento y de mejorar con su educaci¨®n universitaria el futuro de Turqu¨ªa.
Una encuesta del diario turco Milliyet revela que el 72,6% de los participantes consideran "normal" que la esposa del presidente lleve pa?uelo. Mientras que el 19,8% afirma que le produce incomodidad.
El sondeo es un reflejo de la profunda divisi¨®n de la sociedad turca, en la que el sector laicista minoritario se aparta cada d¨ªa m¨¢s de la realidad de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, que se siente m¨¢s representada dentro del islamismo moderado que actualmente gobierna el pa¨ªs.
Hayr¨¹nnisa no ser¨¢ la ¨²nica en ?ancaya -el palacio presidencial- que lleve pa?uelo. Su hija tambi¨¦n lo luce. Pero para que nadie diga que boicotean la pol¨ªtica europe¨ªsta del nuevo presidente, madre e hija, al igual que Emine, la esposa del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, gustan de cubrirse la cabeza con fulares de los m¨¢s famosos dise?adores europeos, desde Dior a Herm¨¦s, seg¨²n critican las revistas femeninas turcas.
Hayr¨¹nnisa defiende, y su marido la apoya, que llevar pa?uelo sea una cuesti¨®n de libertad y devoci¨®n religiosa.
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